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Lo que realmente sucedió la noche en que murió Henrik D.


Te lo contaré con las palabras casi exactas de Aleixandre en ese momento:

"Estaba lloviendo ese día. Mucho.

Nuestro padre había sido llamado a una conferencia en Inglaterra, Regan se había ido a la playa por una semana con unos amigos y a nosotros tres nos habían reservado un vuelo a New York para presentarnos en un evento en honor a nuestro abuelo. Habíamos invitado a Owen. Como siempre, Melanny no podía ir con nosotros, así que ella se quedó en casa.

Por las tormentas, el vuelo fue cancelado. Estuvimos esperando en el aeropuerto casi todo el día. Luego nos dijeron que el vuelo sería reprogramado. Al final, tuvimos que regresar.

En el auto, el Aegan de dieciséis años estaba muy enojado porque había planeado todo para Nueva York. Adrik, con quince, y como era de costumbre, iba con los audífonos puestos. Yo, de catorce, iba dándole vueltas a algo en mi cabeza porque los dilemas adolescentes ya me estaban empezando a pegar fuerte.

Eran cosas que, aunque podía hablar con Aegan y con Adrik, prefería mencionárselas a Owen, pero lo hice solo cuando bajamos del auto en una tienda porque Aegan nos envió a comprar frituras.

—No sé exactamente en dónde está eso... —le dije a Owen mientras entrabamos a la tienda.

—¿Eso es...? —preguntó Owen, aburrido.

Miré hacia todos lados. En la tienda solo estaba la cajera detrás del mostrador. El resto de los pasillos estaban vacíos. Con la lluvia, nadie se había atrevido a salir. Podía hablar con confianza.

—Eso... —volví a mencionar con especial frustración—. Lo que se supone que hay que tocar.

Enfaticé "tocar" con la esperanza de que Owen lo entendiera al tiro, pero Owen continuó caminando y mirando los estantes repletos de bolsas y caramelos.

—No te entiendo una mierda —admitió junto a un bostezo repentino.

—¡El clí*toris! —exclamé de golpe.

Owen se detuvo en seco y abrió los ojos de par en par. Yo cerré la boca en el segundo en que noté que había hablado demasiado alto. Miré con rapidez hacia la cajera que me había escuchado y que ahora nos miraba fijamente con los ojos entornados.

Carraspeé la garganta y me volví hacia Owen.

—Me dijiste que ya lo habías hecho con esa chica de dieciséis años de la feria —mencionó él, curioso.

—¡Sí! —solté con cierta exasperación y un moderado tono de voz—. Te dije que yo le había hecho algo con la boca, algo que ella me explicó y que ahora no recuerdo, pero no todo el asunto.

Owen parpadeó con desconcierto y de golpe soltó una carcajada. Fue alta, y volvió a ocasionar que la cajera nos mirara con molestia y suspicacia como si fuéramos chicos problemáticos.

De inmediato me sentí algo avergonzado.

—El punto es —proseguí, intentando no perder la paciencia—, que escuché a Regan decir que es muy importante "estimular" esa parte para que la chica quede satisfecha, y yo quiero estar preparado para cuando lo haga.

Owen se carcajeó un poco más por mi inexperiencia. Quise pegarle una silla en la cara, pero él era mi mejor amigo y mi fuente más cercana a explicaciones sexuales. Después de todo, Owen tenía la edad de Aegan y había hecho muchas más cosas. Para mí era un tipo genial, pero la mayoría del tiempo se comportaba como un imbécil.

Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora