Capítulo 12:

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A la mañana siguiente el molesto ruido del despertador hizo eso, despertarnos.
Suspiré pesadamente y estiré mi mano para callarlo.
Abrí lentamente los ojos e intenté ponerme de pie, pero el brazo de Chris me lo impidió, me volteé despacio y lo encontré despierto y mirándome con una sonrisa en su rostro.

-Eres la mujer más hermosa que jamás haya visto en mi vida. -me dijo sonriendo.

Sonreí y observé su cabello; estaba mojado y sedoso.

-Te duchaste. -reí.
-Si y en unos minutos nos vamos y tú aún estás en cama. -negó divertido.

Hice como caballo provocando que Chris volviera a reír.

-Lo sé, papá se molestará.

Él borró la sonrisa y me miró.

-No estoy muy seguro de ir con James, Alli, ya sabes... dejarte sola.
-No estaré sola, mamá quedará conmigo.
-Voy a estar muy intranquilo. Sean se irá por unos tres días y regresará con Renata y Theo, y sólo quedarán ustedes tres.

Lo observé desde la cama, él doblaba perfectamente las mangas de su camisa hacia arriba con una elegancia increíble.

-Estaremos bien. -le dije.

Chris levantó la mirada y asintió dudoso.

●●●

Mamá cerró la puerta y yo tiré mis llaves contra el sofá.
Matteo corrió escaleras arriba.

-Los extrañaré. -dijo mamá, quitándose cuidadosamente su abrigo.
-Las dos semanas pasarán volando Cara, ya lo verás. -Emma la miró.
-Eso espero, querida. -mamá negó. -¿Desean un café?

Emma y yo la miramos, ella sonrió.

-¿Chocolate? -preguntó, nosotras asentimos sonriendo. -Iré a buscar a Laura, ahora vengo.

Ella se fue rumbo a la cocina. Emma y yo nos tiramos al sofá y encendimos la televisión.

-¿Qué haremos los cinco solos? Al menos antes lo tenía a Sean para molestarlo. -Emma habló.
-No lo sé. -le respondí.

Ella dejó el control remoto y me miró con los ojos entre cerrados.

-No me lo contaste. -dijo y fruncí el ceño.
-¿De que hablas? -hice una mueca.
-Oh, pues no lo sé, tal vez de un guapísimo empresario rubio de ojos azules que te trae pendeja. -rodó los ojos.
-¿Chris? -la miré divertida.
-¿Te burlas de mi? Chris es arquitecto, no empresario ¿no es lo mismo verdad? Lo que sea, me lo tienes que decir Black, soy tu mejor amiga ¡una hermana de otra madre! Merezco saberlo.

Solté una carcajada ganándome un golpe en la cabeza por su parte.

-No hagas que te golpee, Alison. Hablo en serio.
-Ya lo hiciste. -le dije sin dejar de reír.
-¿Le dijiste a tu mamá? -preguntó ignorandome.

Terminé de reirme y negué haciendo una mueca.

-Papá se ha empeñado en ser él quién hable todo el tiempo conmigo. -la miré, tomé un almohadón y doble mis piernas como indio. -La verdad no he tenido tiempo de hablar con mamá.

Emma hacía chocar el control remoto en su barbilla y tenía la mirada fija en la televisión.

-Es entendible, supongo. Nunca estuvo antes, creé que es su obligación estar ahora.
-Pero no lo es. -dije y ella me miró.
-Exacto. -me apuntó con el control. -Pero bueno, ambas sabemos que no te lo quitaras de encima.
-Lo sé. -tiré mi cabeza hacia atrás.
-Ya, en serio, dime que tanto hablaron con Austin. Estuvieron como dos horas en su oficina.
-Pues nada interesante, quiere ser él quién hable con Matteo. Por cierto, me dijo que me comunicará cuando necesite a mi hijo todo un día.

Ella me miró sorprendida.

-¿Le darás a Matteo? -susurró.
-Es su padre. -murmuré.
-Lo sé, pero... ¿en serio quiere estar todo un día con el pequeño?
-Pues si, también me dijo que ya habló con Mía. La niña ya sabe que tiene un hermano.
-¿La niña? -preguntó confundida. -oh, ya sé... la hija de Bass. -pensó -¿La conociste?

Negué.

-Tiene una enorme y hermosa pintura de ella en su oficina.
-Aquí nadie la conoce. -explicó. -O sea, nunca la vimos en persona, ya sabes, él se fue y no supimos de Austin hasta ahora.

Nos quedamos en silencio cuándo mamá y Laura entraron a la sala.
Mamá se sentó en su habitual sofá, cruzando las piernas y mirándonos seriamente. Laura nos entregó la gran taza de chocolate caliente. Le sonreí agradecida.

En ese instante el timbre se escuchó en toda la casa.

-¿Esperan a alguien? -preguntó mi madre.
-No, pero tal vez sean Matt y Chad. -le dijo Emma.

Laura se colocó la bandeja bajo el brazo y caminó rápidamente hacia la puerta.

-¿Les dijiste que vengan? -le susurré a Emma en el oído.
-No. -dijo sin voz.
-¿Entonces? -volví a susurrar.

Ella se encogió de hombros y me miró haciendo una pequeña mueca.

Laura llegó a sala con el rostro pálido y sus manos sostenían fuertemente la bandeja de plata.
Detrás de ella, con una sonrisa encantadora y divertida, enfundado en una camisa apretada a su cuerpo y unos pantalones de vestir, estaba nada más y nada menos que Austin Bass.

-Buenas tardes. -dijo con una voz condenadamente profunda y sensual.

Mamá se volteó a una velocidad luz y lo miró sin creer que era el mismísimo Austin, luego me miró a mi y de nuevo lo miró a él.

¿Qué diablos hacía él aquí?

-Lamento haberme presentado sin antes avisar, pero pensé que les gustaría una sorpresa. -sonrió.
-Vaya sorpresa. -musitó mi madre aún sin creer.

Él la miró y sonrió de oreja a oreja.

-Que gusto volver a verte Austin.
-Lo mismo digo, Cara. -se acercó a ella y ambos se fundieron en un dulce abrazo.

Emma me miró con sus cejas levantadas y apretando sus rosados labios.

-¿Qué haces aquí? -pregunté cuando se separaron.

Mamá y Austin me miraron.

-Pensé que te alegraría verme. -sonrió de lado.

Apreté los dientes.

Maldito idiota y su increíble manera de pensar siempre lo correcto.

Viejo Amor  (Segunda temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora