Veinticinco

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Antes de que Playmaker llegará hasta el fondo de aquel abismo, una Data Storm la salvó. De alguna manera, aquella masa de datos había sido peculiar y la sentía un tanto conocida, como si el mundo o quien la creo, le estaba dando una segunda oportunidad. Tal vez era un truco que AI sabía hacer pero este había gritado asustado desde que empezaron a caer. Una vez que llegó al otro lado del puente, salvos y sanos, tuvo que mirar como esta se había desvanecido y después mirar a AI, quien también miraba sorprendido ese lugar.

Al menos el Link Sense aún funcionaba correctamente y podía saber que había sido creado por una IA o algo así parecido. Iba hablar y preguntarle a la misma cuando este volteo un tanto paranoico.

¡Te juro que yo no lo hice! —Gritó asustado—. No soy capaz de crear una Data Storm tan fuerte como esa.

Entonces ¿Quién? —Se quedó pensativa ignorando lo que sucedía en su alrededor.

Por un momento miro donde anteriormente estaba Spectre, había sido un tanto curioso que tanto él como Fausto hablarán sobre alguien en particular. No solamente hablaban de que si no se destruía el mundo cibernético, sería totalmente su culpa; hablaban sobre la destrucción de una persona en particular. Entendía que Gerome, Vyra, Fausto y Spectre protegían a Revolver y que a la vez este protegía a alguien, eran aquellos caballeros que salvarian al rey incluso si eso significaba sacrificar su propia vida.

Era la jugada de un juego de ajedrez, todo este tiempo habían estado jugando aquellas posiciones tan típicas, primero fueron los peones quienes cayeron, después le siguió las torres y los caballos. Al no tener más piezas que lo protegieran como la reina o los alfiles, ahora sólo faltaba la pieza más importante del juego, el rey. Por cómo hablaban ellos, Revolver era una persona que todos conocían, incluso ella pero ningún nombre se le ocurría en esos momentos.

¿Qué persona que ella conozca sería un buen hacker? ¿Quién realmente es bueno como para engañarla? Realmente no podía pensar en un nombre en concreto. Pero aquellas palabras tenían un significado, tenía una pista para la verdadera identidad de Revolver. Tendría tiempo para pensarlo mientras se dirigía a ese camino, tal vez esa sería su última oportunidad de conocerlo.

Dejo de pensar en ello cuando por su mente paso la imagen de Ryoken. Miro su disco de duelos, se le había olvidado instalar el programa de transmisión en vivo y micrófono. Quería estar al pendiente de lo que sucedía en el exterior, quería saber que Ryoken estaba a salvo y fuera de peligro. Quería saber que la promesa de que el no entró a Link Vrains para hablar con su padre la había cumplido. Estaba angustiada y quería hablar con Kusanagi.

Pero no podía hacer otra cosa más que esperar a que al fin toda esa discusión se acabará. Quería estar con Ryoken, nunca lo había sentido de una manera tan fuerte con alguien pero la llegada del mismo a su vida, fue un gran cambio que agradecía. Quería acabar con Hanoi, rescatar a la persona que le dio esperanzas hace diez años y ser feliz al fin con alguien a su lado. Un futuro con Ryoken era lo que más quería, ya vez una vez que acabe todo eso, le pediría a Ryoken vivir juntos. Estar juntos para toda la vida.

¿Sucede algo Playmaker? —La paloma reportera preguntó con curiosidad. La rana miraba a la duelista en silencio—. Estoy seguro que por ese lado hay alguien más que está en un duelo.

No —Respondió con simpleza al salir de sus pensamientos. Se estiró un poco y respiró con profundidad—. Ustedes deberían irse —Miró a los reporteros—. A partir de este punto se pondrá un poco difícil para llegar a ese lugar —Miro el camino que le faltaba—. Go Onizuka probablemente ya este ahí enfrentando a Revolver, Blue Angel fue derrotada, si no llego a tiempo, ya no existirá nada.

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora