-46- Mi vestido.

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Kayla (POV):

No sé cuánto tiempo llevaba viendo a Enzo golpear el saco de boxeo. Él se habia negado a que yo entrenase puesto que decia que estaba todavía débil. Apenas habían pasado cinco días después de acabar con la miserable vida de esa vieja pasa arrugada, y eso significaba que en una semana empezaba el nuevo trimestre de clases, además de que en dos días era mi presentación como Luna de la manada Trisquel. Estaba nerviosa, no iba a negarlo, pero iba a hacerlo por mi, por Enzo y por la manada. Según Liam, una manada con su Luna es una manad amas fuerte.

Tenía cosas pendientes, tenía que arreglar dos asuntos.

Número uno, destapar a la asquerosa de Lana, darle una gran patada en su culo y abrirle los ojos a Eloy.

Número dos, Sam. No pensaba ignorar sus numerosos cardenales, ni su reacción esquiva y nerviosa cuando le preguntaba.

Le di otro mordisco al regaliz de fresa que tenía en la mano volviendo mi atención a mi sexy y ardiente chico.

Mi chico, y malditamente solo mío.

Relamí mis labios al terminarme el regaliz. Giró su caliente cuerpo hacia mi, pues había estado todo el rato de espaldas dándole sin descanso al saco. Llevo su mano a su pelo sudado retirándoselo de la cara, para mirarme con los ojos entrecerrados mientras su labios se ladeaban hacia arriba.

-Como no dejes de mirarme así te follare aquí mismo aún estando lleno de sudor.-Rei levantándome de la colchoneta donde estaba sentada para acercarme y acariciar su pecho tatuado.

-Es una pena que tenga que irme a por un vestido para la presentacion y coronación como Luna con tu hermana y con Jolie. Sino, gustosamente dejaba que me empapes de tu sudor, bestia.-Sus pupilas se dilataron mostrando un destello rojizo.

-Mierda.-Gruñó.

En un abrir y cerrar de ojos, tenía su cuerpo encima del mío, pues ni si quiera sé como lo había hecho que estábamos ambos tirados en la colchoneta en una posición comprometedora.

-No puedes jodidamente decir eso e irte de rositas pequeña, mierda no puedes.-Llevo sus labios a mi cuello mientras lamía y besaba la marca, arrancándome un gemido.-Tampoco puedes soltar gemidos de placer.-Frunci el ceño mientras le sonreía divertida.

-Entonces no beses así mi cuello bestia. Estás excitándote tu solo.-Arqueo una ceja mientras movía sus caderas hacia delante y hacia atrás haciendo que otro gemido saliese de mi boca.-Enzo...-Me queje mientras nuestras intimidades se rozaban entre sí, sintiendo su bulto crecer a gran velocidad.

-¿Mmm?-Suspire de placer llevando mis brazos a su cuello, uniendo nuestros labios mientras movía mis caderas junto con las suyas.-Eres jodidamente caliente.-Rei mordiendo su labio inferior.

-Tu eres malditamente ardi...-No puede acabar mi frase porque la puerta del gimnasio comenzó a ser aporreada.

-Kayla Wenner saca tu culo de ahí.-La irritante voz de Talía hizo que Enzo gruñese.-¿Por que echáis el cerrojo en el gimnasio? ¿Estáis teniendo sexo?-Aguante mi risa abrazando la espalda desnuda de mi bestia.

-Tu hermana tan oportunista como siempre.-Rode los ojos.-No es justo...-Susurré.

-La amo, pero es una niña insoportable cuando se lo planea.-Gruño frustrado besando mis labios antes de levantarse, así levantándome con él.-¿Que hago ahora con esto?-Mordí mi labio mirando su gran bulto entre las piernas.

Pasee mi mano izquierda por su pecho mientras con la derecha acariciaba levemente, por encima de la tela, su enorme miembro. Subí mi mirada a la suya ignorando los bufidos de detrás de la puerta provenientes de Talía.

Enzo. #MT2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora