Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]

23 - Primera parte

El malo parece bueno y el bueno parece malo

¿O el bueno y el malo no existen?

Esta es Jude. Jude no protege con contraseña su teléfono, aunque debería. Jude es una mala mentirosa. Jude tenía algo que ocultar, pero no lo ocultó bien. Jude falló en algo muy estúpido. Por favor no seas como Jude.

Artie estaba parada al otro lado de la sala, cerca de la ventana. Yo seguía en la puerta. Así, con cada una de extremo a extremo, me sentí como en un escenario del lejano oeste en donde alguna sacaría una pistola en cualquier momento.

Abrí la boca para responder algo, para dar una explicación, pero Artie se apresuró a hablar antes que yo:

—No me gustan, odio su lista, soy la ideal para destruirlos —soltó, claramente haciendo referencia a cosas que una vez dije sobre los Cash. Luego miró la pantalla del celular con el ceño fruncido y una expresión de aversión y rechazo—. ¿Y pasó esto? Explícame cómo es que sucedió, porque no lo entiendo.

Bien.

¿Qué tienes para decir, Jude?

Ni mierda, te agarraron, puerca.

—¿Por qué estabas revisando mis cosas? —fue a lo que recurrí, porque a ser sincera, por un instante una oleada de pensamientos me nubló la mente y me impidió decir algo mejor.

Ella avanzó hasta el escritorio en donde reposaban la laptop y nuestros libros, y cogió un dispositivo USB que había sobre unos papeles. Lo alzó para que lo viera. Era de color azul.

—Quise buscar los videos de las pruebas de los Cash para pasarlos a esta memoria y tenerlos a salvo para cuando los enviemos —aclaró, aunque no sonó nada amable, sino como si quisiera arrojarme el dispositivo en un ojo. Lo dejó de nuevo sobre el escritorio—. ¡Así que explícame!

Bueno, pero ¿cómo rayos explicabas algo que ni tú mismo entendías? Era como intentar explicar por qué una planta crecía en un punto arbitrario de un campo. ¡Solo sucedió!

—Fue el incienso, no lo sé, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo —defendí porque al menos esa parte era cierta.

Entré por completo al apartamento y cerré la puerta. Artie mantuvo la postura desafiante de quien necesitaba explicaciones. Todavía llevaba el vestido de la exposición de arte, pero el maquillaje se le había corrido y se había convertido en manchones negros que le caían desde los parpados hasta las mejillas.

Me miró con los ojos entornados y cargados de enojo y contrariedad. No había ni rastro de la preocupación de esa mañana cuando aparecí. Era una expresión dura, la misma que le dedicabas a un desconocido.

—Wow, en verdad no me lo esperaba de ti, Jude —dijo finalmente. La voz fue seca y detenida—. En verdad te he creído todo lo que dices.

De acuerdo. Entendía que Artie estuviera sorprendida y algo enojada por haberse enterado de esa forma. Apenas pisé la puerta y la vi así, me sentí bastante mal, pero de pronto recordé algo importante y mi postura de culpable se transformó en una defensiva.

Ninguna estaba libre de errores.

Di un par de pasos y lancé la llave al sofá.

—Ay, por Dios, ¿es en serio? —solté en un tono absurdo. Sabía disculparme, podía hacerlo, pero no iba a arrodillarme por algo que ella también había hecho en su momento—. Tú te acostaste con Aegan, ¿por qué me estás reclamando esto?

Abrió los ojos de par en par, pasmada. Ajá, no se lo esperaba, ¿eh? Claro que no. Entreabrió los labios hasta formar una "o" y me señaló con el dedo. Toda su expresión dijo: oh no, no acabas de decir eso, no acabas de usar ese argumento, y quiso pronunciar algo, pero solo balbuceó. Después frunció la boca y fortaleció la dureza e inflexibilidad en su expresión.