Capítulo 27.

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Capítulo 27.

Peter. Me hace el placer informarte que
¡si podrás graduarte! Le entregué todos tus documentos a la directora y los recibió. Me costó, pero lo logré. Prepárate, por que es pasado mañana. A las 19: 00 horas. En el patio de la escuela.

Te estaré esperando.

Leo el mensaje con una sonrisa antes de dormir. Kelia lo logró y le agradezco por eso. Dejo el teléfono en mi mesita de noche y me dispongo a dormir.

Suspiro. Mañana es la graduación.

Al día siguiente me levanto con vigor. Observo mi ropa para la graduación, mi atuendo con mi toga y birrete. Todo está preparado. Todo lo tenía anteriormente preparado, ya que sabía, estaba seguro que ella lograría que asistiera a la graduación.

Le mando un mensaje a Dylan.

¿Listo para graduarte?

Demora en responder.

No! Aún no lo creo!😥

Río y dejo el teléfono de lado.

Bajo y está mi madre ya de pie, preparando el desayuno. Me sorprendo al ver a Valerie comiendo cereales con leche.

―Hola, prima. ― Le agito la mano.

Me sonríe y abre sus brazos.

― ¡Hola, graduado! ―río y me acerco a ella, para abrazarla. Su cabello huele a leche. Me separo y le beso la mejilla. Valerie está loca, pero supongo debo de quererla así.

Me acerco a mi madre y le abrazo, mientras ella está cocinando unos huevos. Le beso la mejilla y ella ríe.

―Buenos días, cariño. ―Dice.

Le respondo con la misma frase.

La mañana pasa con rapidez, debido a que la mayoría de la casa está corriendo. Arreglandose. Preparando todo para la tarde. Yo me visto, me coloco la toga y me peino.

Suena el timbre y corro abrirle a Dylan junto a sus padres. Nos abrazamos y nos felicitan todos por la graduación. Para que después se uniera mi madre y Valerie a los abrazos.

Todos nuestros parientes se van, ya que tienen que ganar un buen lugar para observarnos. Así que quedamos solo Dylan y yo. En mi auto, también a camino a la escuela.

―Peter, demonios. Demonios ¡Demonios! ― Grita Dylan y se agita en su lugar ― ¡Nos vamos a graduar!

Ambos gritamos y viroteamos por varios segundos, para terminar en carcajadas.

― No lo creo, Dyl. Aún no me lo creo ― Me vuelvo a él ― Hay solo una graduación en la vida.

Dylan asiente.

Giro y llegamos a la escuela. Estaciono. Me giro al castaño y le sonrío. Hacemos ejercicios de respiración juntos y nos reímos a carcajadas otro momento más.

Antes de salir del auto, nos apretamos las manos y nos deseamos suerte.

Entramos a la escuela y me encuentro con toda nuestra generación, todos nuestros compañeros. Veo a Rowling y a Richard a un costado del pasillo principal. Veo a mis profesores, incluyendo a Kelia.

Le sonrío y agito la mano en dirección a ella. Me responde, imitando mi gesto.

―¿Por qué le saludas? ―Me cuestiona Dylan, mirándole mal. Estaba al tanto de todo lo que había hecho por mí estos últimos días. Pero la sigue odiando.

Menor Que Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora