Capítulo Dos:

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"¿También veré a mi papi?"

Esas jodidas palabras aún resonaban en mi cabeza desde que nos habíamos montado en el avión.

¿Como le explicaría a mi hijo que había un 100% de posibilidades que él viera a su padre sin conocerlo?
¿Como le explicaría a Austin que Matteo era su hijo? ¿Como?

-¿Estás bien? -Chris preguntó a mi lado.

Miré a mi hijo, el cuál dormía tranquilamente en mis brazos y luego lo mire a Chris.

-Lo estoy. -dije suave.
-Falta cada vez más poco, solo unas cuantas calles y estaremos en casa de tus padres.

Asentí y miré por la ventanilla del coche.
El día estaba nublado y había frío, sostuve con más fuerza a Matteo mientras no dejaba de ver las casas pasar.
Estaba nerviosa y ansiosa.
Nerviosa porque volver a California era como volver a mi antigua y absurda vida.
Y ansiosa por absolutamente todo.
Lo único que quería en este preciso momento era que los tres meses pasarán volando para así poder volver a Londres y poder respirar tranquila.

-Fue un viaje tranquilo ¿No? -la voz de Chris me hizo suspirar.
-Si. -volteé a mirarlo. -Hace años no subía a un avión.
-Lo sé. -me sonrió. -¿Estás feliz?
-Si, ya quiero ver a mi familia. -murmuré.
-Habló de si... estás felíz de volver a tu ciudad natal.

Bajé la mirada un momento y luego lo volví a mirar.

-Si, también. -mentí. -Pero extrañaré mi trabajo y a Danna. -lo miré.

Danna era mi secretaria y una de las tres o cuatro amigas que tenía en Londres. Danna se había vuelto muy cercana a mi desde que empecé a seguir los pasos de mi madre y formé mi propia agencia de modelaje en Reino Unido.
Ella era una mujer hermosa; alta, con un lindo cuerpo, castaña y con unos ojos mieles de ensueño... y por supuesto con una hermosa niña por hija la cuál era inseparable de Matteo. Sophie era como su mejor amiga.

-Ella vendrá el mes que viene y lo sabes. No se perdería nuestra boda por nada en el mundo. -dijo Chris riendo.
-Lo sé pero igual. La extrañaré muchísimo.
-Matteo se volverá loco sin Sophie. No me sorprendería que cuando sean mayores ambos terminen enamorados.
-Yo también lo pensé. -le dije sonriendo.
-¿Te gustaría? -preguntó él risueño.
-¿Tú qué piensas? -me reí.
-Pienso que si fuera por ti, Matteo no tendría novia jamás. -me dijo él riendo.
-Eso no es cierto. -le dije riendo.
-Lo es y lo sabes. -se burló él. -Pero igual yo me encargaré de buscarle una.
-Cállate, hazme el favor. -le dije negando y él soltó una carcajada.

El coche se detuvo de golpe, haciendo que me incline hacia adelante un poco. Miré por la ventanilla y vi la enorme mansión de mis padres, intacta y elegante como siempre.

-Hogar, dulce hogar. -me susurró Chris en el oído y me dio un beso en la mejilla.
-Así parece. -murmuré y observé un momento a Matteo. -Cielo... -susurré acariciando su mejilla.

Él se removió en mis piernas.

-Cariño, ya llegamos. -le dije mientras quitaba el rubio cabello de su frente.

Matteo abrió de a poco sus ojitos, mostrándome el azul de estos.

-Hola bebé. -besé su frente. -Es hora de bajar e ir a saludar a los abuelos. -le sonreí.
-¿Ya llegamos, mami? -preguntó con voz adormilada.
-Si, mi amor. -le dije y él se sentó en mis piernas.
-¿Y Chriz? -susurró.
-Ya bajó, está buscando nuestras cosas.
-¿Puedo ayudarlo? -me miró.
-Por supuesto. -sonreí y abrí la puerta.

Con cuidado Matteo bajó y corrió hacia la parte de atrás en donde se encontraba Christopher. Yo también bajé y los fui a ayudar.

-En cualquier momento lloverá. -me miró Chris.
-Si, lo sé. -asentí.
-Vamos mami, quiero ver a mis abuelos y a la Tía Ellie. -Matteo habló impaciente.
-¿Y a Sean? -preguntó Chris riendo.
-¡Ño! -Matteo golpeó su pie fuertemente contra la calle. -Él me molesta.

Riendo tomé su manito y cruzamos la calle, Chris nos siguió con nuestras cosas acompañado de el chofer.
Abrí el enorme portón y los cuatro pasamos. Caminamos por el largo y ancho camino de piedras hasta llegar a la gran puerta principal.

-¿Lista? -preguntó Chris.
-¿Lita? -preguntó Matteo mirándome.

Me reí y asentí.

-Lista. -reí.

Chris tocó el timbre y, no pasaron ni dos segundos cuando la puerta se abrió dejando ver a más ni menos que a...

Viejo Amor  (Segunda temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora