Las sábanas se corren, mientras mi cuerpo se acurruca junto al de Kelia. Su aroma a sandía llega a mis sentidos, queriendo tenerla más cerca. Comienzo a revolotear en la cama para buscar un estado cómodo junto a ella, pero no lo logro, en ese instante dejo de moverme para dejar ser acariciado por Kelia.
― Buenos días, princesa durmiente ― dice ella, imaginando que tiene una sonrisa plantada en su rostro , mientras sigue acariciando mi cabello ― Amaneciste inquieto...
Dejo mi cabeza caer profundamente en la almohada, para después ladearla sólo un poco y abrir un ojo. Ella ríe, su voz suena aún algo soñolienta, no despertó hace mucho.
― Me gusta ser una princesa ― reclamo con sueño. Kelia comienza a reír a carcajadas, mientras que yo, abro ambos ojos, el día se ve nublado, pero pequeños rayos chocaban con mis ojos, haciendo complicado ver bien.
Kelia comienza acercarse, con la intención de besarme, pero me alejo, divertido.
― Aún no me he lavado los dientes ― explico, riendo entre dientes, ella solo asiente con una sonrisa y se levanta de la cama.
― Iré a ducharme ― anuncia.
― Claro, yo igual, solo que no tengo ropa de cambio ― aprieto los labios, pensando que podría hacer ― podría volver a mí casa, buscar la ropa y volver aquí ― doy una posibilidad, pero ella sonriente me niega.
― Tengo unas camisetas de Christian, se supone que las iba a tirar a la basura...pero están lavadas y tu y él no hay gran tamaño de diferencia.También tengo ropa interior ― Frunzo el ceño, extrañado ¿Ropa interior de Christian? ― No es de Christian ¿Okey? ― Ríe ― Iban hacer de el, los compre hace mucho, creo que deberías probártelo.
Medito unos segundos. No me gustaría usar ropa interior que iba a ser de otra persona, pero no quiero parecer descortés, por lo que me limito a asentir. Me levanto y comienzo a examinar la ropa, mientras que Kelia dice que se irá a duchar, lo cual no demora nada.
― El baño es todo tuyo ― dice Kelia para voltear hacia ella y ver en mi sorpresa, con ropa interior, cierro los ojos con vergüenza y vuelvo a voltear a mi lado, con la ropa en mi mano.
― ¿Es...Estas en ropa interior? ― pregunto, aun con los ojos cerrados.
― ¿Que? !Ah! Eso...si, adoro estarlo después de salir de la ducha, pero tranquilo, no me da pudor, es como andar con bikini, nadie dice nada cuando es bikini ― siento los pasos de Kelia acercándose, pero sigo sin abrir los ojos, escucho como ella ríe ― Eres un bobo...luego de anoche no debería darte pudor ver mi cuerpo ― Levanta mi mentón y me pide que los abra.
Obedezco, ella solo sonríe, posa sus manos en su cintura. La mirada recorre inmediatamente todo su cuerpo hasta el más mínimo detalle, y ya cuando me di cuenta que la estaban observando cómo idiota, mis mejillas empiezan arder. Los recuerdos de anoche no demoran en aparecer. Su cuerpo sobre el mío. Desvío la mirada, con las orejas ardiendo.
Ella camina alrededor de la cama, para ir a su pequeño closet y elegir algo, me gustaría decir que estuve observando su rostro elegir su ropa, pero no fue así.
Quería acercarme, tocarla, pero no, no lo haré. Corro hacia el baño, para darme una efímera ducha, lavarme los dientes, muchas veces, y luego cambiarme en el mismo baño, soy demasiado tímido para hacerlo nuevamente, en su habitación. Anoche fue la excepción. Se dió la ocasión y Kelia tomó la batuta en todo momento. No me atrevería hacer primer movimiento.
Salgo del baño, y aún la veo eligiendo ropa, hasta que comienza a guardar toda su ropa, menos un vestido colorido. Comienza a ponérselo, y yo lucho por no mirarle como estúpido los senos.
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Menor Que Tú.
Teen FictionSé que pensarás que es una más de las historias cliché, pero en las demás hay un patrón que a pesar de ser populares, hay un patrón que hay que romper y desencadenar. Kelia se ve muy marcada por ese patrón, ideal. El alto, ella bajita. El hombre...