Y sé que Saturno murió un sábado, lo sé porque lo oí esconderse tras el Sol abrasador. Lo sé porque sentí mi piel quemar, arder tras el infinito que aquel solo poema me había llegado a proporcionar. Nunca había llegado a sentirlos, nunca había llegado a sentir aquella quemazón bajo mis débiles huesos, aquellos meteoritos chocar contra el cuerpo estelar.
Siempre había juzgado - erróneamente, ahora lo sé- como palabras vanas, simples semejanzas de sonidos y danzas monótonas las palabras de los poetas; sus rimas. Saturno había devorado a sus hijos uno a uno: la pasión, la imaginación, la plenitud y todos, todos aquellos suspiros que alguna vez había exhalado el pensamiento desaparecían, morían entre sus dientes de la misma forma en la que estos escritos líricos llegaban mudos a mis oídos, a mi mente aún en flor cuando debía ser fruto.
Y sé que Saturno murió un sábado. Lo sé porque los pájaros que habitaban en las esquinas de las letras piaron aquella mañana. Un ruiseñor se posó en el alfeizar de mi ventana y liberó a los dioses del temible titán, quien la poesía cegó y dejó mudo. Suspiré, conmovida, fascinada. Me temblaban las manos sobre el texto y puede que el corazón también.
Saturno fue consumido por el Sol, que liberó a sus hermanos y la emoción brilló con intensidad dejándome en un estado de éxtasis. Apenas podía articular palabra. Ahora lo comprendía, la tinta de aquellos versos escondía susurros de luz y alma y no hacía falta realmente entenderlo, sino sentirlo dorado en las venas.
La galaxia pareció más oscura, más eterna y mis ojos se cerraron del mismo modo en el que su corazón dejó su constante "tic-tac". Quería retener aquello, aquel éter de estrellas y enrollarlo entre mis dedos. Quería que el Sol me consumiera. Quería que la poesía cantase y cantase con su voz dulce a mi oído.
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RAMAS ENCORVADAS: historias y desvaríos en flor
Short StoryCuenta la leyenda que si besas la áspera corteza de una rama encorvada, nace una flor y sus pétalos, al volar, narran historias. ¡Besa este tronco y lo descubrirás! Hay muchas historias, desvaríos, opiniones y maravillosos desastres a punto de flore...