Hola, a pesar de que esta historia tiene pocos seguidores, quiero que sepan que escribo para ustedes. Un solo comentario me alegra el dia, y sabiendo que les gusta, mas aún.
Sin más, los dejo con el capitulo!
saludos
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La hora del almuerzo pasó como un borrón, llevándose consigo la ajetreada tarde y dando paso a la oscuridad de la noche. El cielo estaba completamente estrellado, y la luna llena se colaba por las ventanas, produciendo un efecto que Keyla solo había visto en las películas. Sentía que el universo estaba conspirando junto a ella, susurrándole «a por él, puedes hacerlo».
Luego de cerrar la librería, subió a su departamento para darse una ducha. Jason se encontraba en el sofá frente al televisor, pero su mirada estaba perdida, obviando el programa de cocina que se estaba transmitiendo. Keyla pasó por su lado, y él ni siquiera la notó. «Diez centavos por sus pensamientos», susurró para sus adentros. Sacudió su cabeza, y después de tomar su ropa se dirigió al baño.
Una vez bajo la ducha, repasó mentalmente lo que le diría. ¿Debería acompañar sus palabras con el movimiento de su cuerpo? Tal vez un roce de manos, o frotar su pierna contra la suya, le diera algún indicio de lo que ella deseaba. Keyla resopló, nunca se había sentido tan insegura ante un hombre. No que tuviera mucho para comparar, antes de Philip sólo había estado con el chico que tomó su virginidad.
Sus pensamientos se dirigieron a Jason, ¿con cuantas mujeres había estado él? ¿Había amado a alguna de ellas?
—Tonta, tonta, tonta —se reprendió —. No vayas por ese camino, ninguna mujer necesita saber sobre las ex novias.
De inmediato su cabeza proyectó preguntas en su mente. ¿Sería un buen amante? ¿Se quedaría con ella después de hacer el amor, o huiría sintiendo que no había hecho lo correcto? Keyla dejó que el agua lavara sus inseguridades y se dispuso hacer frente a cualquier cosa que ocurriese.
El joven que estaba frente al televisor no parecía él, tenía la mirada perdida y estaba sumergido en sus pensamientos. Un debate interno en su cabeza estaba torturándolo. La deseaba cómo jamás había deseado a alguien en su vida, y a pesar de que sabía que no era adecuado para ella, no podía evitar la irrefrenable atracción que experimentaba cada vez que Keyla estaba a su lado.
Cuando ella apareció en el salón, con su cabello mojado y ese diminuto vestido, sus convicciones se fueron al garete. Necesitaba besarla, saborear esa delicada piel desde la cabeza a los pies, hacerla arder en éxtasis y sustraer cada gemido de esos deliciosos labios con su boca. Su entrepierna se agitó cuando Keyla se sentó a su lado y rozó su pierna con la suya. ¡Maldición, contrólate! No eres un adolescente, pensó.
Por el rabillo del ojo advirtió que no llevaba sujetador, y eso no ayudó a calmar el deseo que hacía ebullición en su interior. Cuando habló, a Jason le pareció que lo hacía con una voz diferente, suave y angelical, que lo seducía con cada palabra.
—Jason, te deseo —dijo Keyla sin rodeos.
Ella no podía creer que su boca la hubiese traicionado, y hubiese permitido escapar esas palabras así como así, sin preámbulos. Sintió que su rostro se sonrojaba, y ante el silencio de Jason, esa vergüenza se extendió a todo su cuerpo.
Cuando él se reacomodó en el sofá, creyó que estaba preparándose para levantarse y alejarse de la loca que estaba acosándolo. Pero lo que definitivamente no esperaba, era que él maniobrara un brazo en su nuca y la llevara hacia su cuerpo. Al sentir la respiración entrecortada sobre su boca, Keyla se humedeció los labios, y un gruñido escapó de la garganta de Jason.
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En Brazos de un Angel
General FictionKeyla es un alma caritativa, Jason subsiste gracias a la caridad. Ella ha perdido a su familia, él nunca ha tenido una. A pesar de que su inocencia fue robada, Jason cree en la existencia de los ángeles y está seguro de que Keyla es uno. Pero hay ve...