Capítulo 1

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Todavía no me podía creer que estuviera a punto de irme hacia Lisboa a cumplir mi gran sueño: representar a España en Eurovision. El último mes de la preselección había pasado tan rápido que aún no me había hecho a la idea de todo lo que se me venía encima. Pero estaba contenta, o mejor dicho extasiada. Tenía muchísimas ganas de ir a Lisboa y conocer al resto de concursantes, especialmente a algunos cuyas canciones no se me quitaban de la cabeza. Pero no tendría que esperar mucho para eso, puesto que hoy era la preparty de Madrid, mi ciudad natal y encima yo era la anfitriona. ¡Moría de los nervios!

—Natalia, cariño, no estés nerviosa que lo vas a hacer genial— me dijo Claudia, mi estilista, mientras le daba los últimos retoques al vestido.

—Eso espero, pero no se si estoy preparada para hablar delante de tanta gente y encima en inglés.

—¡Pero si a ti el inglés se te da genial!

—Bueno, pero los europeos tienen mejor nivel.

—¿Quién dice eso? Anda, déjate de tonterías. Mira lo guapa que estás.

La verdad es que el vestido era precioso y se acomodaba perfectamente a mi cuerpo. Además, la magia del maquillaje me hacía ver aún mejor. Claudia se aseguró de hacerme una foto y pasársela a la jefa, que es como llamábamos a mi madre.

—Es increíble. Hace un año estaba llorando en segundo de bachillerato y ahora estoy aquí— dije entre risas recordando mi pasado "oscuro", como le llamaba yo en broma.

—Las cosas cambian de un día para otro, reina. Agradécele todo esto a esa voz tuya tan espectacular.

—Ay gracias, Clau.

Abracé a mi nueva mejor amiga, desde hace apenas unos meses, con todas mis fuerzas. Era mi estilista pero sobre todo mi animadora. Gracias a ella y a que me estuvo escuchando un buen rato relatar el mismo discurso de bienvenida, me sentí con fuerzas y con ánimos para salir allí y darlo todo.

—Recuerda, cabeza alta, pisa bien, cuidado con no tropezarte con el vestido que ya te ha pasado más veces— me decía antes de que me llevaran a la limusina.

—¡Lo sé! ¡Te quiero!

—¡Y yo a ti, reina!

Un señor de seguridad me ayudó a subirme en la oscura limusina y a mi lado se sentó Rafa, el coordinador y mi representante.

—Estás preciosa.

—Y muy nerviosa— añadí notando mis manos sudadas.

—Lo vas a hacer genial. Enséñales cómo es una buena fiesta española.

—Olé— dije entre risas.

El recorrido hasta el lugar donde se celebraría, la sala La Riviera, fue bastante ameno gracias a Rafa y su capacidad para hacerme pensar en otras cosas. No obstante, cuando la limusina paró enfrente de la alfombra roja, sentí todos los nervios volver de repente. Había infinidad de medios de comunicación de distintos países y algunos representantes ya estaban ahí hablando con ellos. Reconocí a Rassmusen, de Dinamarca y a Waylon, de los Países Bajos.

—¡Vamos allá!— dijo animadamente Rafa. Claro, como no era él quien tenía que hablar estaba calmado.

Al bajar de la limusina y dar el primer paso en la alfombra roja sentí como mil personas me llamaban y me apuntaban con sus cámaras y micrófonos, así que simplemente me acerqué al primero que vi con una sonrisa e intenté esconder mis nervios.

—Buenas tardes Natalia, somos de la televisión húngara, ¿cómo estás?— bueno, ya tocaba tener que activar el modo inglés...

—Muy bien, ¡saludos a Hungría!

{Take Me} Melovin & Benjamin IngrossoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora