Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]

25 - segunda parte

*Este capítulo me puso a sufrir para terminar de editarlo. Es bastante largo. Les recomiendo no leerlo con nadie al lado. Está rikisimo +18 XXX  1link xvideos premium. Jkaks no digan nada, solo gócenlo. 

25

Segunda parte

Era Aleixandre.

Me había saludado con desinterés mientras sostenía su celular contra su oreja. Abrí la boca para responderle y preguntarle si Aegan estaba allí, pero él empezó a hablar y no conmigo, sino con la persona al otro lado del teléfono.

—No lo sé, Owen, te dije que no tengo ni puta idea de eso. —Sonaba algo molesto, exasperado e impaciente—. Te lo he venido diciendo desde hace días, pero tienes la cabeza en el culo de Irina, ¿verdad? ¿Ya te dijeron que se está viendo con otro? ¿Así que quieres dejar ya de ser tan traga cuernos?

Dio la vuelta para entrar de nuevo en el apartamento y yo le seguí. Otra vez se veía salido de sí, nada equilibrado y mucho menos carismático como el Aleixandre que le mostraba a la gente para aparentar control. Como de costumbre, se había peinado hacia atrás, pero se le salía un mechón de cabello azabache igual al de sus hermanos. Además, su rostro lucía algo exhausto y su postura era inquieta.

En definitiva se estaba deteriorando. Lo de que todo Tagus lo creyera gay podía influir, pero un chico así solo se deterioraba por algo llamado "culpa".

¿Culpa por el asunto de Melanny?

—Aleix, ¿Aegan está a...? —intenté preguntar, pero su voz volvió a interrumpirme:

—¿Y qué se supone que tengo que hacer yo? ¿Es mi problema? —se quejó al tiempo que se movía de un lado a otro por la sala. La cosa sonó seria—. Esa parte la resolverías tú. Mi parte está hecha. No vengas ahora a lanzarme el saco. Solo muévete y encárgate del asunto. Lo que quedan son días, ¿me entiendes? Días, joder.

—Aleixandre —traté de nuevo.

Esa vez, su tono fue más fuerte y me hizo cerrar de golpe la boca:

—¡No! ¡No iré yo, Owen! —exclamó con furia. Una vena se le marcó en el cuello y por un instante resaltó el hecho de ser el hermano del monstruoso Aegan—. ¡Me tienes la polla flaca con tu inutilidad! ¡Que no! ¡Es tu parte! ¿Sabes qué? ¿Sabes qué? Sí voy a ir, pero a partirte la cara. A eso voy a ir. Aparta otra cita con el cirujano con el que te arreglaste la jodida nariz porque te la va a tener que acomodar dos veces.

Y como un rayo avanzó hacia la puerta de entrada del apartamento, cerró de un portazo y se fue ignorando por completo mi presencia. Quedé sola en medio de la sala con las preguntas todavía en la boca.

Vaya vaya, al parecer los problemas con el asunto de los sesenta días iban empeorando. Todavía no tenía muy claro eso. Lo que sabía era que se relacionaba con el Sak, pero ya no había tiempo para averiguar más. Solo faltaban horas para que la gente empezara a ver a los Cash con otros ojos, así que lo de los sesenta días ya no importaba, ¿no?

Decidí ver si Aegan estaba en el apartamento o no. Avancé por el pasillo y llegué hasta su habitación. Toqué a la puerta un par de veces por respeto a su privacidad —mentira, solo para fingir respeto a su privacidad—, pero como no abrió, la abrí yo. Adentro no había nadie. Subí las escaleras hacia la terraza, por si se le había ocurrido pensar a solas bajo el bonito cielo estrellado de esa noche, pero también estaba vacía.

Bueno, al parecer sí había salido a dar la cara, o quizás había ido al Sak. En otro momento me valdría caca su ubicación, pero debía encontrarlo. Se me ocurrió mandarle un mensaje, así podía ir a donde fuera que estuviera, hablar con él, disculparme y toda la cosa.