Once

199 15 23
                                    

Cuando Ryoken despertó, fue gracias al dolor de espalda que desde hace un rato ya se había instalado y sólo quería ignorarlo, ahora se podía arrepentir por no haberse arrastrado a su cama en la noche. Dormir en el sofá nunca había sido bueno y más cuando hasta hace unas horas había tenido un duro duelo con una duelista y, literal, estaba realmente molido. Con pereza empezó a mover su brazo derecho, ya no le dolía demasiado ni lo sentía entumecido. Pero aún así le molestaba un poco.

Suspiro un poco al recordar el duelo del día anterior. Aquella duelista había sido un tanto difícil de derrotar a pesar de que cubrió todas sus entradas, al final, ella había sido la vencedora. Nunca creyó encontrar a una duelista que fuera muy buena en ello. Anteriormente, cuando enfrentaba algunas personas, estos no pasaban del tercer turno, prácticamente destrozaba el orgullo de aquellos duelistas para que nunca más vuelvan a enfrentarse. Ahora ella llegaba y se había convertido en un buen enemigo.

Se levantó y camino a la computadora de su cuarto al recordar todas las cosas que se habían dicho. Siempre se encontraba prendida, así que sólo tuvo que encontrar aquel archivo que su hermana Kyoko le había enviado. Nunca creyó imaginar conocer a otra víctima del caso Lost.

¿Realmente era otra víctima?

Conocía a Yusaku y Spectre, ambos eran muy diferentes con respecto a lo que les sucedió en ese lugar. Spectre le había gustado porque al fin se sentía en familia, fue el mismo quien regresó al lugar del experimento para encontrarse con él y llevarlo a casa, fue así como este le siguió hasta ese mismo momento y para que negarlo, eran buenos amigos hasta que Spectre se volviera un poco quisquilloso e intentará meterse en sus asuntos. Mientras que Yusaku era una chica un tanto depresiva y que le costaba mostrar sus sentimientos, le costaba entrar en confianza y sabía que sufría varios traumas como las pesadillas constantes y que prácticamente se estuviera auto lesionando para olvidar aquel dolor.

Mientras que él, bueno, aunque no fuera un niño del caso Lost había sufrido por la pérdida de su padre, sufrió la soledad como lo que vio en aquellas pantallas, su corazón quedó destruido y de igual manera quedo un tanto traumado por aquellos gritos y llantos de los niños. Es por eso que desde entonces había estado buscando venganza en contra de aquellas IA's como de SOL por quitarle lo que más amaba, a su padre, a su familia y su futuro.

Pero ahora tenía cosas mucho más importantes que hacer. Como el hecho de que Playmaker habló sobre lo sucedido hace diez años y refiriéndose como víctima, aquella mirada, aquellas acciones no le mentía, realmente había sido una víctima de aquel horrible experimento. Sabía que aquella misteriosa duelista hasta podía tratarse de un hombre, había escuchado en foros sobre tipos que se hacían pasar por mujeres para llamar la atención de alguien, eventualmente chantajearlo y luego desaparecer. Pero se le hacía un poco absurdo que la heroína de VRAINS fuera un hombre, así que tuvo que quitar de su lista a los cuatro únicos hombres que vivieron aquella pesadilla.

Sólo las dos únicas mujeres presentes eran las sospechosas. Aunque en la foto que le pasó del archivo, Yusaku se veía como un niño, tal vez luego le preguntaría el porque de aquella confusión. Abrió el archivo de la otra niña, tenía coletas y unos llamativos ojos azules. Sabía que podía tratarse de alguna de ellas dos, aunque realmente tenía motivos por los cuáles no podia ser Yusaku.

Primera --Habló alzando su dedo—. Ella ha sido honesta en sus palabras sobre el incidente de hace diez años no encuentro algún error en sus palabras, segunda —Alzó otro dedo—. Apenas está regresando a los duelos, no creo que de un momento a otro se vuelva en la mejor duelista y tercera —Alzó un tercer dedo—. Se que puedo confiar en ella, se que no es ella.

Miro los ojos de Yusaku como los de la otra chica. Los de Playmaker eran de un verde fosforecente, muy brillosos al igual que su traje y aquella línea amarilla que la atravesaba por completo. Mientras que los ojos de Yusaku eran esmeraldas, un bonito y hermoso color esmeralda. No quisiera sacar conclusiones aún, tendría que descifrar aquel avatar. Al final sólo suspiro. Se recargo más en su silla y sólo miro detenidamente la foto de aquellas dos únicas mujeres del caso Lost.

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora