Las semanas pasaban y así también mi molestia hacia Kelia se fueron convirtiendo en incertidumbre. Creo que atacó una gran parte de mí orgullo y dignidad. La veo caminar por los pasillos, algunas veces acompañada como sola, algunas veces me mira y otras ni siquiera se percata de mi presencia.
Realmente espera alguna disculpa por su acto de despecho, o al menos una mirada significativa de comprensión por los pasillos. Pero nada. Es como si me confirmará que toda esa "amistad" si se puede llamar así, para ella no vale nada.
― ¿Qué haces, rubiecito? ―me sobresalto, chocando un poco con el casillero de al lado. Solo podía ser Richard, después de todo es el único que me llama así ―siempre he pensado que esa profesora está más buena que cualquier otra chica de esta jodida escuela ― ¿Qué acaba de decir? me giro, impotente.
De la manera que dirigió la mirada a Kelia, con deseo, sé que más de alguno ha dado una que otra mirada más allá de su angelical rostro, incluyéndome, pero no me gusta que nadie lo haga. Digo, nadie más que yo, como si yo tuviera algún derecho de hacerlo.
Mis hombros se hunden, decepcionado de mi mismo ¿Con que derecho me doy de mirarla de tal manera? No tengo derecho ha sexualizar a mi profesora por el santo amor de Dios. Me abofeteo mentalmente. Ni siquiera somos tan cercanos, y después de todo ni le importo, como para disculparse.
― Veo que no dirás nada...― el abre su casillero, unos más lejos que el mío, para meter sus cosas.
― ¿Por qué debería de hacerlo?― respondo malhumorado, terminando de dejar las cosas en mi mochila y cerrar el mío. ― Ella jamás me dio el derecho de hablar sobre su cuerpo de esa manera―Escucho como Richard ríe, tan calmado, que me pone los nervios de punta.― y tú ― me dedica una mirada por sobre su hombro ― deberías de hacer lo mismo.
Vuelve a reír, ignorando mi comentario. Puto sexista.
―Créeme que esa profesora no sé me va a resbalar de las manos, va caer ―lo miro con los ojos entrecerrados.
Ruedo los ojos, es tan ególatra que jura que Kelia se fijaría en un niñato como él.
― ¿Acaso es tu juguete del mes?¿O qué?― suelto con odio, de verdad no me está gustando esta conversación.
― Tal vez, no lo sé, quizás este más buena de lo que creí y me quede un mes con ella, la vida es incierta, Peter, todo puede pasar ―aprieto con todas mis fuerzas mi mochila, haciéndome casi trizas los nudillos. Lo quiero golpear, pero siendo realista, si lo golpeo y terminamos peleando, sabemos quien va a ganar. Richard es muy grande comparado conmigo.
Cierra su casillero y pone la contraseña.
― Bien, me voy. Y recuerda, la golpiza de la otra vez, sobre eso, te quedas callado, o ya sabes ― antes de que respondiera con cualquier cosa se aleja caminando como un tonto.
La campana suena, yo pongo la contraseña de mi casillero, para correr a mi clase de Biología, lo cual el salón esta al otro lado de la escuela, así que si no quiero llegar tarde, debo correr.
Abro la puerta del salón, para ver que aún no llega muchos estudiantes, incluyendo a Dylan. Tomo asiento rápidamente, para sacar mis cosas y solo esperar.
Los minutos pasan y la profesora llega. Bueno, Kelia. Profesora. Es lo mismo. El día de hoy lleva un pantalón de tela negro con una camiseta blanca, que da un aire de superioridad y elegancia, pero eso no evita que me siga evitando.
―Bien, hoy día vamos a entregar los resultados de los últimos examen que hicimos ―agacho la cabeza y la pongo entre mis manos. Todo menos el examen. Ni siquiera lo quiero ver, seguramente es la peor de la clase. Biología es la asignatura más difícil y complicada que puede existir.
No aplica fórmulas. Es solo teoría en su máxima expresión. Al menos en la escuela nunca nos pondremos a practicar como funciona el cuerpo humano con cuerpos reales. Por eso es aburrido, jamás se puede llevar a la práctica pura.
Comienza a dejar cada examen a sus respectivos dueños, mientras que en eso, Dylan llega muy apresurado, para limitarse a disculparse y sentarse junto a mí.
― Hola―dijo.
―Hola ―conteste antes de que le pasará el examen a Dylan―Felicidades, aprobaste. ― observo la enorme "A" en un costado del papel, añorando sacar una calificación así.
Finalmente la entrega de exámenes terminó pero no me entregaban el mío.
― Peter Coller ― una mirada fugaz de Dylan y mis manos sudadas no fueron una muy buena mezcla para calmar mis nervios. Hace semanas que no nos dirigimos la palabra y eso lo vuelve algo ajeno. Me paro con pasos torpes y me dirijo hacia el escritorio, donde se encuentra Kelia con varios papeles en la mano.
― ¿Sí...profesora? ― ella me hace entrega de un papel, para que después de tomarlo entre mis manos y ver que desaprobe, vuelva hacia ella con mirada suplicante. ―He visto tu expediente, eres muy bueno alumno, excelente en matemáticas, pero hace falta reforzar en otros temas, como Biología ― Asiento. Hace una pausa, para entrelazar sus dedos y humedecer sus labios ―Hay una sección de tiempo después de la escuela, una especie de reforzamiento para esta clase, que para ser honesta, te haría bastante bien.
Nuevamente miro mi examen y vuelvo hacia ella, tal vez ese reforzamiento sea una distracción para algunos de mis problemas. Intento parecer lo más diplomático posible:
― Sí...tal vez ―Kelia sonríe y apoya una mano en mi hombro, haciéndome retorcer de nervios.
― Tengo que hablar algo contigo en ese lapso de tiempo, tal vez ― lanzo todo lo diplomático por la ventana. Me acaba de dejar en Blanco. Me esfuerzo y entreabro los labios para decir algo, pero al observar los suyos, los cierro y trago en seco.
― Claro.
― Estupendo, vuelve a tu asiento― me dirigo a mi lugar, ansioso.
La clase paso rápido, al igual que todo el día, las clases fueron ligeras hasta dar con la campana y así la finalizacion de el periodo escolar. Pero para mi no, aún me quedaba el refuerzo de Biología y tenía bastante energía guardada.
Comienzo a caminar entre los pasillos, para llegar al fondo y llevarme a otro, entre las puertas. Solo hay una abierta, con en el umbral un par de chicos, entre ellos, Rowling. ¿Qué hace este aquí? ¿Cómo es que es tan malo para todas las materias escolares? Si yo pensaba que era un fracaso, Rowling me gana. Al pasar por la puerta, el chico me da una sonrisa torcida, al igual que sus dientes. Inevitablemente tiemblo antes de ver a Kelia.
Al verme, se incorpora y sonríe. Al verla tan espontánea se va todo sobre Rowling de la cabeza y yo inconscientemente sonrío también.
― Me alegra que hayas venido, por un momento pensé que te arrepentirías ― niego con una sonrisa en la cara. Se supone que estabas molesto con ella. Lo sé, pero ha pasado tanto tiempo que no lo sé... Supongo que por dentro solo quería que me volviera a hablar.
Ella me mira por varios segundos, hasta que yo desvío la mirada, para sacar mi examen, pero antes de sacarlo, la mano de Kelia me detiene.
Elevo la mirada y trago en seco, de inmediato sentí esos nervios en mi estómago. Sus ojos se ven muy bonitos junto a los rayos del sol.
― ¿Ocurre algo...? ― pregunto, desconcertado. Detalladamente, ella se acerca con el propósito de susurrar algo, lo cual me pone los pelos de punta.
― Nesesito hablar contigo, sobre el otro día... ― observa de lado a lado― aún queda tiempo para que comience el reforzamiento, ven, vamos.
Comienza a caminar y todo lo que hago es seguirla.
________________________Hola! Capítulo largo!
(MULTIMEDIA) ¿Soy la única que está obsesionada con Dylan O'brien?
Gracia por leer 💕 sus votos y comentarios.
Adiós.
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Menor Que Tú.
Teen FictionSé que pensarás que es una más de las historias cliché, pero en las demás hay un patrón que a pesar de ser populares, hay un patrón que hay que romper y desencadenar. Kelia se ve muy marcada por ese patrón, ideal. El alto, ella bajita. El hombre...