Capítulo 26:

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Alison Black:

-¿Interrumpo algo?

Me alejé rápidamente de Austin y lo observé, tenía los ojos cerrados y apretaba fuertemente la mandíbula, tratando de calmar su respiración.
Volteé y miré a la persona que había llegado.

-Pregunté si interrumpí algo. -volvió a hablar, serio y fulminandonos con la mirada.
-No. -le respondió Austin, entredientes.
-Me alegra oír eso, ahora, lárgate, necesito hablar con mi hermana. -Sean me miró mal.

Austin iba a responderle pero calló cuando Sean levantó su mano.

-No lo hagas, Austin. Necesito hablar con Alison, luego hablaré contigo.

Austin soltó un suspiro y, echándome una última mirada abandonó el lugar dejándonos a mi hermano y a mi solos.

-Yo... -comencé a balbucear.
-Tú, eres una completa idiota, ¿qué se supone que estaban haciendo? ¡Estaba a punto de besarte, Alison!

Cubrí mi rostro con mis manos y solté un grito ahogado. Lo miré y él se cruzó de brazos.

-¿Qué diablo estás haciendo? -preguntó, negando repetidas veces. -No eres así, él no es así, ¿qué sucede con ustedes?

Negué.

-No lo sé. -sollocé.
-Deben dejarlo. De inmediato. -dijo entre dientes y suspiro. -Están o no están, ambos están comportándose como unos verdaderos imbéciles. Ya son adultos, no tienen edad para juegos tontos de adolescentes.
-Sean...
-O lo hablan o lo superan. Está Christopher en el medio, Alison. Y por mucho que ames a Austin, Chris no se merece toda la mierda que le estás haciendo, ¿qué clase de mujer eres?

Abrí la boca y mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Sean... -susurré sorprendida.
-¿Qué? -escupió duramente. -¿Te pusiste a pensar en lo que la gente diría si supieran que engañaste a Christopher? Y no me digas que no. Austin armó todo ese jodido viaje a Malibú para estar a solas contigo, y aún sabiendolo fuiste con él. Al fin y al cabo no eres la dama que tanto defendí en estos años.

Me miró tal mal que me encogió el corazón, y sin decir nada más que solo una mirada, se alejó de mi.

***

-¿Te encuentras bien? -me preguntó Matt mientras me miraba serio.

¿Cómo se supone que estaría bien? Mi hermano me había roto el corazón.
Suspiré, sintiendo como dos pares más de ojos me miraban.

-Si. -traté de sonreírles.
-Joder, eres tan mala mintiendo. -se burló, Chad.

Emma frunció las cejas.

-Te vimos hablando con Austin. -Emma miró a los dos hombres que nos acompañaban y suspiró.
-Si. -dije, desinteresada.
-¿Problemas? -preguntó Matt, en un tono suave.

Negué.

-No -mentí y miré por la ventanilla. -solo hablamos de Matteo y de la fiesta.
-Entiendo... -alargó, Matt.
-No te creemos. -Emma me miró mal.
-Cariño, por favor. -le dijo Matt, entredientes.
-Está bien. -dijo Emma de mala gana y soltó un muy largo suspiro. -Oye, por cierto, Danna me cae genial.
-Yo ni siquiera la conozco, Ellie estuvo pegada a mi en toda la fiesta. -se rio, Chad.
-Yo tampoco la conozco. -habló de nuevo Matt y se rio. -Solo vi a la pequeña que estaba con Matteo, que supongo es su hija.
-Si, Sophie. Mejor amiga de Matteo, por cierto.
-¿Hablaste con Christopher? -preguntó Emma y la miré.
-Desde ayer no. -suspiré. -Le marcaré llegan...

El agudo y molesto sonido que anunciaba una llamada entrante en mi teléfono empezó a sonar llenando el pequeño espacio en el auto.
Miré a mis amigos y luego al teléfono.

"Llamada entrante de mamá" decía la pantalla de éste.

Suspiré.

-Hola. -volví a mirar por la ventanilla.
-Cielo, acabamos de llegar a casa y encontramos una bellísima sorpresa, te encantará.

