Perdón y Mas mentiras
Han pasado casi dos días desde aquel incidente donde mi cabeza término rebotando contra la mesada.
Dos días en que la presencia de Daniel brilla por su ausencia, convirtiendo de apoco mi enojo en pura preocupación. Llamo y llamo y estas terminan cayendo en el buzón e igual con los mensajes de texto que no son contestados, Sam me ha dicho que seguro necesita espacio, pero la verdad es .que empiezo a volverme loca de tanta preocupación, por el amor al cielo, es la persona que más amo y ha desaparecido así como así, ¿Cómo no preocuparme?
En fin, debo mantener la calma, aún mi condición esta entredicha y la verdad es que no me apetece regresar al hospital, no me gustaría volver a preocupar a las personas que me rodean.
Por otra parte (y me desvió así porque sé que me seguiré preocupando), estos dos días me han servido para conocer mejor aquella rubia oxigenada llamada Mónica, que no es tan oxigenada como yo me lo estaba imaginado.
Aquella joven resultó ser una persona muy cariñosa y compasiva, al igual que muy habladora, lo cual agradezco porque así me mantiene ocupada y me hace olvidarme por las horas de trabajo el tema con respecto a Daniel.
— Cuídate.
— Dale igual, mañana nos vemos Moni. — Le sonrió para así cerrar la puerta tras de mí y empezar el caminar vía fuera del campus.
El pequeño tacón de mis botines resonaba en aquella cerámica blanca como la nieve, provocando eco en los pasillos ya vacíos de la universidad. A modo de distracción saco mi móvil de mi pequeño bolso y conecto los audífonos para colocar algo de música y así alargar el tema de pensar y preocuparme.
Casi de inmediato, mis cuerdas vocales empiezan a resonar en mi garganta, y la melodía a traspasar de mis audífonos al exterior. Estoy sola, nadie se va a quejar o verme como un bicho raro que canta solo.
Por fin Te encontré de Cali y Dance junto a Juan Magan y Sebastián Yatra resonaba con fuerza, tanto en mis tímpanos como desde el fondo de mis pulmones, ¿creo? Provocando que mí alrededor se esfumara y que la tención disminuyera y que por ende las cosas mejoran tan solo un poco.
Para cuando llegue a la calle para esperar el taxi que llame hace un rato, en mis tímpanos sonaba La vida sin ti de Piso 21.
"No hay nada más difícil que la vida sin ti...Por qué me dejaste llorando solo, porque me dejaste solo...."
Sin embargo aquella paz se ve interrumpida, cuando una llamada entra a mi celular, frustrada veo la pantalla y al saber de quien se trataba una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro. De inmediato tomo la llamada.
— ¿Dime Sam?
— ¿Ya saliste de tu trabajo? — me pregunta algo agitado, ¿será que está corriendo?
— Si, ¿Por? ¿Estás corriendo?
— Algo parecido, llego en 10 minutos — dicho esto cuelga dejando que la música me vuelva a embriagar junto a la emoción por volverlo a ver.
Al igual que con Mónica, estos dos días me han servido para hacer un vínculo de hermandad con Sam. Aquel joven desde que me lastime no se ha separado de mi lado, me ha cuidado y ha velado por que todo valla sobre ruedas, hasta ha llegado al punto de llevarme y traerme a la universidad, lo que me provoca una pena inmensa pero al mismo tiempo un agradecimiento igual de grande, que la verdad no sé cómo haré para compensarlo por todo lo que ha hecho por mi estos días.
Su compañía para mi es indispensable, su sonrisa hace que yo sonría, que sus bromas me lleve a hacer otra más pesada para solo poder oír sus carcajadas, sus canciones que se me contagia y el concierto en mi departamento inicia sin que yo me dé cuenta, no es amor, pero le quiero, y es increíble los colores que tiene la vida a su lado, unos matices que sencillamente no me había percatado que existían hasta su llegada.
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Amor En La Gran Manzana
Romance- Hay oraciones o palabras que debemos pensar antes de decirlas, ya que se los podrías estar diciendo a la persona menos indicada. Julieth Franco