Rebelión

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Los gritos de la muchedumbre enfurecida se oían desde lo más alto del castillo.
Los arqueros tomaban posiciones y lanzaban sus flechas al abismo, pero los aldeanos, levantados en armas y decididos a asaltar el castillo de su señor sin importar la muerte, blandieron su acero.
Las flechas cayeron sobre sus cabezas y pocos fueron los que consiguieron entrar a la fortaleza, mas el cruel destino lrd separaba una fila de hombres armados.
Se abalanzaron unos contra otros, en un violento huracán de sangre. El sudor empapaba sus cuerpos, el horror, sus corazones y el líder de la revuelta miró, fuera de sí, con lof ojos enrojecidos, à sus compatriotas caídos antes de clavarse el puñal en el pecho y decir, faltándole el aliento: "Ahora vamos a morir todos...".

RAMAS ENCORVADAS: historias y desvaríos en florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora