Epílogo.

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Capítulo 31.

Tres años después...

Coloco los libros por orden alfabético y sacudo ligeramente la estantería. Luego me dirijo hacia mi cama y acomodo mis almohadones, inflándolos y sacudiendo. Suspiro. Por fin quedo ordenado mi parte de la habitación. Miro hacia el costado donde está la parte de la habitación de mi compañero y es un completo desastre.

Esta tirado sobre la cama, con la televisión encendida y un trozo de pizza que, probablemente se encontró bajo su cama hace semanas, que ahora está yendo directo a su boca. Está aún en pijama y su cabello es un desastre, más bien, todo en lo que él respecta es un desastre.

― Peter... ― llama mi atención, elevo las cejas en evidencia de que la tiene ― ¿Irás a la inauguración de la nueva facultad de turismo? Los de ahí están desquiciados y tirarán la facultad por la ventana ― dice sin despegar la mirada ni un minuto de la pantalla ― Ya sabes, mucha diversión. Invitas a tus amigos y yo a los míos y nos la pasaremos de puta madre en esa facultad.

Voltea sus ojos hacia mí y encarna sus cejas ― ¿Que dices, rubiecito?

Suspiro. Han pasado años y la gente me sigue llamando así.

― Dudo que tu puedas ir con la indigestión que tendrás después de comer esa pizza con hongos, Broke.― me acerco al espejo y noto que nuevamente me está saliendo una ligera barba. Rayos, debo afeitarme.

― Valdrá la pena, porque esta pizza esta deliciosa ¿Quieres una probadita? ― me giro hacia él. Broke alza la pizza a mi dirección.

― ¿Quieres envenenarme? ― Hago una mueca de asco.

― La cosa es que no eres lo suficiente valiente para la grandiosa pizza.

― Una cosa es ser valiente, otra ser bruto. Creo que tú caes en el segundo grupo.

Broke se encoge de brazos como puede, ya que la almohada molesta sus hombros recostados. ― Solo no estas hecho para la grandeza.

Durante la tarde me voy a clases de cálculo, y logro almorzar con la compañía de Dylan y algunos amigos de Broke. Palmoteo el hombro de Dylan, para saludar y me siento junto a él para disponerse a comer. Ya no usa lentes convencionales como antes. Juntó dinero suficiente y compró de contacto. Su cabello esta recortado, despejando sus facciones. A pesar de haber madurado los últimos años, Dylan sigue siendo Dylan.

― Hace días que no nos vemos ― saluda Dylan.

― Bueno, quien te mandó a estudiar en la facultad de Biología, esta lejísimo de la de Ingeniería. ― bromeo y él responde con una sonrisa.

― ¿Irás a la fiesta? ― dice, dando un bocadillo a su almuerzo.

― Lo estoy pensando ¿y tú?

Dylan agita su cabeza ― Broke me dijo que Sean invito a Mary a la fiesta.

No puedo evitar rodear los ojos ante la mención de Mary en boca de Dylan. Creo que va por la decimoquinta vez que escucho su nombre esta semana. Dylan no para hablar de ella y "su casi algo" entre ellos. Conozco a Mary, compartimos una clase de integrales. Es una chica con un espíritu libre en todo sentido. No se ata a nada, ni a nadie. Y con nadie me refiero a Dylan, pero el muy imbécil ya está enamoradísimo de Mary.

― Dylan, escucha... ―venia preparando mi discurso consolador para el enamorado y roto corazón de Dylan, pero me interrumpe.

― Ella misma me escribió anoche, diciendo que iría a la fiesta y que le gustaría verme allí.

Menor Que Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora