Dieciséis

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Yusaku nunca creyó imaginar conocer a Go Onizuka en persona, en realidad no estaba interesada pero no tenía de otra. Esa misma noche que Ryoken se había ido y había empezado a investigar con Kusanagi sobre los chicos del caso Another y como es que estos forzaban la entrada a VRAINS, convirtiendo el cuerpo en un simple cascarón. Pudieron investigar que el próximo chico sería alguien de nombre Makoto que al igual que ella asistía a clases en la misma escuela.

Fue a investigar pero todo fue demasiado tarde cuando se dio cuenta que este sólo era un cascarón vacío y que el monitor le mostrará que aquel duelista de nombre Gerome y Go Onizuka empezaban a compartir algunas palabras las cuales terminaron en que el duelista musculoso prometiera venganza a su amigo y aquel caballero Hanoi con una extraña máscara en su rostro empezará a burlarse de él. Al final, fue ella quién llamó a una ambulancia y que se llevarán a ese chico al hospital.

Ahora se encontraba en aquel lugar para saber sobre aquel examen médico que había sido metido en cuando llegaron. Go Onizuka se lamentaba por no ser más fuerte. Al final sólo el doctor salió y le explico la situación a esas dos personas. Yusaku ya no tenía más que irse, no encontraba el caso quedarse ahí.

Espera ¿Qué haces aquí? —Guardo silencio para verla mejor—. Utilizas el mismo uniforme de Makoto ¿Acaso estabas preocupada por él?

Escucho la voz de Go Onizuka a sus espaldas, tuvo que voltear y darle la cara, agradecía que hasta ese punto aun no conocían sobre su verdadera identidad.

Si, algo así.

Lamento que te quedarás aquí sin saber respuestas —Habló un tanto triste—. ¿Cuál es tu nombre?

Fujiki —Hizo una pausa—. Fujiki Yusaku.

Y se alejó. No le molestaba dar su nombre a las personas aunque este era de hombre. Soltó el aire que había estado guardando en su pecho, no era que le daba miedo aquel duelista, si no que por lo mismo, nunca creyó conocerlo. No tenía interés en conocerlo, miro el cielo nocturno esa noche, las pequeñas estrellas brillaban y la luna estaba en lo más alto, tal vez no habría algo de malo caminar un rato hasta su casa. Mañana sería el gran día que iría con Ryoken a ver la lluvia de estrellas.

Sonrió. Estaba esperando esa noche. Al llegar a su casa se extraño que su celular tuviera varias llamadas pérdidas de Ryoken. A la próxima llamada ella contestó.

¿Porqué me enviaste esa fotografía? —Le escuchó un tanto alterado.

¿Qué foto? —Preguntó confundida.

Revisa tus mensajes.

Alejo su celular de su oreja, lo puso en altavoz y lo puso en su mano para ver los mensajes. De reojo vio a esa molesta AI con una sonrisa. Algo había hecho. Sus sospechas terminaron cuando sus mejillas se pintaron de rojo. Era una foto de ella con su ropa interior de color azul oscuro, su camisa blanca sin abrochar y colocándose las medias negras que siempre utilizaba para ir a la escuela. Ahora que recordaba, esa mañana había visto una luz cerca de ella pero no prestó atención.

¡Maldito! —Gritó molesta Yusaku cuando tomó su disco de duelos y empezaba agitarlo para que AI saliera de ahí.

¿Qué pasó Yusaku?

Fue culpa de Aoi, te juro que yo no la mandé —Tuvo que responder rápidamente aunque se tratara de una mentira—. ¿Porqué diablos no me di cuenta? Porfavor borrala.

No —Respondió inmediatamente—. Te ves linda y mejor me la quedaré.

¡Ryoken! —Gritó avergonzada—. ¡Es vergonzoso! ¡Por favor borrala!

Sin llegar a creerloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora