Hoy se suponía que iba a ser un día bastante tranquilo, era la víspera de la segunda semifinal y la gente procuraba no agobiarse mucho con el tema. Yo en cambio sí que estaba agobiada y más después de hablar con Sam y escuchar sus consejos.
—Lo has jodido, vale. Pero no lo jodas más, a Benjamin ni le mires y a Melovin ni una palabra— dijo a través de la pantalla de mi móvil.
—Creo que debería decírselo a Mel, tengo que ser sincera con él.
—Eso no va a arreglar las cosas, es más, se va a enfadar y con razón.
—Ya lo sé pero si se entera por alguien más sí que estoy jodida.
—Bueno, haz lo que quieras, como siempre te pasas mis consejos por ahí abajo...— dijo entre risas.
—Que va...—reí.
Después de que Sam me cortara porque había venido a verla Ismael decidí que ya era hora de bajar a desayunar. En el comedor no había mucha gente porque era un poco tarde pero encontré a Benjamin que estaba sentado con Cesár y, en contra de lo que me había recomendado mi amiga, me senté con ellos.
—Buenos días— sonreí deslizándome en el asiento de al lado de César.
—Buenos días, Nat— contestaron ambos.
—Me enteré de que ayer hubo una fiesta y no estuve invitado...— dijo Cesár por lo bajo.
—Aw, es verdad...—le di unas palmaditas en la espalda.—Pero tampoco estuvimos muchos.
—¿Pasó algo interesante?
—No, no te perdiste nada— contestó Benjamin mirándome de reojo al ver que yo no decía nada.
—Bueno chicos, os dejo. Nos vemos.
El austriaco se marchó del comedor dejándonos a nosotros dos solos. Yo me sentía un poco incómoda pero él también estaba bastante raro, menos animado que de costumbre.
—¿Estás bien?— le pregunté tras darle un mordisco a mi manzana.
—Sí— se encogió de hombros sonando muy poco convincente.
—Te noto raro— apoyé mi mano sobre su antebrazo unos segundos pero al notarle incómodo la quité.— ¿Qué te pasa, Benji?
—Nada, Nat. No te preocupes.
Estuvimos unos minutos callados, ambos concentrados en nuestra comida, pero yo no aguantaba estar así con él o verle de esa manera, teniendo en cuenta que siempre estaba feliz y bromeando.
—¿Te pasa algo conmigo o...?
—Déjalo, enserio— me cortó la frase y negó con la cabeza.
—Dios, Benjamin, ¿qué te he hecho? ¿Por qué estás enfadado conmigo?
—¡No lo estoy! Simplemente no quiero hablarte.
—¿Por qué?— insistí con el entrecejo fruncido.
—Porque estoy cansado de hacerme ilusiones contigo y luego verte con... Da igual— bajó la mirada a su plato y empezó a darle vueltas a la comida de aquí para allá y yo sin saber qué decir.
—¿Lo dices por lo de ayer? Fue solo un juego...
—¿Lo fue?— me miró fijamente a los ojos, confundiéndome, esperando que dijera aquello que tanto me costaba decir.
—Yo... Lo único que quiero es que estés bien, mañana es tu semifinal y tienes que dar el máximo, ¿vale?
—Sí, sí, lo haré.
Benjamin se levantó bruscamente arrastrando la silla y salió del comedor. Sabía que no estaba del todo enfadado conmigo pero entendía sus sentimientos más que los míos propios. Esta historia entre los dos chicos no estaba saliendo bien para nadie y si no ponía mi mente en claro todo acabaría en desastre.
Cuando ya estaba a punto de irme vi entrar en el comedor a una mujer a la que nunca había visto antes: delgada, de pelo rubio casi blanco, pálida y alta. Vestía de negro y un piercing adornaba su esbelta nariz. Era muy guapa y claramente extranjera. No pensé mucho en quién podría ser hasta que me habló.—Perdona, ¿sabes cual es el horario del desayuno?— dijo en inglés con un acento muy fuerte ruso.
—Sí, de las siete a las nueve de la mañana.
—Gracias— sonrió ligeramente mostrando una hilera de perfectos dientes blancos. Me quedé pensativa un momento hasta que me decidí a preguntarla.
—No te había visto antes y creo que este hotel está reservado para personas relacionadas con Eurovision, ¿conoces a alguien?
—Oh sí, soy amiga del representante de ucrania, Melovin— cuando lo dijo se me congeló la sangre. Ella era Lesya, la supuesta amiga de Mel, y era preciosa. Para ser sincera sentí algo de celos.
—Ah, muy bien, bienvenida entonces.
No le conté nada, es cierto, pero tampoco me sentí con la obligación. Si Mel no le había hablado sobre mí, ¿por qué me iba a presentar yo así como así?
—Gracias. Pareces amable, ¿te importaría que comiéramos juntas? Es que Mel tiene ensayo y no conozco a nadie...
—Claro, nos vemos aquí a las dos— dije con una sonrisa. Ella contestó igual y yo me alejé hacia el ascensor.
En mi mente no le dejaba de dar vueltas a esa chica y sí, sentía celos aunque no tenía por qué. Por otro lado me parecía muy raro y sospechoso que Mel no le hubiera hablado de mí sin tan amigos eran. De todos modos, cualquier atisbo de enfado que pudiera tener se me disipó al leer sus mensajes.
~Buenos días, Nat. Hoy no te podré ver mucho, tengo los últimos ensayos.
~¿Nos vemos por la noche? Estoy nervioso y quiero estar contigo xx
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{Take Me} Melovin & Benjamin Ingrosso
FanfictionAquel festival nos unió, nos destruyó y nos recompuso de nuevo. Durante un breve periodo de tiempo me encontré bailando de júbilo y felicidad, y también caí en el infierno de la desesperación y la tristeza. Y aquellos dos corazones formaron parte de...