Se había esfumado

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Se había esfumado y sin embargo, juraría que era ella.
Me detuve, no quise acercarme más, quería seguir observando cómo el viento mecía su pelo y cómo apretaba los labios mientras leía. Quería quedarme solo para admirar la abstracción de sus ojos puestos en un libro de cubierta amarilla. Sentí curiosidad por el título, pero me abstuve de dar un paso y devolverla a la Tierra cuando desde la otra punta, no parecía más que el eterno y bello eclipse al que mejor era no mirar de forma directa, no fuese a percatarse de mi presencia, no fuese a ser sol y a esconderse la luna.
Se había esfumado y sin embargo, juraría que era ella.

RAMAS ENCORVADAS: historias y desvaríos en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora