Tras haberle preguntado a Rafa por el número de habitación de Benjamin y después de que él hubiera movido algunos hilos para conseguirlo, salí en busca de aquella habitación. Llegué hasta su piso y llamé a la puerta, la cual se abrió unos segundos más tarde dejando ver a un Benjamin bastante sorprendido.
—Natalia... ¿Qué pasa?
—Nada, solo te venía a ver. ¿Puedo pasar?
—Ehh...claro— dijo abriendo más la puerta y pasando yo por debajo de su brazo.
—¿Qué tal ha ido el primer ensayo?
—Bastante bien, el escenario es increíble, aunque todavía tenemos que retocar algunas cosas en cuanto a iluminación y a pasos de baile— dijo poniendo los brazos en jarra y asintiendo.
—¿Es muy grande? El Altice Arena me refiero— dije mientras me asomaba a su ventana, ya que tenía unas vistas completamente opuestas a las mías y mucho más espectaculares.
—Enorme. Ya lo verás mañana. ¿Cuándo tienes tu ensayo?
—Por la tarde, pero todavía no me han dicho hora. Por cierto, menudas vistas.
Benjamin se acercó y se puso a mi lado sujetando la cortina. Él miró al frente y yo posé mi vista en su perfil.
—Cada día eres más famosa, lo sabes, ¿no?
—¿Por qué lo dices?— reí.
—Hay un vídeo en Instagram en el que sales dándole un abrazo a unos fans australianos. Creo que ha salido hace una hora o así.
—Aah, sí. Eran realmente amables y simpáticos.
Me alejé de la ventana y me tumbé en la cama bajo la mirada risueña del chico sueco. Él se sentó a mi lado y me miró con una sonrisa. Seguidamente sus ojos viajaron hasta mi tripa y tiró ligeramente de mi camiseta para taparla, ya que se me había subido un poco. Yo sentí un intenso cosquilleo por el roce de sus dedos con mi piel y solté una pequeña risa.
—¿Tienes cosquillas?—preguntó alzando una ceja.
—No— mentí y supe al segundo que no me había creído. Entonces se abalanzó sobre mí y me empezó a hacer tantas cosquillas que yo no podía ni respirar.—¡Para, enserio, para!— aunque me estaba partiendo de risa no aguantaba la sensación y sin querer le di un puñetazo en la barbilla.
—¡Oh shit!
—¡Lo siento! Mierda, lo siento, enserio.
Él se incorporó y se tocó la barbilla con una expresión de dolor, yo le miraba súper impotente y culpable.
—¿Te traigo hielo?
—No, está bien. Das buenos ganchos eh— dijo con una sonrisa.
—Eso parece... A ver...— le aparté la mano de la zona que había sufrido el impacto y observé que todo estaba bien. Nos quedamos mirando desde tan cerca que por un momento se me olvidó todo el inglés que sabía.—Ehmm...
—Espero que no seas la culpable de un buen moretón en pleno festival de Eurovision.
—Ojalá que no, sino creo que tu equipo me mataría, literalmente— respondí volviendo a recuperar las distancias adecuadas.—En fin, creo que es hora de ir a comer.
—Creía que los españoles comías más tarde.
—Y lo hacemos, pero aquí me tengo que aguantar con vuestros horarios europeos raros— dije levantándome de la cama.
—Yo comería mucho antes que esto, en realidad— le miré con cara de "wtf" y él estalló en carcajadas.—Me gustaría verte pasar una semana en Suecia.
—Lo mismo digo. Tú en España te me mueres del hambre o algo.
—En realidad no, llevo pasando veranos en España desde que tengo 12 años, estoy acostumbrado.
—Mierda, entonces no mola— reí.
Salimos de su habitación finalmente hacia el comedor, una vez allí nos servimos nuestra comida en el bufet y nos sentamos en una mesa. Me fue inevitable buscar con la mirada a Melovin pero tampoco le encontré esta vez. Unos minutos más tarde llegaron Rassmusen y Alexander Rybak y se sentaron con nosotros.
—Cuánto nórdico, siento que sobro— bromeé.
—Hasta luego— dijo Alexander. Hice un amago de levantarme y él me agarró y me abrazó mientras nos reíamos.
—Siempre viene bien una cálida mediterránea— habló Rassmusen.
—Qué hombre más sabio— dije asintiendo con la cabeza.
—España es un país precioso, pero nada como Noruega.
—No está mal, pero el mejor país es Suecia— dijo Benjamin haciéndose el chulito mientras yo me partía de risa.
—Qué incultos, no saber que el mejor lugar del mundo es Dinamarca...
—¡Já! No os pongáis celosos pero no hay nada como España. ¿Queréis frío? Pirineos. ¿Surfear? Ir al norte. ¿Playas paradisiacas? Las islas. ¿Fiestas increíbles? Valencia. ¿Realizaciones culturales? Andalucía. ¿Un poco de ciudad? Madrid y Barcelona.
—Shhh, no mientas...— dijo Benjamin intentando taparme la boca.
—Vale, tú ganas— admitió Rassmusen levantando las manos.—Llévame a esas famosas tierras.
—Eres un vendido— le culpó Alexander en broma y todos empezamos a reír.
En verdad me lo pasé increíblemente bien en la comida, aquel trío de nórdicos eran de lo más graciosos a pesar de su supuesta seriedad. Tan bien me lo estaba pasando que cuando me quise dar cuenta eran las dos y cuarto y me quedaban tres cuartos de hora para prepararme e ir a ver el primer ensayo de Melovin.
—Chicos, lo siento, me tengo que ir.
—¿A dónde?— preguntó Rybak.
—Es el ensayo de Melovin y le prometí que iría a verle— en cuando lo dije pude ver como claramente se le apagaba la sonrisa a Benjamin y bajaba su mirada hacia su plato.
—Oh genial, cuánto favoritismo, a mí no me fuiste a ver...— dijo Rassmusen.
—Es que vuestras canciones no me gustan...— dije con una sonrisa según me iba, además de remover ligeramente el pelo de Benjamin. Lo último que vi antes de irme fue la mueca que logró expresar.
ESTÁS LEYENDO
{Take Me} Melovin & Benjamin Ingrosso
FanficAquel festival nos unió, nos destruyó y nos recompuso de nuevo. Durante un breve periodo de tiempo me encontré bailando de júbilo y felicidad, y también caí en el infierno de la desesperación y la tristeza. Y aquellos dos corazones formaron parte de...