Enzo. #MT2

-33- Hijo de perra.

Por favor, os pido que os leáis la nota final, yo sé que os gustará la sorpresa que tengo para vosotras/os.😏💫

Maratón (4/4)

Enzo (POV):

Comencé a besar el cuello de mi pequeña en cuanto me desperté con ella jodidamente pegada a mi cuerpo. No pude evitar meter mi nariz en su cuello y comenzar a besarle. Unos gruñidos salían de su boca, poniendo una mano en mi cara me separo.

-Para bestia, quiero dormir perro pulgoso.-Alce una ceja al verla aún con los ojos cerrados.

Inconscientemente solté una carcajada poniendo mis manos en su cintura, para así acariciarla.

-Sabes que son las nueve de la mañana, y ayer ni si quiera cenamos. Mierda preciosa, después de estar dentro de tu apretado y delicioso coño nos quedamos K.O.-Su mano se dirigió a mi hombro, así golpeándolo mientras abría los ojos frunciendo el ceño, pero con una mirada divertida.

-Eres una maldita bestia bruta.-Sonreí besando sus labios de forma casta.-Tengo hambre.

-Vayamos a desayunar, tenemos todo el sábado por delante.-Hizo un adorable puchero en sus labios antes de levantarse de la cama completamente desnuda.

Me cagaba en todo lo cagable, quería entrar en ella otra vez, me estaba poniendo duro y cachondo solo de ver su endemoniado culo.

Me levante totalmente desnudo al igual que ella, solo que yo tenía un problemita ahí abajo. Kayla se giró mientras se ponía las bragas, desviando su mirada a mi amiguito. Sus ojos se abrieron de par en par y sus mejillas se sonrojaron, sin embargo, me sorprendió verla morderse el labio con deseo.

-Mierda pequeña.-Gruñi acercándome a ella.-Vamos a darnos una ducha larga y placentera, jodidamente ahora mismo.

La cogi colocándola en mi hombro como una bolsa de patatas, llevándola directa al baño, a darle como era debido los buenos días.

(...)

Mire con una ceja alzada a Kayla, quien comía sin si quiera respirar. Sonreí orgulloso por haber dejado a mi chica seca entre anoche y nuestro maravilloso polvo en la ducha.

Joder.

O dejaba de pensar en lo de esta mañana y en como he follado su boca o me pondré otra vez duro y a cien.

Estábamos sentados en la isla de la cocina, yo en una silla al lado de la suya, mientras yo comía un plato con huevos revueltos, ella se zampaba un gran tazón de cereales con leche y cacao.

-Enzo, ¿te estás poniendo cachondo otra vez?-Me miraba divertida sin dejas de comer el tazón enorme de cereales.

-Estaba pensando en nuestro momento en la ducha, y creo que no me he saciado de tu coño.-Empezó a toser al atragantarse con la comida.

Sonreí cruzándome de brazos.

-Enzo.-Me reprimió.-No vivimos solos, ¿sabias? Te pueden escuchar con su superoido.-Rei acercándome a ella, alejando el tazón vacío de cereales, así colocándome entre sus piernas.

-En esta casa no se utilizan los "poderes" de hombre lobo por respeto pequeña.-Rodo los ojos llevando sus manos alrededor de mi cintura.

-Lo que tú digas, Bestia.-Sonreí ladinamente antes de darle un suave beso.

Un carraspeo llamo nuestra atención haciendo que nos separásemos unos centímetros, dirigiendo nuestra mirada a la puerta de la cocina, donde Jolie, Steve y Kyle, quien iba en brazos de su padre, nos miraban con una sonrisa.