Capítulo 31

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No había dormido mucho esa noche, creo que no llegué ni a tres horas de sueño y para colmo tenía los ojos rojos e hinchados. Me levanté perezosamente de la cama y me estiré, alargando lo inevitable: el desayuno. No tenía ningunas ganas de bajar y encontrarme con Melovin porque sinceramente no sé qué pasaría si lo hiciera. Probablemente le contaría todo lo que vi, él pondría excusas, discutiríamos y eso podría desfavorecerle teniendo en cuenta que hoy era su semifinal.
Cuanto más le daba vueltas más se me removía el estómago hasta que finalmente decidí que no bajaría a desayunar, así que le pedí a Claudia que me trajera algo. ¿Por qué no se me iba esa imagen de la cabeza?

—¿Lesya...?— susurré interrogante al verla parada enfrente de mí, con su cabellera larga y blanca cayendo sobre sus hombros y una de sus manos sujetando las sábanas contra su pecho.

—Oh Natalia, perdona por salir así...— forzó una sonrisa tímida y se acomodó.— ¿Buscas a Mel?

—Eh no, solo venía a recoger mi móvil, creo que me lo deje aquí...—dije todavía anonadada. Ella echó un vistazo por la habitación desordenada, lo cogió y me lo entregó con una sonrisa.

—Les, ¿quién está?— preguntó Melovin desde la ducha. Yo, que no sabía si llorar o montar un pollo ahí mismo, negué con la cabeza bajo la mirada de la albina.

—Oh no es nadie, se han equivocado— respondió Lesya con complicidad.

Me quedé unos segundos más mirando hacia el interior de la habitación hasta que sentí que si seguía haciéndolo explotaría. Así que simplemente sonreí forzadamente y me fui prácticamente corriendo, con rencor en las venas y lágrimas en los ojos.

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Tantas horas en la habitación me estaban empezando a volver loca por lo que decidí subir a la azotea del hotel. Allí arriba no había nadie y el viento azotando mi cuerpo en cierto modo me relajaba. Pero aquello no duró mucho, unos veinte minutos después alguien más se unió y ese alguien era Benjamin.

—No sabía que estabas aquí— dijo apoyándose en la barandilla junto a mí.

—Ya— respondí sin ganas. Aunque tenía la mirada en el horizonte pude notar como él había desviado su mirada hacia mí.

—¿Estás bien?— preguntó con un tono de preocupación en su voz, dirigiendo su cuerpo en mi dirección. Yo asentí con un sonido gutural.—¿Segura?

—¿No eras tú el que estaba enfadado?

—Bueno, no me duran mucho los enfados...—le miré de reojo y ambos sonreímos.— ¿Qué te pasa? ¿Has llorado?

—Sí, porque he tenido una visión en la que Suecia no pasaba la semifinal y me da pena por ti— bromeé provocando en él una carcajada.

—Seguro que Suecia no era— dijo convencido de sí mismo. Tras unos segundos posó su mano en mi espalda y la acarició ligeramente.— No quiero que estés mal.

Al escuchar sus palabras no pude evitar mirarle, notar ese picor en los ojos y finalmente abrazarle. Él me rodeó con sus brazos como siempre lo hace y por un momento me sentí tranquila y segura. Cuando nos separamos él besó mi frente cariñosamente y yo cerré los ojos ante su tacto.

—Suecia pasará...— sentencié finalmente con una sonrisa y abrí los ojos para ver la suya.

—¿Lo dudabas?— dijo haciéndose el ofendido, yo rodeé los ojos y reí.

—Por si acaso, buena suerte— enfaticé señalándole con el dedo justo en el centro de su pecho.

—Gracias, Nat— respondió sonriente asintiendo con la cabeza.

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A tan solo dos horas de la semifinal me encontraba con Claudia y Laura dando los últimos retoques a mi vestido y a mi maquillaje. Aunque hoy no fuera a actuar tenía que ir bien vestida y por supuesto que no podía ir con la cara de haber llorado que tenía. Laura me hizo muchas preguntas sobre eso pero las esquivé todas como pude. Mientras ella perfeccionaba mis labios yo cogí el móvil tras haber escuchado el silbido.

~¿Podemos quedar en mi camerino del Altice Arena antes de que empiece la semifinal? Hoy no nos hemos visto en todo el día, xx

Rodeé los ojos furiosa al ver el mensaje de Melovin, haciendo como si nada hubiera pasado. Tecleé mi respuesta a toda prisa y marcando con fuerza en la pantalla.

~No creo que pueda, además no quiero desconcentrarte.

~No lo harás, te espero aquí, xx

Bufé con rabia y tiré el móvil a un lado. Laura me regañó por haberme movido tanto pero es que estaba demasiado irritada y ahora se suponía que tenía que ir a verle. ¿Cómo iba a reaccionar al ver su cara, seguro, de falsa inocencia? No quería arruinarle la noche pero tampoco estaba segura de si me podría contener.

{Take Me} Melovin & Benjamin IngrossoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora