Cinco

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Revolver suspiro mientras tecleaba algunas cosas mientras veía de aquel monitor suspendido. Había pasado un mes desde la última vez que vio aquella chiquilla de ojos esmeraldas y cabello bicolor. No podía negarlo, había empezado a sentir algo por ella pero muy dentro de su ser quería saber el porque la confusión con su sexo en ese entonces. Aún había dudas con ella que realmente quería aclarar.

Durante ese tiempo ansiaba conocer al niño, incluso ahora siendo un adulto había imaginado que si fuera un hombre, tuvieran una gran amistad con él, no le pediría su ayuda para aquella guerra que había iniciado pero al descubrir que era una chica, bueno, ya no sabía donde poner su corazón ante todo esto. No quería pensar que había sido un amor a primera vista o un amor intencional. Simplemente pasó.

Incluso en ese mes, que a petición de ella, quería un tiempo para pensarlo, habían estado compartiendo mensajes y una que otra llamada. Algunos eran la excusa para su tarea, aunque en realidad, sólo querían saber del otro. Así era como se sentía Revolver y justo ahora que volvía a recordarla, una sonrisa apareció en su rostro, los mensajes eran muy honestos, las palabras eran claras y sobre todas las cosas, estaba lleno de sentimientos.

¿Sucede algo Revolver? No has parado de suspirar desde que te conectaste a VRAINS.

El nombrado volteó y se encontró con un hombre mayor con bata. Este sólo quito las manos de la pantalla suspendida y desapareció en el instante. Se rasco el cuello al ser descubierto, prestaba más atención en lo sucedido la noche anterior, habían compartido mensajes, que en el trabajo que se suponía, tenía.

Sólo pensaba sobre algunas cosas —Confesó.

¿Te molesta algo de la escuela?

Voy bien en mis clases es sólo...

¿Se trata de una chica? —Interrumpió aquel sujeto.

Revolver guardó silencio, sabía que si estuviera fuera de VRAINS ya estuviera un poco rojo y trataba de negarlo de alguna manera, lamentablemente era malo para las mentiras, empezaba a tartamudear y el sudor se hacía presente en su cuerpo. Tenía suerte que detrás de aquella máscara y gracias a la realidad virtual, era imposible mostrar tantas emociones.

Volvió a suspirar para volver a ver a ese señor.

Creo que no puedo llegar a mentirte papá —Soltó una pequeña risa—. Es una chica que hace poco conocí, es linda y atenta, incluso sus ojos esmeraldas son bonitos pero...

¿No sabes de los sentimientos que te provoca? —Completo aquellas palabras el ya reconocido padre del mismo—. ¿Porqué dudas tanto? Adelante, como padre te apoyaré, no me gustaría que te quedarás sólo y no pudieras conocer a alguien que estuviera a tu lado por cuidar a un viejo como yo —Su padre se acercó y le dio unas cuántas palmadas en el hombro—. ¿Cómo la conociste? Quiero saber todos los detalles.

Chocamos un día que salí de clases, se le cayó su cuaderno y pues de ahí todo empezó —Se sincero Revolver—. Es una chica unos cursos menor que yo, aunque te puede sorprender su madurez.

Eso me alegra hijo —Soltó una carcajada su padre—. Espero algún día conocerla, espero que realmente te alejes de todo esto y puedas tener una vida llena de felicidad, es lo que un padre realmente quisiera para sus hijos  —Lo escucho suspirar, ambos vieron como un nuevo mensaje había llegado y sin esperar mas empezó a caminar—. Nos vemos al rato hijo, debo arreglar algunas cosas.

Claro —Revolver se despidió con una sonrisa, espero a que su padre se fuera para soltar el aire que se escondía dentro de su pecho—. ¿Cómo decirte que es a quien hiciste sufrir hace diez años?

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora