Capitulo 9

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Bueno, aquí les dejo un nuevo capitulo, espero se enamoren de Jason como yo.

Saludos y recuerden que agradecería sus votos y comentarios. :)

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Jason estaba acostumbrado a despertar solo en la cama, pero después de haber hecho el amor con Keyla la noche anterior, había deseado sentir su pequeño cuerpo adherido al suyo, su fragancia inundando su nariz y su respiración entrecortada sobre su pecho. Se incorporó, sentándose contra el cabecero. La sabana cubría su desnudez, no obstante sentía que había desnudado su alma, que Keyla era poseedora de parte de su corazón, y no sabía cómo hacer frente a ese descubrimiento.

 Él exquisito olor a café impregnó la habitación, y cuando la puerta se abrió, él se quedó literalmente sin respiración. Ella vestía un diminuto piyama, su blusa de tirantes mostraba la falta de sostén, y su pantaloncillo, permitía apreciar esas hermosas piernas. Sin poder evitarlo, se removió en la cama, preso de la excitación. Sabía que jamás podría saciarse de ella.

—Buen día, he traído el desayuno —susurró Keyla mientras empujaba la puerta con su cuerpo. Se había despertado con anterioridad porque deseaba sorprenderlo, demostrarle que ella quería estar para él en todo momento. Compartir su cama con Jason, fue la experiencia más maravillosa que había tenido jamás.

—Gracias —él respondió sonriendo.

Keyla tomó aire y se sentó a su lado, posicionando la bandeja sobre el regazo del hombre propietario de su corazón.

—¿Estás mejor? —él enarcó una ceja, sin entender su pregunta—. Estabas muy agitado por la pesadilla.

Jason intuía que Keyla quería respuestas, y él entendió que debía explicarle, darle al menos un indicio de su vida anterior.

Suspiró hondo y decidido, comenzó hablar antes de que ella pudiera emitir palabra.

—Mi padre adoptivo —murmuró, y ella de inmediato se irguió y levantó la cabeza, observándolo expectante —, él me golpeaba, todo el tiempo. No me enviaron al colegio, no tenía amigos porque no me permitían salir de la casa. Estando enfermo, pero de igual manera debía hacer las tareas que ellos me encomendaban.

—¿Y tu madre? —inquirió Keyla con expresión horrorizada.

—Ella no hacía nada para evitarlo. A veces… cuando él estaba demasiado bebido como para darse cuenta, me permitía comer más de la ración diaria —susurró Jason, rememorando las veces que su madre adoptiva había manifestado algún acto de humanidad.

—Eso es horrible. No comprendo cómo las personas pueden ser tan crueles —musitó en voz trémula.

Jason alzó su cabeza, sin darse cuenta que había estado observándose las manos todo el tiempo. Miró a sus verdes ojos, y deseó no encontrar rastros de compasión en ellos. Una vez más Keyla lo sorprendió, ella lo veía con empatía, no había vestigios de lástima en su mirada.

—Ahora puedo entenderlo —continuó Jason —. Los detectives me dijeron que yo podía haber sido secuestrado. Creo que por eso me trataban de ese modo.

—¿Secuestrado? ¿Pero, por qué?

—No lo sé, esa es la incógnita de mi vida —suspiró y bebió un sorbo de café, tratando de hacer descender el nudo que crecía en su garganta —. De todos modos, estoy seguro de que ellos no fueron quienes idearon mi secuestro, no tenían la inteligencia necesaria para tramar algo así.

—Jason… lamento que hayas tenido que vivir todo eso —Keyla entrelazó sus dedos y se acercó, depositando un casto beso en sus labios —. Te admiro aún más.

En Brazos de un AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora