Esa noche que caminaba de la mano con Yusaku a la casa de la misma, claro; después de una semana de estar viviendo con ella y Kusanagi, había tenido que llevar algunas de sus cosas a la casa de estos; creyó morir cuando vio como esta se detenía a mitad del camino, casi al momento que el semáforo se ponía en verde. Tuvo que jalar de su uniforme para que está pudiera regresar a la normalidad, aunque eso provocó que ambos cayeran al piso. Las personas le rodeaban pero una vez más ella se tocaba la cabeza pidiendo disculpas con una sonrisa forzada. Miró los monitores de la ciudad, no estaba ocurriendo algún suceso en Link Vrains.
Primero había sido lo ocurrido con su mano y el café, ahora había sido algo sorpresivo que la dejo ahí quieta. Le ayudo a levantarse cuando vio que volvía a reaccionar en algo. Incluso pudo ver que dejaba de respirar y se quedaba quieta, como si tratará de ver de entre el piso que era lo que pasaba. Inmediatamente su mano tocó la cinta de su mochila, vio como sus labios se abrían pero inmediatamente se cerraban, no entendió porque lo hizo.
-¿Sucede algo? -Yusaku no alzo la vista-. No es la primera vez que te pasa ¿Qué sucede realmente Yusaku? Y quiero que me digas la verdad.
Vio como la chica alzó la vista. Vio a las personas que le rodeaban y como murmuraban. Incluso había escuchado que un par de señoras decían que Yusaku estaba embarazada a su corta edad, cosa que le molesto un poco y sólo les miro para que estas se fueran. Aunque sabía que los preservativos podían fallar, habían sido cuidadosos al momento de aquello, incluso en esa vez que ambos olvidaron utilizarlo, las pastillas del día siguiente fueron necesarias y compradas en la farmacia ese mismo día, después irían al hospital por unas pruebas de sangre; después de aquel suceso no la había tocado, incluso si la chica resultaba embarazada no la abandonaría y cumpliría con aquella promesa que hizo cuando vieron la película.
Su mirada decía que trataba de decidirse, tal vez decirle que le pasaba no era nada fácil. Sintió como esta apretaba su mano y lo miro fijamente.
-Te lo diré pero no aquí.
-¡Espera Yusaku!
Se levantaron rápido y está empezó a correr con dirección a su casa. Ryoken se quejaba y pedía perdón a las personas que llegaba a empujar. Siguió a Yusaku aún cuando ella entro a la casa, dejaron las mochilas tiradas en el piso, aunque escucho una queja la cuál ignoró, y subieron hasta la azotea. Era el único lugar donde Ryoken no había estado, se sorprendió de lo bien que se veía Den City. Se sentía tan tranquilo y silencioso.
Vio a Yusaku caminar a la orilla del edificio. Ahí fue cuando la escucho soltar un gran suspiro y desordenar sus cabellos. Ni siquiera le había mirado. ¿Acaso estaba molesta?
-No estoy molesta -Habló Yusaku. Se sorprendio que había leido su mente-. Y mucho menos estoy leyendo tu mente, es sólo que nunca creí que le explicaría a alguien más lo que me sucede.
-¿Shoichi-san lo sabe?
-Si, el un día también se dio cuenta de esto y llegamos a una conclusión -Al fin volteo Yusaku-. Apareció justo cuando los caballeros Hanoi y aquella IA aparecieran en Link Vrains, desde que ellos empezaron su guerra en el mundo virtual, esto suele sucederme cada cierto momento -Su mano la subió a su cabeza una vez más-. Le hemos dado el nombre de Link Sense.
-¿Link Sense? -Susurró, recordó lo que había leído en los documentos de su padre acerca de la relación de los Ignis con su origen-. ¿Puedes sentir lo que pasará en Link Vrains? -Vio como Yusaku asentía-. ¿Porqué te sucede esto?
-Tal vez es la conexión que tengo con el mundo cyberse y con lo que pasó conmigo hace diez años, me dejaron estas secuelas o hay algo más que me relaciona pero no tengo idea de que se pueda tratar -Se recargo-. Aún cuando este es el mundo real, puedo sentir que algo malo ocurre en Vrains, puedo ver y sentir como si está fuera una red más, no se que pasará si algún día quieren desaparecer la red, no se si me afectaría también.
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Sin llegar a creerlo
FanfictionKogami Ryoken recuerda la primera vez que vio a ese niño de ojos verdes. Nunca llegó a imaginar que después de diez años volvería a ver ese niño como su enemigo o tal vez como algo más al descubrir su error. Una sorpresa que le hará abrir más sus oj...