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Después de planear a la perfección mi próximo golpe con Sky, ella me trajo a casa.
Son las 3:00 de la madrugada, Liam ha de estar qué se lo lleva el demonio, y de seguro, imaginándose otra cosa.

Subí a la habitación y lo vi junto a la ventana; ni siquiera se molestó en mirarme, simplemente dijo frívolo:
—Las 3:04 de la madrugada, ¿te divertiste con el idiota de David O'Connor?

—Liam, yo no estaba con David. Estaba con Sky, surgió algo y debí de buscarla —le aclaré, acercándome a él.

—Yo te vi con él.

—Me estaba saludando...

—Mmm... no creo.

—Por favor Liam, ¿tú te molestas por un estúpido saludo? ¿Tú? Quién se la pasó toda la noche con su amiga...

—Es diferente, a ti te importa David. Y no puedo competir contra él, porque a pesar de todo, tú pareces seguir sintiendo algo por él —me reprochó y sólo pude reír al escuchar tal estupidez.

—¿Escuchaste lo idiota qué sonaste? Estamos hablando de David O'Connor, alguien de mi horroso pasado.

—De tu primer amor... de eso estamos hablando —afirmó molesto.

—¡Nunca fuimos nada más qué amigos! —le aclaré.

—¡Por lo mismo! Te quedaste esperando algo más, y ahora que el desgraciado está tan enamorado de ti, puede qué quieras que se dé.

—¿Enamorado? —cuestioné —Eres un ridículo, Liam. Él está comprometido con Alessia Baylee.

—¿Y te duele mucho qué lo esté? —interpretó, sacándome de mis casillas.

—¡¡¡Qué fastidio contigo!!! —le grité irritadísima y salí de la habitación, dirigiéndome a la de huéspedes.

Me enfurece que dude de lo que siento, bien debería de saber que soy un maldito pedazo de hielo, y que si con él soy otra completamente, es porque lo amo...

Me senté en un sillón frente a la cama y me quité los altos tacones, que ya me estaban matando desde hace horas; continué quitándome el vestido hasta quedar en ropa interior y lo lancé a una esquina del suelo. Tomé una profunda bocanada de aire y pensé en lo que se viene mañana, no puedo sacarme de la cabeza a esa chica... ¿y si le hacen lo mismo qué a mí? James Baylee es un maldito misógino y no tiene piedad con nadie, menos con "Lucy Carlin".

La puerta se abrió y Liam entró sin quitarme su mirada de encima...

—No pienso seguir discutiendo contigo por algo tan sin gracia, ¿puedes dejarme sola? —le pedí

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—No pienso seguir discutiendo contigo por algo tan sin gracia, ¿puedes dejarme sola? —le pedí.

—No puedo evitar ponerme celoso. Ese cabrón babea por ti sin importarle que eres mi esposa...

—Debería de importarte mi forma de actuar, no la de él —señalé molesta.

—¿Me perdonas? —me preguntó y negué con mi cabeza en respuesta —Por favor, mi amor, entiende que me da miedo perderte. Pasé muchos años deseando tenerte realmente, y ahora que te tengo, no quiero que esto se pierda. Tengo miedo de que sientas algo por ese tipo de nuevo y que lo elijas a él —confesó.

—Eso no va a pasar. Yo te amo a ti...

—Lo lamento. —Se me acercó y me abrazó, para después darme un beso que aumentó la temperatura entre ambos.
Me cargó hasta la cama y me despojó de mi ropa interior entre caricias y besos; le quité su camisa y besé su cuello de la forma más sensual que encontré.
Atrapó mis senos con sus manos y los estrujó de tal forma, que me mojé en cuestión de segundos; se llevó uno de ellos a su boca y lo mordió con suavidad, haciéndome gemir y suspirar, tan excitada como nunca.
Una de sus manos acarició mi pierna y apretando mi muslo, giramos en la cama y quedé yo sobre él; es mi momento para castigarlo un poquito por sus estúpidos celos.
Llevé sus manos por encima de su cabeza y me moví lentamente, restregándome en su enorme erección. Intentó soltarse de mi agarre y apliqué mayor fuerza evitándolo. Acerqué mi boca a su oreja y le susurré:

—Después lo terminamos. —Me levanté de la cama, me puse la camisa de Liam y él me miró atónito, sin poder creer lo que le he dicho.

—¿¡Qué!? No... no, Katrina, no puedes vengarte de mí así —se quejó, poniéndose de pie.

—Claro que sí puedo —le afirmé, guiñándole un ojo e intenté salir de la habitación, pero me tomó de la cintura y me arrinconó contra la pared.

—Eso me prende más, ¿lo sabías?

—¿Qué esperas? Hazme tuya —le ordené y volvió a besarme de una manera tan caliente que sentí arder.

Se quitó el pantalón, me cargó haciendo que mis piernas rodearan su cadera y me penetró sin perder más tiempo. ¡Carajo! Este hombre es... ¡fantástico!

Gemí sin control a su oído y él aumentó un poco la potencia de sus embestidas, llevándome a un punto de éxtasis jamás alcanzado antes. ¡Qué delicia, joder!

—¡¡¡No te detengas!!! —le pedí, sintiendo mi abdomen adormecerse.

—Me encantas —jadeó, corriéndose dentro de mí.
Me aferré a él abrazándolo, apagó la luz, y me llevó de vuelta a nuestra habitación entre sus brazos.

Liam Montekbull es el hombre que cualquier mujer desearía; divertido, guapo, romántico, detallista, inteligente, caballeroso, y el mejor en la cama, sin embargo, para su desgracia, él ya es mi esposo...















Operación Katrina© || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora