Hola, ¿como estan? Bueno les cuento que voy a subir capitulos más seguido de esta novela, ya que quiero que llegue terminada para participar de los premios Watty.
Cuento con su apoyo, comentenme que les parece la historia!
Muchas gracias!!
Saludos y que tengan un buen día XD
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Hacía diez minutos que Jason estaba de pie frente a la comisaría, y en ese momento deseaba tener el vicio de fumar, solo para entretener sus manos con algo. Caminó de un lado a otro, viendo pasar a los agentes policiales que lo observaban detenidamente. Miró por cuarta vez su reloj, y subió lentamente los escalones que lo llevaban hacia el encuentro, con quienes que habían sido sus padres adoptivos.
Jason esperó de pie frente a la oficina del Detective Coulders, removiendo sus manos. Estaba a punto de comerse las uñas, no que tuviera muchas, ya que por su trabajo las mantenía cortas. Se irguió cuando, finalmente, la puerta se abrió. Ambos detectives lo recibieron, estrechando sus manos.
—¿Está listo, señor Mallory? —inquirió Coulders.
—Para ser sincero, no. Pero quiero acabar esto de una vez por todas —respondió con honestidad.
—Entonces, acompáñenos — el Detective Fritzman señaló con su mano hacia un pasillo, y luego lo condujeron hasta una oficina frente a una gran ventana. Le invitaron a tomar asiento, y procedieron a explicar el procedimiento —. Van a ingresar cuatro hombres, quiero que nos indique si reconoce al señor Mallory entre ellos. Luego repetiremos el mismo método con su madre adoptiva. ¿Está listo?
Jason asintió con la cabeza, entonces Coulders apretó un botón y la puerta frente a la ventana se abrió, dando paso a cuatro hombres entrados en años. No necesitó mucho tiempo para reconocer a Bob, jamás podría olvidar esa mandíbula prominente y esa cicatriz en su barbilla. Su cabeza era calva y su enorme cuerpo había aumentado desde la última vez, su piel se veía de un color amarillo nada saludable, producto de la excesiva ingesta de alcohol.
—¿Y bien? —inquirió Fritzman trayéndolo de regreso a la realidad.
—El número tres —respondió sin vacilar. De inmediato sintió que el peso que yacía sobre su pecho, disminuía.
Clavó la mirada en su padre adoptivo, y éste observaba hacia delante sin apartar la vista, como si pudiera verlo. Jason estaba al tanto que los cristales eran espejados, por lo tanto Bob no podía saber que estaba allí, pero la sensación de volver a ver esos fríos ojos, le provocó escalofríos.
El Detective Coulders, volvió a presionar un botón y luego de que los hombres salieran, la operación se repitió con las mujeres. Reconocer a Sheyla tampoco fue difícil, aunque se veía demasiado abatida, con bolsas bajo sus ojos y un rostro esquelético. El cabello que alguna vez fue rubio, estaba con un tinte castaño y sucio. Tenía magullones en la barbilla y en uno de sus ojos. Jason se preguntó si Bob la habría golpeado, nuevamente. Pero descartó ese sentimiento de compasión, ya que ella jamás lo había tenido por él.
Señaló el número dos, y las mujeres salieron, acompañadas por un oficial. Relajó su cuerpo, sin haberse dado cuenta de lo tenso que estaba. Sus extremidades le dolían por la fuerza impuesta en ellas, y sus nudillos se habían vuelto blancos. Suspiró hondo y se dirigió a los Detectives.
—¿Ahora cómo continuamos?
—Le haremos unas preguntas y luego podrá irse —comentó Fritzman con su normal tono inexpresivo.
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En Brazos de un Angel
General FictionKeyla es un alma caritativa, Jason subsiste gracias a la caridad. Ella ha perdido a su familia, él nunca ha tenido una. A pesar de que su inocencia fue robada, Jason cree en la existencia de los ángeles y está seguro de que Keyla es uno. Pero hay ve...