{Take Me} Melovin & Benjamin Ingrosso

Capítulo 6

Me desperté a las nueve de la mañana gracias al despertador que había decidido ponerme para no perder el horario de desayunos. Me levanté y me vestí rápidamente. Justo cuando salía de la habitación me encontré con Claudia y Laura, que venían a recogerme.

—¿Qué tal ayer? ¿Quedaste con Benjamin?— me preguntó Clau alzando una ceja.

—Sí, fuimos a dar una vuelta y nos encontramos con Elina y Melovin. Al final cenamos todos juntos.

—Uff que mal rollo me da el ucraniano...—dijo Laura por lo bajo cuando entramos en el ascensor.

—¿Eh perdona? Si es un amor.

—Lo que tú digas pero a mí que no me mire con el ojo ese.

No supe si reírme o enfadarme, pero terminé haciendo lo primero. ¿Qué mas me daba si no le gustaba Melovin? A mí me encantaba y eso era lo realmente importante.

—Por cierto, hoy voy a ir a ver su primer ensayo.

—¿A qué hora es?— preguntó Claudia.

—A las tres de la tarde.

—Pues te va a acompañar quien yo te diga— respondió entre risas mientras entrábamos en el comedor.

—Tampoco te iba a pedir que lo hicieras.

El comedor estaba bastante lleno para lo que yo me esperaba, sobre todo estaban las delegaciones cuyos ensayos eran por la tarde. No encontré ni a Benjamin ni a Melovin así que me senté con Michael, Ryan, Mikolas y Ari, de Islandia, que todavía no le había conocido.

—¿Y cuándo has llegado?— le pregunté una vez nos habíamos saludado y ya me había sentado.

—Ayer por la noche, sobre las dos de la mañana. Estoy derrotado.

—¿Y por qué madrugas?— reí y él se encogió de hombros.

—Los islandeses son así...—dijo Ryan.

—Tío, relájate un poco, que te va a explotar la boca— le dijo Michael a Mikolas.

—Es que tengo ensayo a las diez y media y veo que no me da tiempo...—respondió el rubio de gafas con la boca llena.

—Yo lo tengo a las ocho de la tarde— habló Ari con una sonrisa.

—Nosotros descansamos hoy— dije refiriéndome a Michael y a mí, y ambos sonreímos efusivamente.

—Yo ya tengo ganas de subirme al escenario— dijo Ryan dándole vuelvas a su tortilla francesa.— Si no canto en menos de un día estallo.

—Seguro que sí— dijo Michael riéndose.

—Bueno chicos, os dejo. ¡Deseadme suerte!— dijo Mikolas todo nervioso y con restos de comida en la boca.

—¡Mucha mierda!— respondimos.

Cuando terminamos de desayunar me despedí de los chicos y me subí a mi habitación. Una vez allí me duché, me vestí y bajé a la recepción donde me estaban esperando Laura, Claudia y Edu, puesto que nos íbamos de excursión turística por Lisboa. También me enteré en ese momento que iban a venir con nosotros Claudia Pascoal, Isaura y algunos de su equipo, para enseñarnos un poco su ciudad.
Estuvimos durante toda la mañana pateándonos las calles portuguesas y vimos, entre otras cosas, la torre de Belem que era preciosa.