Siento el aroma de su perfume y entro en pánico. Abro más mis ojos de lo que ya están, tratando de amainar mi interior y no actuar con extrema estupidez, solo lo observo. Está con los ojos cerrados y las cejas fruncidas, luce enojado, muy enojado ¿Por qué ahora todo el mundo roba besos? Me quedo congelado por unos segundos hasta sentir una fuerza interna, que me empuja hasta quedar sobre el suelo, miro hacia arriba y me encuentro con Dylan sumamente exaltado.
Lo veo voltear y entrar a su casa, despidiéndose con un gran portazo.
Me quedo asimilando el momento por varios segundos, para luego levantarme y volver hacia mi casa.
Por primera vez que puedo ver dentro de la habitación de Dylan con total claridad, lo veo subir y cierra las cortinas con fuerza, dejándome en negro. Frunzo el ceño, me niego a ir a su casa y preguntar que diablos paso, así que me limito a ir a mi cama y pensar toda la noche en ese beso.
~¤~
Por la mañana me despierto con un dolor de cabeza enorme ¿Por qué? Acuso, Si no he bebido nada. Me quejo al levantarme, y veo que no estuve durmiendo sólo esta noche. Hay uno, dos, tres personas en el suelo sólo con la ropa interior puesta. Tengo tan poco humor para echarlos, así que sólo bajo las escaleras. Valerie esta hablando con un grupo de chicos, la jalo hacia mí y nos adentramos a la cocina.
―¿Que quieres, Peter?― Zafa su antebrazo de mi mano.
― Me iré, y si llego y toda esta porquería no está afuera, sabrás de lo que soy capaz ― le advierto, ella solo asiente a regañadientes y se va.
Me doy una ducha antes de ir a la escuela. Al salir y cerrar la puerta de mi casa, veo a Emily salir junto a Dylan.
Emily me sonríe y agita su mano, yo la ignoro y retomó mi camino hacia la escuela.
Una vez ya caminando en los pasillos, me detengo a observar, quiero saber donde esta Kelia, de todas formas le debería de dar alguna explicación de lo que ocurrió.
Veo su cabello castaño y labios gruesos en mi campo visual, iba correr tras ella, pero siento como me tocan el hombro. de inmediato pienso en Rowling y su pandilla, pero solo es Emily y sus trenzas.
Un ardor se me acumula en mi pecho.
― Hola. ― sonríe y apreta su bolso en su pecho ―Quería hablar contigo.― tuerzo el rostro, con desdén.
―¿Ah, si?― pregunto con ironía para seguir caminando unos pasos más allá, en mi casillero, abrir y fingir que estoy intercambiando libros.
Emily me sigue.
― Venía a disculparme...por mi parte ― La observó de mala gana.― No recuerdo con exactitud lo que ocurrió, sólo se por lo que me comento Dylan. Estaba muy borracha, supongo que algunas situaciones me pusieron así. ―Dice, inocente.
Le miro, acusador. Gracias a ella, Dylan me odia y Kelia también, pero pienso la conversación de la noche anterior. Entre Blanca y Dylan. Se escuchaba como una situación muy complicada, que ni siquiera logré entender. Lo único que me quedó marcado de aquella discusión fue el padre de Emily, que la engañó toda su vida, no se con que exactamente, sin embargo si mi madre me hubiera mentido toda la vida con algo tan importante, estaría fatal.
Al ver que no digo nada, y solo le quedo mirando, Emily agrega ― Y disculpas por Dylan. Supe que te golpeó...
Y no fue lo único que hizo...
Trago en seco. No me saco el beso de Dylan de la cabeza. Pienso en Kelia. Debo hablar con ella.
― Si, lo mas probable que mañana se ponga morado el golpe.―digo con voz neutral. Emily trata de romper el hielo con una risita, pero al ver que no lo logra carraspea.
― Bueno, solo quería dejar mis disculpas, sé que he arruinado tu amistad entre mi hermano y tú. Tomará tiempo disculparme...― asiento en silencio y cierro el casillero.
― Sólo quería preguntarte algo antes...― ella ladea su rostro, viéndose adorable.
Vi sus ojos brillantes y su dedicación para escuchar, Dylan tiene razón, yo le gusto a esta chica. Pienso en pedirle que guardara silencio sobre lo que sabe entre Kelia y yo. Pero vuelvo a mirar su rostro y termino diciendo:
― Lo siento por no poder corresponderte ― su mirada se suaviza, y me mira con ternura. Aprieto mis labios y me sonrojo.― no sé que me viste, soy un asocial con problemas de ansiedad.― pienso en Dylan y se sonrojo aún más.
― Porque tal vez no ves lo buena persona que eres.― arruga su nariz con ternura.― O tal vez me gustan los chicos con ataques de pánico.― ríe y esta vez logra romper el hielo, sacándome una sonrisa.
―Debo irme. ―digo para tomar mi mochila y ponerla sobre mis hombros. ― Debo hacer algo.― solo un pensamiento.Kelia.
― Claro, adiós.― agita su mano con una sonrisa tímida en sus labios.
Veo como esa especie de rencor que tuve por Emily por un momento, se esfuman. Y caminar hacia el campo de fútbol, con una sonrisa sacar un papel, lápiz y ponerme creativo, escribiendo una carta a Kelia. Sé que si la voy a ver ahora mismo, me reciba con una bofetada o insulto por lo bajo.
Pido disculpas y doy explicaciones en la carta, no sé cuánto tiempo me tomo terminarla, pero estuve en todas las clases del día haciendo fragmentos y frases, para luego pasarlo en una hoja oficial y que al final del día este terminada. Procuro no ser tan cursi, pero tampoco frío, aunque debo admitir que hubo varios bocetos en donde llegaba a proyectar un plan del futuro para nosotros, lo cual lo descartaba en inmediato. No quería sonar intenso.
La leo por décima vez, me gusta como quedo.
Con el corazón bombeando camino hacia el salón de Biología, que está en completo silencio. Abro la puerta con fuerza y vigor para quedar con la puerta y corazón en mano.
Kelia se sobresalta y se aleja de Christian con una rapidez impresionante, ambos con rastros de labial de Kelia y aún con los brazos entrelazados.
― Peter...―comienza Kelia― no es lo que piensas...― mira a Christian, como si buscara ayuda en su mirada.
arrugo la carta en mi mano.
― Sí, niño, solo nos estábamos divertiendo... ― se explica Christian y arrugó mis cejas.
Claro, divirtiéndose, pienso. Quiero gritarle y decirle lo descarado que es por engañar a mi prima así, con la misma chica que el mismo engaño y ha hablado mierda sobre ella.
Pero soy demasiado cobarde para decírselo.
Kelia quita restos de su labial esparcidos por su rostro, sin decir nada. Le miro expectante, en busca de otra explicación, una que sea menos hipócrita y más real, pero note que solo estaba perdiendo el tiempo. Me desconcertó, ni siquiera se da el tiempo de excusarse.
Christian la mira a Kelia, arrogante:
―¿No dirás nada?
Ella parpadea y se vuelve a mí.
―Ahórratelo.― demando y le lanzo la carta hecha añicos en el piso, para salir dando zancadas por los pasillos con pocos estudiantes en el, para pasar por la cafetería y chocar con el pecho de Rowling.
―Potter...¿Recuerdas la paliza que le diste a mi hermano Louis la otra vez?― no tenia ánimos de recordarme quien era Louis, así que, con el suficiente valor e ira reunidos, lo ignoro y rodeo, para correr unas calles más allá.― ¡Te voy a romper esa cara de muñeca, Potter!
Ya después de una buena caminata, me tomo el tiempo para pensar y dejar salir una que otra lágrima por lo de Kelia. Le fallé sólo una, una vez y así termina todo, cambiándome...Siempre supe que ella me miraba como un niño, pero ¿Cuantos años de diferencia son? ¿Tres? Por favor, no es nada, pero no, claro, ella decía:
―en pocas cantidad de años hay experiencia.
Al diablo la experiencia. Si ella lo suficientemente madura no andaría teniendo una relación, con un estudiante y no se pondría hacer drama en todo.
Porque tal vez, yo no me equivoqué en nada, y ella tiene la culpa de complicar todo.
Pateo un árbol.
Ella tiene la culpa.
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Menor Que Tú.
Teen FictionSé que pensarás que es una más de las historias cliché, pero en las demás hay un patrón que a pesar de ser populares, hay un patrón que hay que romper y desencadenar. Kelia se ve muy marcada por ese patrón, ideal. El alto, ella bajita. El hombre...