Capítulo 41:Dumbledore
Después de que los Weasley convencieran a sus padres de que debían quedarse en casa y de que no debían luchar, ya que era un riesgo para ellos al tener ya una edad avanzada, y de que Remus convenciera a Dora de ir con Lily a cuidar a los niños en la mansión Potter, se aparecieron en Hogsmeade.
El pueblo estaba desierto, esa época del año y los malos tiempos que vivían gracias a la vuelta de Voldemort, hacia que tanto como los visitantes como los habitantes del pueblo no salieran a las calles. Caminaron por todo el pueblo, los resucitados llevaban túnicas con capucha para no ser vistos,llegaron a la puerta de un bar cerrado a las afueras de Hogsmeade.
‘’CABEZA DE PUERCO’’
Situándose frente a la puerta, Ginny toco tres veces. Al poco tiempo, la puerta se abrió dejando ver a un hombre de ojos azules ya entrado en años. Los años habían pasado por Aberforth Dumbledore dejando claras muestras de su paso. Tenía el pelo casi blanco, usaba gafas y tenía más arrugas que cuando ayudo al trío de oro a escapar de los mortifagos.
-¿Ginny? ¿Que haces aquí? - preguntó extrañado por la presencia de la pelirroja.
-Hola Aberforth, he venido a…-la mujer miró a ambos lados de la calle - lo de Harry.
-Pero…
-No estoy solo yo, déjanos pasar y te explicaré todo con mucho gusto, pero este no es un lugar apropiado . - aseguró Ginny con ojos suplicantes.
-Claro, claro…pasad, no son tiempos como para que temas como este se discutan en medio de la calle - dijo haciéndose a un lado de la puerta.
-Por supuesto - antes de entrar, Ginny hizo un gesto hacia el otro lado de la calle.
Aberforth vio con mucha confusión como mas de veinte personas , algunos incluso encapuchados, cruzaban la calle y entraban en su bar y en su casa.
-Sentimos llegar así, Aberforth, pero es de suma importancia que nos deje utilizar el pasadizo para llegar al colegio. - explicó McGonagall con educación.
-Pero profesora, usted es la directora de Hogwarts, ¿para que necesita el pasadizo para entrar a la escuela si usted es la directora?
-Lamentablemente para todos, los mortifagos han conseguido entrar a la escuela-respondió la animaga con pesar.
-Pero eso no es posible … - intentó hablar el señor Dumbledore.
-No lo creo Aberforth, aprovecharon justo el momento en el que el castillo tiene menos habitantes y aprovechando que habían eliminado todas las protecciones que puso Harry. - aseguró Hermione.
-Malditos, siempre serán una piedra en el camino para el mundo mágico. - maldijo Hagrid en voz alta.
-Pero debemos de echarles de allí, debemos recuperar Hogwarts de sus asquerosas manos. - sentenció Ron
-Estoy con Ron, tenemos que echarles de allí, cueste lo que cueste y la única manera de entrar sin que nos encuentren con facilidad es por la sala de los menesteres. - argumentó Ginny.
-Bueno…al menos esta vez no hay ningún estudiante que podría salir herido o peor… - suspiró Aberforth - sólo tengo una condición para dejaros pasar.
-Claro, lo que tú quieras - aceptó Ron con seguridad.
-No dejaré pasar por el cuadro de mi hermana a ninguna persona que no conozca - contestó, señalando a las personas encapuchadas.
-Claro, no hay problema - afirmó George con una sonrisa - Venga chicos, dejaros ver.
-Despues de tantos años, sigues tan gruñón, Dumbledore - tanto James como Sirius se quitaron sus capuchas mostrando sus rostros.
-¿Como…-Aberforth empalideció de repente.
-No sólo los mortifagos volvieron a la vida querido hermano. - dijo el antiguo director revelando su identidad.
-Albus - susurro Aberforth.
-Hola hermano. - saludo Albus Dumbledore con esa sonrisa que solo él sabía hacer.
Uno a uno los encapuchados se dejaron ver, mostrando a todas las personas que habían vuelto a la vida presentes.
-Me siento en un Deja Vu muy fuerte. - aseguró Aberforth cuando ya todos habían revelado su identidad.
-Ya…no creo que nadie se esperara la vuelta de ninguno de nosotros- aseguró Remus.
-Todo esto lo desencadenaron los mortifagos, la vuelta a la vida de todos - explicó Sirius.
-¿Pero como lo hicieron? - preguntó el anciano.
-Siento interrumpirte pero debemos ir ya, Aberforth…Te lo explicaremos en cuanto volvamos. - indicó Ginny.
-Claro, venid todos. - todos subieron las escaleras que llevaban a la casa del tabernero.
La casa estaba en un silencio perpetuo si no fuera por el sonido de los zapatos contra la madera. La casa estaba casi totalmente a oscuras aunque fuera todavía de día en la calle. Llegaron a un pequeño salón en el que resaltaba un cuadro con una chica rubia de corta edad, una habitación que Hermione y Ron reconocieron al ser en la que estuvieron con Harry tanto tiempo atrás.
-Ariana - murmuró Albus viendo el cuadro de su hermana fallecida.
-¿Como pudo Harry conseguir mantener esta entrada? La sala de los menesteres cambia cada vez que alguien lo requiera, no puedes dejar algo permanente saliendo de ella. - aseguró Hermione.
-Nunca lo llegué a comprender, pero tardo apenas unos días en hacerlo. - explicó el tabernero.
-Se pasó varios días antes mirando libros antiguos que había cogido en de la sección prohibida de la biblioteca de Hogwarts con el permiso de la profesora McGonagall. - recordó Ginny pérdida en sus pensamientos.
-Si, recuerdo que Potter me pidió ir a la biblioteca y coger algunos libros para unas investigaciones, pero de eso ya hace varios años… - contestó McGonagall.
-Bien, debéis de seguir todo el camino únicamente, según me contó Harry es todo recto sin ningún giro o cambio de calle. - explicó Aberforth.
-Bien, muchas gracias Aberforth. - agradeció Ginny acercándose al anciano.
-No hay de que, al fin y al cabo quiero que esos bastardos desaparezcan de una vez por todas. - aseguró el señor Dumbledore abriendo con cuidado la puerta oculta en el retrato de su hermana.
-Bien, vamos a patear un par de culos mortifagos, cornamenta - dijo Sirius a su mejor amigo metiéndose dentro del túnel, pero antes de seguir se giró en la entrada- ¿No te nos unirás, Aberforth ?
-Lo siento pero es mejor que me quede aquí, ya soy demasiado viejo para luchar.
-Cuídate hermano - Albus se puso delante de su hermano pequeño.
-Claro, estaré viejo y no seré tan listo o poderoso como tu, pero les será difícil a los mortifagos acabar conmigo - bromeó Aberforth con una sonrisa.
-Cuando acabe esto me gustaría tomar un té contigo.
-Claro, sigo teniendo algunos de esos caramelos de limón que tanto te obsesionaban. - contestó el hermano pequeño con una sonrísa - ten cuidado.
-Y tu también, hermano. - ambos se dieron un abrazo fraternal.
Después de esto, toda la Orden entró al pasadizo, adentrándose a la aventura o más bien al peligro. Después de esto nada volverá a ser igual.
Se avecinan muchas cosas, pero no diré nada más.
¿Que creéis que pasará?
Se que no es una nota final muy larga pero tengo prisa, tengo que hacer algunas cosas. Nos leemos luego, votad y comentad por favor.
Caroly⚡
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Vuelven
ФанфикDespués de más de 16 años de tranquilidad después de la horrible guerra que sufrió el mundo mágico, Harry Potter ha llegado a ser el jefe de aurores más joven de la historia y es un hombre feliz junto con su esposa Ginny y sus hijos James, Albus y L...