Capitulo 17. Adultos desconocidos para una pelirroja

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Capitulo 17. Adultos desconocidos para una pelirroja

-¿Que pasa papá? - preguntó Harry mirando el rostro de su padre en el espejo.

-Han venido Albus, Remus, Dora, Andromeda, Sirius y McKinnon.

-¿Cuando puedes dejarme de llamarme Mckinnon, Potter? - preguntó una voz lejana desde el espejo.

-¡Cuando dejes de llamarme Potter! - exclamó James seguramente a Marlene-¿que hacemos Harry?

-Venid a la madriguera, así podremos hablarlo todos juntos.-declaró el ojiverde.

-Vale, ahora vamos-James desconectó la conexión de ambos espejos.

Harry, junto a sus dos mejores amigos y su esposa regresó al salón justo a tiempo para ver como llegaba por la chimenea Sirius seguido de todos los demás.

-No se como lo haces Canuto, pero nunca te manchas con las cenizas de la chimenea-se quejó un recién llegado James sacudiendose su ropa.

-Mi querido Cornamenta, hasta la ceniza sabe que no puede estropear una obra de arte como es mi cuerpo y mi cara. - dijo Sirius coqueto.

-Sigo sin entenderte después de tantos años Black - contestó Lily exasperada.

Harry estaba asombrado de la actitud de su padrino. Se había dado cuenta de que todos los que habían vuelto tenían el aspecto que tenían justo antes de morir, como si no hubieran pasado los años, por lo que eso hacía resaltar más la actitud de Sirius. Él le habia conocido como un hombre perturbado y madurado por culpa de Azkaban, del que todavía se podía ver en algún momento los destellos del bromista y descarado chico que alguna vez piso Hogwarts. Pero este Sirius era diferente, era muy parecido al chico de 15 años que vio en el recuerdo de su profesor de pociones. ¿Tendría que ver el cambio de la personalidad de Sirius con la vuelta a la vida de sus padres? Estaba claro que tenía también una charla pendiente con él, ya había perdido la cuenta de las personas con las que tenía que hablar.

-Venid todos vamos a la cocina. - Ginny hizo un gesto con la mano antes de entrar ella a la sala donde estaba toda su familia.

Todos siguieron a la pelirroja, en cuanto entraron todos los resucitados, excepto Dumbledore, fueron atrapados entre los brazos de algún Weasley. Los saludos y abrazos hicieron que nadie se diera cuenta cuando una pequeña pelirroja de ojos castaños entró por la puerta que daba al jardín.

-¿Mamá? - Ginny, quien estaba hablando con Tonks reconoció esa voz enseguida,se giró para encontrarse con su hija con una cara de confusión que la hizo arrepentirse de no haberse acordado de los niños.

-Lily, cariño, ¿que haces aquí, no deberías estar afuera con tus hermanos y primos? - preguntó con dulzura Ginny a su hija arrondillandose a su altura.

-Si, pero venía a preguntar a la abuela cuando vendriais papá y tú a la madriguera - Ginny miró a su hija con amor, entendiendo que su pequeña era tan lista que se había dado cuenta de que pasaba algo y se preocupaba por sus padres.

-¿Es tú hija? - preguntó Dora llamando la atención de la pelirroja, nadie además de ellas dos se había dado cuenta de la presencia de la pequeña Potter.

-Claro, Dora te presentó a Lily, mi hija. - Ginny cogió a Lily en brazos para que pudiera estar a la altura de Tonks.-Lily, esta es mi amiga Dora.

-Hola, Dora-saludó Lily, la pelirosa se río de la dulzura de la pequeña Lily. -¿Mamá, por qué hay tanta gente que no conozco?

-Bueno...es una larga historia que creo que...tu padre te debería de explicar. - contestó Ginny, había buscado la ayuda de Tonks gesticulando '' AYUDA'' con los labios, pero no había servido de nada ya que su amiga no sabía que decir o hacer.-¡Harry! Mira quien se ha colado dentro de la casa.

Harry estaba a dos metros de su mujer hablando con sus padres y Molly, se giró en cuanto oyó la voz de su mujer. Cuando vio la persona que estaba en brazos de la mujer de su vida se volvió blanco como el papel, se había olvidado completamente de que tenía hijos y de que debía hablar con ellos. Se acercó rápidamente a Ginny y Tonks.

-¿Lily que haces aquí? - preguntó suavemente Harry a su hija.

-Averiguar qué ha pasado para que mamá y tu halláis estado raros ayer y hoy, y por qué hay tanta gente aquí que no conozco pero que me suenan mucho. - la pequeña Lily estaba comenzando a sacar su fuerte temperamento heredado de su madre y su abuela.

-Lily,a mamá y a mí no nos va a pasar nada, lo que ha pasado son cosas de mayores que los niños no deberían conocer...

-¡¿Entonces como es que James y Al saben algo de lo que ha pasado?! Les escuche antes hablar de algo sobre un elegido y un tal señor tenebroso-espetó Lily a su padre, incluso Tonks estaba asombrada de él carácter de la hija de sus amigos, aún mayor que el de Ginny o el de la señora Weasley, y de como Harry conseguía debatir contra él.

-Lily...la verdad... - Harry suspiró-vete a llamar a tus primos y hermanos y diles que entren dentro de 10 minutos al salón por la puerta principal,es muy importante que lo hagan por allí ¿vale?

-¿Nos vas a contar lo que pasa? - intentó afirmar Lily mientras su madre la bajaba hasta tocar el suelo con sus pies.

-Lo justo para que no te enfades, no queremos que ocurra nada malo con esa magia accidental tan potente que tienes-Harry le revolvió cariñosamente el pelo a su hija.

-Yo no tuve la culpa de que James tirara al barro mi osito de peluche favorito y explotará su bicicleta. - dijo Lily antes de darle un beso en la mejilla a su padre e ir a la puerta del jardin.

-¿Crees que sea lo mejor? - preguntó Ginny acercándose a su marido.

-Mejor que se lo explique un adulto a que nuestros dos hijos cuenten todo y cambien algún detalle, correriamos más peligro con todos los niños de la familia Weasley asustados más que con la tercera guerra mágica con una tercera guerra mundial muggle-se burló un poco Harry

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