Quince

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Habían llegado a las costas de Den City, cerca de aquel risco donde se podía apreciar una casa en lo alto de ese lugar. Aún, el sol podía llegar a ser brillante, muy pocas personas paseaban por ese lugar, era el lugar perfecto para que ambos estuvieran un tanto tranquilos y que no se vieran sospechosos a la hora de hablar. Yusaku sonrió, ese lugar lo había conocido porque a Kusanagi le gustaba ir a ese punto, aunque no tuviera mucha venta en ese lugar, salir de vez en cuando del camino era lo mejor. Si no mal recordaba, aquel lugar también se le conocía como Stardust Road.

Ambos caminaron al barandal, Yusaku un tanto emocionada se había acercado para ver el mar golpear las piedras bajo de ellos. Ryoken llegó a su lado, muchas veces aquel lugar le había ayudado aclarar sus pensamientos, aunque para su desgracia, aquella noche no podría verse el gran espectáculo que se forma. Ambos sabían que por el momento no quería ver el rostro del otro, no ahora que se iban a contar tantas cosas.

Cuando tenía seis años, había chocado con un niño en la esquina cercana de mi casa —Relató Yusaku con una sonrisa—. No recuerdo bien su apariencia y estoy segura que el tampoco me ha de recordar pero me había prometido que algún día tendríamos un duelo, hasta la fecha lo sigo esperando —Soltó una risita—. Pero no paso tiempo para que después alguien me secuestrara, me había distraído y separado de mis padres —Se entristecio—. Y sólo por creer en una personas que me llevarían con ellos, fue mi primer error.

Ryoken disimulo una pequeña sonrisa que apareció de su rostro. En realidad recordaba ese día, ambos habían chocado y el no pudo quedar embobado al ver a una linda niña de ojos esmeraldas y no dejaba de pensar en ella. Obviamente sin saber que era ella hasta ahora.

¿Qué pasó después?

Anteriormente amaba los duelos, era la mejor en los torneos infantiles, siempre estaba en los dos primeros lugares, mis padres me felicitaban a pesar de estar mucho tiempo metidos en una computadora —Movió sus manos—. Ellos son de seguridad informática en una pequeña compañía, así que era fácil para mi tener una computadora a mi alcance y ver estrategias de duelos, comprar paquetes de cartas en línea como poder hackear con facilidad cosas pequeñas por diversión.

¿En serio hacías eso?

Era divertido, quería ser como mis padres en un futuro, también quería ser como aquellos duelistas legendarios que se leen de los libros de historia pero pronto todos esos sueños de destruirian.

¿Porqué?

Yusaku le miro de reojo. Si no mal recordaba, el primer momento que se vieron, Ryoken le había dicho su apellido junto con su nombre, no sabía si tenía algún tipo de relación con aquel hombre que la secuestro pero de todas formas le preguntaría si sabría sobre ese tema, dependiendo de la manera en la que podía llegar a reaccionar, sería lo que decidiría todo. Aunque realmente, lo que menos quería era que toda esa felicidad se derrumbara, no quería dejarlo ir.

¿Conoces algo referente al caso Lost? —Lo miró—. O mejor conocido como proyecto Hanoi.

Ryoken la miro, estaba neutro, sus ojos no decían nada al igual que se movían con tranquilidad, sus manos no temblaban y su respiración estaba tranquila. El no sabía nada de eso así que el no estaba relacionado, podía dejar a un lado que ese hombre y Ryoken tuvieran el mismo apellido, había miles de personas que podían tener ese apellido, ella quería creer eso. Suspiró, su corazón dejo de estar agitado, saber que no estaba relacionado era lo mejor para ambos. Por otro lado, Ryoken tuvo que mantenerse tranquilo, si Yusaku sabía algo referente a ese caso, eso significaba que si había llegado a investigar a tal punto de que conocía el otro nombre del proyecto.

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora