Operación Katrina© || TERMINADA

27

Piensa rápido Katrina... ¡piensa!

—Tú me lo contaste aquel día que estuvimos juntos, ¿ya lo olvidaste? —cuestioné fingiendo confusión.

—¿En serio? —titubeó, llevándose su mano izquierda a su nuca.

—Sí, ¿por qué te pones tan histérico?

—Lo siento es que... esas cosas casi no las cuento. Sabes que ya no hablo con mi hermano y todo eso me recuerda cosas de las que no quiero ni hablar.

—No te preocupes. Sólo... sólo olvídalo, ¿sí? —Me levanté y rodeé su cuello con mis brazos cariñosamente. Sus manos se instalaron en mi cintura y sonreí, feliz de haberme salvado una vez más.

—¿Y ahora qué? —preguntó, mirando con deseo mis labios.

—¿Qué quieres hacer?

—Hacerte, mejor dicho. Hacerte un montón de cosas, Katrina Montekbull —me respondió.

—Entonces hazlo y muéstrame —le dije, y sin pensarlo más, me besó derrochando pasión.

Me quitó mi abrigo y su boca pasó a mi cuello; sujetó mi cabello con una de sus manos y mordió el lóbulo de mi oreja muy suavemente.

Por un momento, pensé en detenerme, pero, ¿acaso vale la pena? ¡Liam es un idiota! Da igual si le soy fiel o no.

Me cargó hasta su cama y nos desvestimos, dispuestos a pasarla muy bien.
Hoy Liam Montekbull ha revivido a la "Mujer de Hielo", a esa perra que sólo piensa en ella, ¡lo ha jodido todo!

***
Desperté y vi a David mirarme con ternura, acariciando mi mejilla.

—Te vez preciosa durmiendo —murmuró, y sin poder evitarlo, sonreí.

—Tenía mucho sin dormir tan bien —señalé.

—¿Merezco un beso? —curioseó y le besé —¿Vas a quedarte conmigo hoy de nuevo?

—No lo sé. Todavía no lo sé... ¿eso quieres tú?

—Quiero casarme contigo —confesó y sólo pude reír un tanto enternecida.
No puede estar hablando en serio...

El timbre de la puerta sonó y dejé de reír; Liam se levantó de la cama y salió de la habitación.
Pasaron un par de segundos, cuando escuché los gritos furiosos e irritantes de Alessia Baylee:
—¡¡¡Huele a perfume de mujer, ¿quién es la perra?!!!

Me levanté de un salto, tomé mi ropa y me metí debajo de la cama. La loca de Baylee entró azotando la puerta, y volvió a gritar:
—¿¡¿En dónde está?!? ¡¡¡Sal, zorra infeliz!!!

—Alessia, ¡estás loca! —enervó David —Sal de mi departamento en este momento, ¡¡¡eres insoportable!!!

—¿Es por ella qué ya no quieres casarte conmigo? ¡Dime! —lloriqueó.

—¡¡¡No hay nadie aquí!!! —le mintió O'Connor.

Mierda... ¡mi bolso y mis tacones están en uno de los sofás de la sala de estar!

—Ese perfume... ese maldito perfume es Chanel N° 5, ¡¡¡alguien estuvo aquí!!! Tú estás desnudo, tu cama está desordenada, ¡¡¡dime qué pasó aquí, David!!! —le exigió.

—Yo... ¡¡¡me estaba pajeando!!! —le contestó David y debí de tapar mi boca para que no me escuchara reír.

—¿¡Y ese perfume!? —insistió Alessia.

—Una compañera del trabajo estaba bañándose en ese perfume junto a mí. El olor se impregnó en mi ropa, eso pasó.

—¡¡¡No mientas!!! No cualquiera puede pagar un Chanel, no me quieras ver la cara de estúpida porque no la tengo —rabió.