Dos

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Lo que Fujiki Yusaku nunca llegó a imaginar que ese chico, a su parecer, un poco grosero, preguntará si era una chica. ¡Acaso no veía su largo cabello azul y lo demás que compartía con las chicas como sus pechos y caderas! Bueno, no era su culpa, solía vestirse como un hombre de vez en cuando. ¿No notó la falda que ayer vestía?

Aunque nunca llegó a pensar que él había sido con el que había chocado el día anterior y mucho menos había imaginado que el tenía su cuaderno perdido, al parecer tenía que disculparse con sus compañeros de clase porque pensó que ellos habían tomado su cuaderno sin su consentimiento.

Todo había sido culpa suya y de Kusanagi, si verdaderamente quería encontrar a un culpable. Le había enviado un mensaje diciendo acerca de un importante descubrimiento en VRAINS y no tuvo de otra más que correr como si su vida dependiera de ello, aunque realmente dependía de eso su vida, al menos si quería descubrir que sucedió con ella hace diez años.

Chocó con ese chico mayor que ella, sólo se levanto, se disculpó y se fue. Nunca miro atrás.

Un suspiro volvió a salir de ella al ver a su acompañante de cabello blanco y hermosos ojos azules dormido. ¿Acaba de pensar que sus ojos azules eran hermosos? Tuvo que mover su cabeza de un lado a otro para deshacerse de ese pensamiento. Ella nunca estaría involucrada en el romance, al menos de aquí a unos años más en el futuro.

¿Era obligatorio enamorarse? Para ella esa idea le sonaba absurda.

Recargo su rostro en su mano y dejo de mirarlo mientras tomaba su bebida. Con suerte el mar de gente había terminado y podía tener un descanso para realizar sus actividades escolares, Kusanagi, aquel cocinero, era el único trabajando detrás de esa parrilla y conversando con algunos clientes.

¿Porqué el chico frente a ella se desmayó al decirle su nombre? Por más que intentará esforzarse y hacer memoria no podía recordar si lo había conocido en algún lugar pero por más que escarbara entre sus recuerdos, ningún parecido encontraba. Quizá sólo era un chico que la confundió con alguien más.

Agradecía realmente a la multitud ese día, varios le ayudaron a recostar a ese misterioso chico, aunque de misterioso no tenía nada. Ya le había dicho su nombre y había sido tan amable de devolverle su cuaderno. Sólo le causaba problemas alguien más, sólo realmente le gustaría alejarse de las personas.

Mientras menos sean las personas con las que tenga que convivir, mejor sería su vida.

Gracias por ayudarme con este chico Fue lo que dijo mientras hacia una reverencia.

No te preocupes Yu-chanVarios hombres sonrojados se rascaban el cuello—. No olvides en pedirnos lo que sea.

GraciasRespondió un poco intranquila.

Por un momento se sintió asqueada. En primera, eran jóvenes o ya adultos quienes se sonrojaban por una chica de dieciséis años. En segunda, la miraban como un pedazo de carne o peor, como todas esas Idols que veían en las pantallas del parque. Y en tercera, ella no estaba interesada en algún tipo de romance con personas como ellos.

Sólo era una chica en busca de la verdad y cobrar venganza por todo el daño que le habían hecho, ni siquiera tenía amigos a su alrededor, tampoco quería involucrarlos en algo que no les importa. Era así fácil y sencillo sus asuntos.

Tuvo que alejar esos pensamientos y volver a enfocarse en la tablet frente a ella. Una nueva notificación había aparecido en su menú principal, al parecer había servido lo que desde hace tiempo había dejado en VRAINS, pequeños monitores de rastreo, al fin rendía frutos.

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora