Narra Austin:
Sonreí al ver a Mía devorando su helado mientras jugaba en aquel enorme parque con Matteo. Giré mi cabeza a la derecha y observé a mi madre, quién ya se encontraba mirándome.
-¿Qué? -le pregunté con una sonrisa.
-Que guapo eres. -me sonrió.Solté una carcajada.
-¿Sabes hace cuanto no escuchaba que alguien me decía eso? -le pregunté y ella negó bastante divertida. -Bueno, hace unos cinco minutos, la empleada de la heladería me lo dijo.
Ella negó, seria.
-No entiendo como las muchachitas de ahora son tan liberales respecto a su lengua y comportamiento.
-Sólo es una niña, mamá, le doy unos dieciséis años.
-A eso me refiero, hoy en día ya no hay respeto, hijo.La miré y sonreí a medias.
-Pero en serio, no es por qué seas mi hijo ni nada de eso, pero eres muy guapo. Tú y Dustin me hacen acordar tanto a tu padre. -suspiró enamorada. -Y Matteo es el vivo retrato de ambos... -susurró y volteó, mirando a mi hijo. -Es tan... perfecto.
También miré a mis hijos; Matteo reía junto a su hermana cerca de una pequeña laguna mientras ambos alimentan a tres patos que se encontraban allí. Sonreí para mis adentros al recordar a Alison fulminandome con la mirada cuando fui por Matteo, gritándome en la cara como debía de cuidarlo y que si le pasaba algo me mataría con sus propias y hermosas manos.
-Aún no puedo creer que sea mi hijo, ¿sabes? Había soñado desde que estaba en el colegio con formar una familia con Alison, y un día solo me entero que tenía un hijo con ella. Oficialmente no es como lo había fantaseado toda mi vida, pero, es más que perfecto así.
Ella asintió, feliz.
-Tu padre no te lo dijo, pero me había pasado llorando todas las noches desde aquella fiesta que organizaste en su honor.
-¿Por qué?
-Sabes que siempre quise a Alison como una hija. Tu padre y yo la quisimos como tu novia y como tu esposa, por supuesto, desde siempre.Sonreí y bajé la mirada.
-No pudo ser, mamá. -murmuré.
-Lo sé, y todos los días me reprocho a mi misma que es mi culpa, Austin, si tan solo hubiese hablado con tu padre sobre ese compromiso...Negué, cortando lo que terminaría de decir.
-También fue mi decisión.
-Tu padre y yo quisimos que lo hicieras, hijo, tal vez si solo...
-No tienes que pensar en eso ya. Supongo que el mundo no quiere que estemos juntos, ya ves, en días se casará con un idiota que al que ni siquiera quiere. -dije apretando la mandíbula.Escuché como ella suspiró.
-Aún la quieres, ¿verdad?
Me quedé unos segundos en silencio, pensando en todo y a la vez en nada.
-Siento que jamás la voy a poder arrancar de mi corazón. Me ha calado tan profundo, mamá. No importa con cuantas mujeres esté, ni en que país, ni en que ciudad. Ella está siempre presente, no puedo estar con alguien más sin sentir que le fallo. Sin sentirme el peor ser humano sobre la tierra.
-¿Qué harás? -susurró en un hilo de voz.Reí sin humor y me encogí de hombros.
-La otra noche estuve hablando con los chicos, y... no lo sé, mamá, estoy tan seguro de que aún me quiere, de que aún me ama.
-¿Eso crees?
-Estoy seguro, pero los chicos no lo están. Creen que si Alison aún me amara no estaría a punto de casarse con Christopher. Y por unos segundos lo creo y por otros... veo todo el amor en sus ojos. -la miré y suspiré. -¿Qué se supone que debo hacer en medio de éste desastre?Ella sonrió y me miró con dulzura.
-Lo que te haga feliz, mi amor. El amor casi nunca es fácil, habrá obstáculos sobre obstáculos. Conozco uno que me está molestando más de la cuenta.
La miré sin entenderle.
-¿Qué?
-Un rubio, ojos azules, alto y que se apellida Balbiani.
-Mamá...
-¡Él me cae mal!
-¿Por qué? -reí.
-Porque le robó el amor de su vida a mi bebé.
-No me estás haciendo sentir muy bien que digamos.Ella volvió a sonreír.
-Tú y tu hermano deberían darle una lección.
-¿Una lección? -pregunté aún más confundido.
-¡Si!, una paliza o algo así.Solté una carcajada demasiado fuerte y la miré.
-Volvamos a casa, el poco sol te está haciendo muy mal. -le dije sin dejar de reirme. -¿Una paliza? ¿en serio?
-¿Qué? -me miró. -Es lo menos que se merece. Parece un buen tipo, no lo negaré pero ¡agh! No lo sé, solo golpealo.Volví a reirme y negué.
-¡Mía! ¡Matteo! ¡Nos vamos a casa, niños!
Narra Alison:
-Hace horas no sales de ésta maldita cueva, Alison Black. -Ellie me regañó mientras corría las cortinas y abría el ventanal. Una brisa muy fría envolvió la habitación.
-¡Hace frío! -le grité, tapandome con la sábana hasta la cabeza.
-Es viernes por la noche, ¡quiero ir a bailar! Deberías ir con nosotras, idiota.Solté un suspiro.
-No quiero ir, lárgate y déjame dormir.
-Vendrás conmigo, Black.
-Te dije que no quiero.Ella caminó hasta mi closet y lo abrió de par en par. Rebuscó por todo éste hasta que encontró algo que le gustó y lo sacó.
-Mira. -me enseñó un top negro brillante a juego con una falda del mismo color. Sonrió y lo tiró sobre la cama. -Escuchame, te pondrás eso, te maquillarás y bajarás a la sala con la sonrisa más grande que tengas, ya que nosotras estaremos esperándote para irnos a esa maldita y jodida discoteca.
-Ellie...
-Alison. -me dijo seria. -¡Solo hazlo! -gritó y salió de mi habitacion dando un portazo.
-Maldita... -murmuré entredientes.Las luces de aquella discoteca brillaban a varios metros, la música retumbaba por los enormes altavoces y la gente estaba de lo más feliz haciendo cola y esperando su turno para pasar.
-¿Tendremos que comernos esa cola? -Emma hizo mala cara.
-No, tengo un amigo aquí, de seguro nos deja pasar.Ellie empezó a caminar con una seguridad increíble, mientras se abría paso entre el montón de gente para llegar a la entrada.
-Me voy a arrepentir al segundo de entrar allí, lo juro.
Danna se rió y siguió a Ellie junto con Emma, suspirando con pesadez me obligue a seguirles el paso.
-Matt está con los chicos dentro. -gritó Emma sobre la música.
-¿Con que chicos? -pregunté mirándola.
-¡Pues con los chicos! -rió.Si Matt estaba allí dentro, eso significaba que los demás también estarían... incluyendo a Austin.
-Él está allí, ¿verdad? -las miré mal.
Danna se rascó la nunca, evitando mi mirada. Emma hizo exactamente lo mismo.
-¡Joder! -exclamé molesta.
-Ya podemos entrar. -cantó Ellie mientras llegaba a nuestro lado. Me miró y borró la sonrisa. -¿Qué te sucede?
-¡Sucede que Austin está ahí dentro!Ellie me miró y luego fulminó con la mirada a Emma y a Danna.
-Austin no está aquí, joder. -me dijo mi hermana.
-Ah, ¿no? -Emma la miró confundida.Ellie miró mal a mi mejor amiga.
-¡Me largo! -exclamé.
-¡Tú no te vas a ningún lado! -gritó ella, agarrándome la mano. -Él no está aquí, Alli. Lo juro.
-Eres una maldita mentirosa.
-Me lo dices mañana, cuando no puedas más del dolor de cabeza culpa de las copas que te tomaras esta noche.
-Chris... -empecé.
-¡Al diablo con Chris! Él está en Nueva York, ve a saber tú en cuantos bares ya ha estado y en cuantos te ha puesto el cuerno.Todas la miramos. Apreté mis labios, sin saber que decir.
-Me he pasado, lo admito. Pero joder, lo de los bares es cierto.
-Solo cállate. -gruñí y empecé a caminar a grandes zancadas hasta la puerta principal.Si ella quería beber, pues beberíamos.
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Viejo Amor (Segunda temporada)
Teen FictionTal vez el separarse sólo era una mala jugada de aquel al que llamábamos destino o tal vez no, pero, lo que el futuro les tiene preparado es algo que Alison y Austin jamás volvieron a imaginar desde aquel entonces. Algo los unía para siempre, aquel...