Capítulo Seis:

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Tenía la mirada fija en la televisión, intentando o al menos ser capaz de engañarme a mi misma de verla. No podía. Lo que me había confesado Ellie anoche no me había dejado dormir ni concentrarme bien durante todo el jodido día, y lo peor, era que la tenía a mi hermana en frente y estaba luchando con todas mis fuerzas por no lanzarme sobre ella y asesinarla.

-¿No me hablaras? -murmuró ella.

Tragué saliva y seguí mirando la pantalla plana.

-Alli... -alargó.

La ignoré.

-Ali... son.

Cerré los ojos y suspiré.

-Lo sien...
-¡Ya cierra la maldita boca! -le grité y la miré mal.

Agradecí en mi interior que mi hijo no estuviera en casa.

-Pero...
-Sólo hazlo, Ellie. Cállate. -le dije seria y me levanté.
-¡YA! ¿si? -ella también se levantó. -Sé que la cagué y sé que te molestó muchísimo, pero... ¡Se lo tenía que decir?
-¡NO! -le grité. -Tú no tenías que decirle una jodida mierda, Ellie.

Ella bajó la cabeza y asintió.

-Lo siento.
-Estoy harta de tus jodidos lo siento.
-Austin...
-Cállate. -la miré con mis ojos llorosos y tomé una bocanada de aire. -No quiero ni me interesa saber nada de él, y eso, es algo que tú evidentemente no entiendes, porque cada vez que puedes remueves en el pasado sin importarte que es tu propia hermana la que sale lastimada.

Ella me miró con su rostro lleno de tristeza, pero en mi reinaba la ira, no podía perdonarle.

-Sólo quiero que seas feliz. -murmuró en un hilo de voz.
-Entonces déjanos en paz. A mi, a Austin y, a nuestro pasado.
-Lo quieres.
-¡Tú no sabes lo que yo quiero! -grité hecha un manojo de ira. -en mi vida no hay más lugar que no sea para mi hijo y para Christopher.
-¡Te mientes a ti misma, joder! -gritó ella y me miró con ojos serios. -Tú mejor que nadie sabes que aún amas a Austin más que a tu maldita vida. Que no lo quieras aceptar no es mi puta culpa.
-¿¡Y si así fuera, qué!? -grité. -Aún así no tienes el jodido derecho de haberlo llamado o lo que sea que hiciste para decirle que yo me casaba.
-¡Lo tenía que saber!
-No seas estúpida. -negué. -Por supuesto que no lo tenía que saber. Ni siquiera le interesa.
-¡Por supuesto que si! -me miró -él aún te quiere, Alison.
-No me interesa. -murmuré negando y la observe fijamente. -Déjame en paz Elison, y aleja el recuerdo de Austin de mi y de mi hijo para siempre.

Ellie suspiró y negó con una sonrisa llena de ironía en su rostro.

-Matteo en algún momento de su vida preguntará por su padre, ¿qué le digas en ese entonces? ¿qué te deje en paz? ¿o qué?

La fulminé con la mirada y me levanté.

-Lo que yo le diga a mi hijo no es tu maldito asunto. Deja de meterte en mi vida, no eres quién para hacerlo. -terminé de decirle en el momento en que la puerta principal se abría.

Mis padres y mis abuelos se dejaron ver cuando la puerta se cerró. Ellos quedaron en silencio y nos miraron extrañados.

-Eres una maldita idiota. -Ellie negó.
-Cállate. -susurré -porque juro que ya no soporto tu estúpida voz. -la miré mal y subí las escaleras sin decir nada.

Cerré la puerta de mi habitación de un fuerte portazo y me lancé sobre la cama soltando un grito lleno de frustración.

Estaba harta.

Harta de Austin. Harta de su recuerdo que no me dejaba pensar con claridad de día y que no me dejaba dormir de noche.
Harta de Ellie y de su magnífico don de arruinar todo de la manera más normal que hay.
Harta de absolutamente todo.

Había sido un enorme error haber vuelto a dónde todo empezó y terminó de la peor manera. Había sido un error.

Escuché como la puerta se abría lentamente, sin quitar mi rostro de la almohada cerré los ojos esperando el sermón de mamá.

-¿Estás bien? -la voz seria de mi padre llenó la habitación.

Quité la pequeña cosa llena de plumas de mi rostro y me senté en la cama, observandolo con mis ojos vestidos de sorpresa. 

-¿Qué... -fruncí los labios. -qué haces aquí?

Él tomó la silla de mi escritorio y la levantó sin problema alguno, dejando el respaldo frente a mi y se sentó, apoyando sus antebrazos en éste.

-Tu madre quería venir a hablar contigo.
-La... la esperaba a ella. -susurré.
-Lo sé, pero me pareció que me tocaba a mi esta vez.

Suspiré.

-Tú nunca hiciste esto, papá. -murmuré con vergüenza.
-¿Hablar temas de chicas? Cierto, pero siempre hay una primera vez, ¿no crees?
-Creo que esto no es un simple y triste "tema de chicas" de los que siempre se encargaba mamá.
-¿Entonces esto es más complicado? - preguntó y asentí lentamente.
-Supongo. -me encogí de hombros.

Él asintió y le echó un vistazo a toda mi habitación.

-¿Por qué la pelea entre tú y tu hermana hace rato? - preguntó sin mirarme.

Tragué en seco y mi mirada voló al ventanal.

-Cosas de hermanas. -dije bajito.
-Entiendo que no quieras contarme cosas, pero no es necesario mentir. -buscó mis ojos y continuó. -Ambos sabemos que eso no fue algo tan simple como "cosas de hermanas" -hizo comillas.

Bajé la mirada soltando un suspiro.

-Ellie... -inicié -estuvo en contacto con Austin.

Lo miré y él me miró asombrado, pero intentó no demostrarlo.

-¿En serio? -preguntó calmado.

Suspiré y asentí sin mirarlo.

-He notado algo en ti Alison, hace mucho pero mucho tiempo. -sus ojos se encontraron con los mios.

Fruncí el ceño.

-¿Qué? -murmuré.
-Suspiras mucho. -dijo y sentí mis mejillas arder.
-No... no lo había notado. -mentí.

Él sonrió de lado y asintió.

-Entiendo... -se levantó de su asiento y me miró.

Él sabía que mentía.

-Ya que sé qué no me dirás lo que pasó entre tu hermana y tú, es mejor que me marche. Ya es algo tarde.

Levanté mi mirada y lo seguí hasta que llegó a la puerta.

-Fui yo quién tuvo la idea de decirle a Austin que te casarías. -me sonrió.

Abrí mis ojos como platos y lo miré boquiabierta.

-¿Que? -susurré.
-Lo que escuchaste.
-¿Por qué? -dije entre dientes. -Tú..  tú dijiste que...
-Sé lo que dije. -me interrumpió. - Pero me importa la felicidad de mi hija y de mi nieto y sé perfectamente que Austin lo es... para ambos.
-Papá...
-Dime algo, Alli. -se giró y me miró. -¿Piensas que Christopher es tu felicidad?

Tragué y sentí mis ojos llenarse de lágrimas. No le respondí.

-¿Piensas que Chris podrá ser el padre del pequeño que tienes? -me miró sin expresión. -¿Piensas que él podrá llenarte el alma como Austin lo hacía?

Guardé silencio y bajé la mirada.

-El silencio rompe mentiras y hace pensar las grandes verdades. -me dijo antes de salir y dejarme completa y absolutamente sola. 

Viejo Amor  (Segunda temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora