-25- Ilias, querida.

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Kayla (POV):

-Si quiera podemos volvernos a casa.-Gire mi cabeza hacia Enzo.

Hoy era miércoles, había estado dos dias escolares en casa descansando, y hoy por fin volvía a clase.

Todo el mundo sabía lo sucedido, y seguramente fuese la comidilla de estos cotillas pueblerinos, pero en fin, me importaba una mierda lo que pudiesen decir e inventar.

-Si Bestia, algún día tendré que volver.-Una sonrisa ladeada se formó en sus labios.

-Como veas, pequeña. Cualquier cosa, ni si quiera dudes en llamarme, ¿de acuerdo?-Mordí mi labio asintiendo ante su tono serio.

-¿Incluso si pisó una plasta de perro vendrás a limpiarmela del zapato?-Hizo una mueca divertida mientras soltaba una carcajada.

-Eso lo puedes hacer solita, o si no la limpias en la cara de ese jugador de fútbol, ¿como se llamaba? ¿Alan? ¿Amil? ¿Ano?-Lleve una de mis manos a mi boca para soltar una carcajada mientras negaba la cabeza.

-Amos.-Rode los ojos dándole un suave beso.-Te veo luego.-Me guiño un ojo antes de salir del coche.

Suspire colgando mi mochila a mi hombro derecho, despidiendo a Enzo con una de mis manos, así luego, arrancando el coche para desaparecer.

Gire mi cuerpo hacia la puerta del instituto, viendo como, todos a mi paso murmuraban y me observaban sin si quiera disimular.

Sentí una mirada quemarme la espalda, así que antes de entrar al instituto me gire, viendo un hombre bastante mayor observarme desde los árboles que daban pie al bosque. Fruncí el ceño en su dirección.

Sus labios comenzaron a moverse, así que, afinando el oído todo lo que pude escuche un leve susurro adentrarse en el.

-Hola Kayla.-Mi corazon comenzó a bombear deprisa, sin embargo, comencé a andar en su dirección.

Probablemente es lo peor que pudiera haber hecho.

A medida que me iba acercando algo en él me parecía realmente familiar.

Quedando en frente de él, a una distancia correcta, me permití analizarle de arriba abajo. Sin duda estaría cerca de los setenta años, pero tenía una gran forma física a simple vista.

-¿Quien eres?-Pregunte com decisión, sin que mi voz temblase.

-¿No me reconoces, querida?-Alce una ceja ante su tono obvio.

-¿A caso debería, viejo?-Él comenzó a reírse de una manera macabra.

Di un paso atrás dispuesta a irme, pero alguien estaba detrás de mi, dos grandes hombres cortaban mi paso.

Intente mantenerme fría, mantenerme concentrada.

Bien, sé pelear, soy cazadora y mujer Lobo, si tengo que patearles el trasero lo haré.

-¿Que quieres?-Dije entre dientes.

-A ti, querida.-Aprete mis labios sin comprender.-Soy tu abuelo, Ilias, el padre de Jolie.-Mi corazón se paró un segundo, intentando procesar lo que me acababa de decir.

-Por tú culpa mis padres estuvieron huyendo por años, asqueroso vejestorio.-Escupi con asco.

Su rostro cambió drásticamente, haciendo un gesto con la cabeza a los hombres de mis espaldas.

Me gire asustada.

El más pequeño de los dos se acercó corriendo. Rode por el suelo dándole una patada en la entrepierna, para luego, cogiendo una gran rama de árbol del suelo, estampársela en la cabeza con fuerza, cruzándole la cara y dejándolo insconciente.

Enzo. #MT2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora