Enzo. #MT2

-23- Mi oxigeno.

Enzo (POV):

Mire aterrado la casa en llamas, estaba prácticamente cayéndose a pedazos, y podía sentir a Kayla todavía dentro, como también sentía que cada vez le costaba respirar más.

Cientos de imágenes del incendió que mató a mis padres y gran parte de familia vino a mi mente, sin embargo, rápidamente las aparte para poder concentrarme.

Entre escuchando los los gritos a mi espalda de Liam, a los cuales les hice caso omiso.

Le di una patada a la puerta arrancándola de las bisagras. Cubriendo mi rostro con mis brazos del fuego corrí escaleras arriba, viendo que, dos grandes vigas cortaban el paso. Bufe con fuerza apartándolas con todas mis fuerzas, sentía mis manos arder, pero me importaba una mierda.

Otras dos manos me ayudaron a quitar las vigas, un rubio, mi mejor amigo.

Volví a rugir con todas mis fuerzas quitando por fin las vigas que obstruían el paso. Mis manos estaban abrasadas, podía jugar que incluso tenía quemaduras de tercer grado. Suerte que soy Hombre Lobo y en unas horas no habrá nada.

Abrí la habitación de Kayla con fuerza sin pensármelo dos veces. Mi corazón se estrujó de gran manera. Corrí hasta su lado cargándola en mis brazos, observando su brazo con una gran quemadura y su rostro con manchas negras.

Volví a correr hacia las escaleras con mi Delta detrás de mi, saliendo de aquella casa, que segundos después explosionó, sintiendo la onda expansiva a mis espaldas, cayendo de manera que mi espalda se golpeó con el duro suelo, protegiendo a mi pequeña con mi pecho.

Recuperando el aliento, tumbe a Kayla en el suelo, moviendo su rostro.

-Vamos pequeña, despiértate por favor.-Bombee su pecho, acercando mi boca a la suya, llenando sus pulmones de aire.

Repetí la acción varías veces desesperado.

Mi pulso estaba realmente acelerado, un agobio y miedo me invadió.

-Abre los ojos Kayla, te necesito, ¿entiendes?-Lleve su mano a mis labios mientras la besaba.-¡TIENES QUE DESPERTAR, JODER! No puedes dejarme...-Mi voz comenzó a quebrarse cuando una tos y una sacudida de su bonito cuerpo me iluminó.

-Bestia..-Susurro con la voz ronca mientras tosía.

-Joder pequeña, no sabes el puto susto que me has dado.-Bese sus labios con delicadeza incorporándola un poco.

Sus brazos rodearon mi cuello, mientras las sirenas de bomberos y sanitarios llegaban.

Un camión de bomberos frenó, haciendo su trabajo, mientras los sanitarios se acercaban a nosotros.

-¿Como os encontráis?-Asenti dándole a entender que estaba perfectamente.

-Estamos bien.-El hombre me miro frunciendo el ceño, mientras alzaba en mis brazos a mi chica.

-Joven, la señorita tiene el brazo quemado y us...-Le mire duramente empujando con mi hombro el suyo.

-Le he dicho que estamos bien, joder.

-¡KAYLA! ¡Cariño! ¡Oh cariño!-No me di cuenta cuando habían llegado sus padres, pero su madre corrió mientras sus lágrimas bajaban por sus mejilla.-¡Mi niña!

-Mama..tranquila.-Su voz todavía esta ronca y rasposa.

-Gracias Enzo, gracias hijo.-Su acto me sorprendió, pues con sus delgados brazos me abrazo, rodeando así también a Kayla quien estaba aún en mis brazos.

-¡Bailarina!-Su padre agarró el rostro de su hija besando su frente por un buen rato.-¿Estas bien, verdad?-Pregunto preocupado.

-Si, papá.-Volvió a toser acurrucándose más en mi pecho.