Perdón y Primer día
Posterior a esperar un rato, la pizza por fin llego, lo cual agradezco al cielo ya que el hambre ya me estaba consumiendo.
De inmediato me levanto, voy hacia la puerta, la abro tomo la caja con el manjar de dioses, para así dejarla en la cocina, luego ir a la sala en búsqueda de mi cartera, donde tenía el dinero y así pagarle al repartidor.
Cuando regreso a la puerta ya Sam le había pagado y ya se encontraba cerrado la puerta. Este gira y me mira divertido.
— No podía dejar que pagaras, es de mala educación que la chica pague. — Niego con la cabeza ante aquello.
— Sam estamos en el siglo veintiuno, no es necesario.
— Estaremos en el siglo veintiuno, pero yo me siento del diecinueve donde debo de asumir los gatos Jul. — Me sonríe para así abrir la caja y tomar el primer trozo —. Si no te unes, te dejare sin nada Jul. — Aquello me saca de mi estado de encierro mental por aquella sonrisa y si más me acerca e imito sus acciones.
La cena con almuerzo estuvo fenomenal, ni con mi mamá y mi tormento me había divertido así. Sonrisa, chistes, pequeñas bromas y charlas de cosas triviales, fueron los protagonistas de aquella fenomenal comida.
La verdad es que la pase fenomenal, pero cuando me informa que se tiene que retirar porque debe ir a trabajar, mi sonrisa disminuye y la verdad es que no entendí aquella reacción.
Ya cuando estoy nuevamente sola, termino de arreglar el desastre que provoque junto a él, limpio los platos, vasos y acomodo los cojines de la sala, no obstante cuando ya me iba a retirar me percato que su guitarra aún seguía a un costado del sofá blanco.
En un principio sonreí, ya que recordé aquel momento musical que había vivido a su lado y que por consecuente me hizo olvidar el mal trago que pase con Dani, pero cuando la imagen de aquella discusión y el recuerdo de lo muy alocado que se puede poner por unos sencillos celos me hace poner los pies en la tierra, y el pánico me vuelve a invadir.
Muerdo instintivamente mi labio inferior y revuelvo mi cabellera de color extraño, pensando en que haré con dicho objeto.
Pensando en primer lugar en dejarla en su balcón, pero recordé que mi torpeza en momentos así aparece y es capaz que la guitarra o yo terminemos hechas trizas, por lo que luego pensé en ocultarla en mi habitación, precisamente en mi armario, hasta que lo vuelva a ver y podérsela entregar en persona.
Esa idea me fascino, por lo que la tomo y casi corriendo voy hacia mi habitación, ingresando minutos después y así ocultar la guitarra en aquel oscuro armario, con el cuidado de que no se cayera o no se hiciera daño.
"Es una mala idea Juli, vas a tener problemas."
Y hay estas nuevamente, cállate, no voy a tener problemas, él jamás se dará cuenta, así que no me arruines el momento.
"No digas que no te lo advertí Juli."
Eso ya me lo repetiste, no es necesario el recordármelo cada cinco minutos, ahora si me disculpa te voy a desconectar para poderme dar un baño relajante.
Y poniendo un punto final a la loca conversación con mi subconsciente, antes de cerrar el armario tomo un pijama azul eléctrico, que consistía en un pantalón y una camisa de tiras y junto a esto tomo una muda de ropa interior, para así cerrar el armario, salir de mi habitación y dirigirme al baño.
Una vez adentro me despojo de todo lo que llevaba encima, abro el grifo de agua fría y me introduzco en esta, dejando que el agua se llevara todas las emociones de aquel día. Y que día, el sentimiento de abandonar a mi familia y el miedo que sentí cuando Daniel perdió lo tapones por sus estúpidos y sin sentidos celos y luego aquella felicidad junto a Sam que me hizo olvidarme del resto.
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Amor En La Gran Manzana
Romance- Hay oraciones o palabras que debemos pensar antes de decirlas, ya que se los podrías estar diciendo a la persona menos indicada. Julieth Franco