Fruncí el ceño.

-¿Qué clase de sorpresa, mamá? -pregunté. Chad, Matt y Emma me miraron fijamente.
-Necesito que te des prisa, ¿si? -me dijo emocionada.
-¿Y mi hijo? ¿Ya llegó?
-Si, cariño. Estamos todos aquí en casa.
-Está bien, te veré en unos minutos. -y sin darle tiempo a decir nada, colgué.

Me volví a mirar a las personas que me comían con la mirada.

-¿Qué sorpresa? -Emma balbuceó.

Me encogí de hombros, desinteresada.

-No lo sé.

El coche se detuvo en frente de casa. Todos bajamos y Emma le indicó a su chofer que se quedaría conmigo y que podía volver tranquilo a la suya.

Mamá, Sean, Ellie, Rebeca, Danna y finalmente Austin, se encontraban alegremente sentados en la sala mientras bebían café.

-Buenas noches. -los saludó Matt, mientras cerraba la puerta.

Mi madre sonreía de oreja a oreja.

-¡Mira, cielo! -exclamó señalando una enorme caja rectangular y blanca con un gran moño en el medio.
-¿Qué es? -dije sin quitarle la mirada a Austin. Éste me miró serio.
-Tu vestido de novia. -respondió él, serio.
-¡Si! -volvió a hablar mamá.

Suavice mi expresión y miré la caja que descansaba en uno de los sofás, luego miré a Austin.

-Te lo trajo Austin, Alli. -dijo Ellie.

Austin le sonrió apenas, y volvió su mirada a mi.

-Si llegaba un minuto más tarde, volvería a... París, por cierto, muy buen lugar para escoger tu vestido. Imagino que es precioso. -me dijo con la voz neutra y profunda.

Danna miró a Emma y ambas apretaron los labios.

-Espero y no te moleste que haya firmado yo, no había otra opción.
-Yo..., gra... gracias. -murmuré avergonzada, y ni siquiera sabía por qué.
-¡Queremos verlo, hija! -gritó mamá, feliz.

Austin suspiró y se levantó de su lugar.

-Si me disculpan, tengo que irme. Con su permiso me retiro. -dijo serio y caminó hasta la puerta sin mirar atrás. Se fue.

Todos miraron a mamá, menos yo.

-¿Qué? ¿dije algo malo? -preguntó, borrando la sonrisa.
-Mamá, algún día tienes que aprender a cerrar esa pequeña y linda boca tuya. -Ellie negó y se levantó. -Buenas noches. Adiós Cielo, ve con cuidado. -le dijo a Chad, éste sonrió como idiota.
-Pero...
-No hiciste nada malo, solo estás emocionada más que todos aquí. -Sean la abrazó.
-¿Y eso que significa? -preguntó ella.

Sean le sonrió y negó.

-Buenas noches, chicos. Buenas noches, Cara. Que descansen. -Rebeca abrazó a Sean y ambos siguieron a Ellie por las escaleras.
-Nosotros también nos vamos, ¿Te quedas con Alli, cariño? -Matt miró a Emma.
-Si bebé, ve tranquilo. -le sonrió y besó su mejilla dulcemente. -Adiós, Chad.
-Adiós. -dijeron Chad y Matt al unísono antes de perderse por la puerta.
-Bueeeno. -alargó Danna. -Es mejor ir a dormir, ¿si? Fue un día largo... -me miró-para todos. Buenas noches, que descansen. -sonrió y subió las escaleras.
-Yo... -empecé -también iré a la cama, estoy... demasiado cansada. -miré a mamá y a mi mejor amiga. -Buenas noches.

Con la mirada perdida empecé a subir las escaleras lentamente.

-Dime que hice mal.
-Estar tan emocionada frente a Austin, eso hiciste mal, Cara. Aún está enamorado. -le susurró Emma.

Cerré la puerta de mi habitacion para evitar escuchar más. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Una vez más lo había herido. Felicidades Alison, eres la mujer más idiota del planeta.

Viejo Amor  (Segunda temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora