27 - Primera parte

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"Eh, hola, Universo, ¿podríass dejar de comportarte como una perra sin sentimientos?"


Dejar el mensaje en el buzón de voz me pareció poco. Mientras caminaba por la acera abrí el chat de WhatsApp con Aegan y le envié lo mismo en un audio. Luego esperé por su respuesta.

Por aquella zona lejos de Tagus la gente iba y venía. El sol estaba alto, pero unas cuantas nubes densas y grisáceas a su alrededor advertían que el cielo podía nublarse en cualquier momento del día. Durante un instante, por lo abrupto de las revelaciones y la urgencia de nuevos planes, me sentí desorientada. No supe en dónde demonios estaba parada ni a dónde tenía que ir. Fue como si de golpe olvidara cómo funcionaba el mundo. Mi respiración se hizo más pesada, mis manos comenzaron a temblar y un montón de posibles sucesos horribles detonaron en mi cabeza. En pocas palabras: empecé a tener una especie de crisis.

A ver... Regan quería desaparecerme, alguien se había robado la USB con las pruebas que convertían a Aegan en el principal sospechoso de la muerte de Melanny, ese "alguien" sabía que yo también lo sabía todo, y además acababa de decirle a mi enemigo número uno que iba a ayudarlo.

Las cosas no estaban mal.

¡Estaban de la mierda!

Bueno, no me quedaba dudas de que debía "aliarme" con los Cash para salvar mi pescuezo, pero admití que jamás esperé que mi plan se extendiera tanto. Sí, sí, sabía que ahora solo quedaba lidiar con todo el asunto sin lloriqueos, sin lamentos, sin dramas, sin actitud cobarde, pero no era Chuck Norris, era una chica y las chicas fuertes también tenemos momentos de debilidad. Lo que yo hacía era tratar de controlarlos. Lo que a mí me gustaba aplicar era esa actitud de: el mundo se está cayendo, pero lucharé hasta que se desmorone por completo.

Nada de crisis.

Debía calmarme y avisparme.

Lo único accesible por el momento fue la cafetería que vi en la esquina. Decidí que sería bueno comprarme un café bien cargado de esos que te paran hasta los pelos del culo, ya sabes, para coger valor como los hombres de antaño cuando se tomaban un vaso de whisky. Lo necesitaría, porque lo que venía a partir de ahora era sobrevivir o morir, y si Aegan no me respondía me vería obligada a montarle una caza intensa hasta que lograra hablar con él.

Atravesé la puerta de la cafetería. El interior tenía un aire de Starbucks. Quizás fue el ambiente artístico del lugar o que mi cerebro decidió encender motores como un auto viejo, pero de repente se me ocurrió añadir algo al mensaje de WhatsApp para que Aegan no creyera que se trataba de un audio estúpido, así que mientras avanzaba hacia el mostrador volví a fijarme en el teléfono para escribir: "escúchalo urgente, se trata de Regan".

Logré presionar el "enviar".

Y un segundo después sentí el impacto.

Primero no entendí qué demonios había pasado. Mis sentidos y mi coordinación fallaron porque reboté, perdí el equilibrio e intenté no caer, pero en lo que logré estabilizarme comprendí que mi cuerpo había chocado con fuerza contra otro. Por encima de mí, dos vasos de café junto a mi celular volaron por los aires y los contemplé con una hermosa cara de pánfila. Seguidamente, los vasos cayeron al suelo derramando todo el líquido que contenían. Mi celular, por otra parte, golpeó el piso, produjo un ruido doloroso y la pantalla se resquebrajó.

Quedé inmóvil por un instante, con los ojos abiertos de par en par, intentando entenderlo todo: un reguero de café, el teléfono roto, y frente a mí la persona con quien había chocado. Bueno, el chico. De ser él, me habría puesto furiosa que una estúpida distraída me hiciera caer mis cosas, pero no tenía cara de enfado y eso me hizo volver a la realidad. Lo único que se me ocurrió fue agacharme para ocuparme de lo que había causado.

Perfectos Mentirosos © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora