Capitulo 24

10 1 0
                                    

Rescate casi mortal

Rezaba y rezaba en mi fuero interno para que Sam entrara ya por esa puerta y así me rescatara de estos dos mastodontes, pero los segundos pasaban y nada que aparece, por lo que regreso la mirada a los dos sujetos parados frente a mí y trato de analizar mis posibles chance para salir de aquí, puesto que Samthiago no debe estar tan cerca como me lo imagine.

Mi cabeza iba a millón por hora a pesar del terror tratando de idear alguna especie de plan pre elaborado que me permitiera por lo menos alargar los minutos y que el secuestro no se le haga tan fácil, o esa es la idea. No obstante todas las ideas que se me presenta terminan en un desastre en donde mi cabeza recibe una bala, y sinceramente no me apetece morir esta noche.

¡Vamos Juli!... Debe haber alguna solución, debe haber hago que me permita alargar los segundos y de la misma manera salvar mi pellejo, pero... ¿Qué puede ser?

"¡Hey! Juli, ¿No dejaste tu celular en la habitación?"

Cuando esa pregunta transita mi mente, algo en mí se revoluciona.

¡Gracias!

"Agradéceme cuando salgas viva de esto."

Tienes razón.

Puede que tenga una oportunidad, yendo así a mi habitación, busco el bendito aparato y de esta forma llamo a Sam, le advierto de lo que está ocurriendo y si tengo el tiempo suficiente llamar al novecientos onces. Esto puede resultar, claro está, si tengo suerte y mi torpeza no hace acto de presencia, porque esta hace aparición en los momentos menos indicados.

Sin más que analizar y tomando una gran bocanada de aire, cuento hasta tres para luego proceder a tirarles la sabana que traía en mis manos a los dos hombres que me veían fijamente a modo de distracción, logrado mi objetivo inmediatamente corro hasta la puerta de la habitación, la abro, me introduzco y cierro tras de mí, sin olvidarme de ponerle el seguro y así brindarme un poco más de tiempo.

Lo aporreos e insultos que Daniel empezó a propinar casi de inmediato me altera más y más, pero sin importar el que, debo moverme velozmente, la verdad es que no se cuanto tenga para realizar esta loca idea, por lo que debo aprovechar al máximo los segundos.

Teniendo claro ese pequeño detalle, giro sobre mis talones y corro hasta la desordena cama, para empezar mi búsqueda. Elevo almohada y desordeno aún más las sabanas pero en el lugar más obvio no está, sin perder tiempo corro a las dos mesas de noche, revolviendo lo que allí había pero sin éxito alguno, agobiada corro ahora hasta el escritorio y busco con rapidez no obstante obtengo el mismo resultado.

Resoplo con frustración y agito mi cabellera tratando de pensar donde se encuentra ese bendito aparato.

¡Ya se!

Y sin más me tiro en el suelo y me arrastro hasta la cama, donde empecé a palpar cada rinconcito con mis pequeñas manos, si no está arriba seguro debe estar abajo, pero allí no se encuentra. Sacando mi mano de allí para luego ponerme de pie pienso en donde podría haber quedado el aparato, ¿Dónde lo abre lanzado?

Y como si el cielo se abriera y me diera la oportunidad de oro, el bendito aparato empezó a sonar, me empezó a decir donde rayos lo había lanzado, por lo que y sin tiempo que perder, comienzo a seguir el sonido, llegando de esta manera a la parte de abajo del escritorio, justamente al lado de la silla.

Valla cuando me emociono, me emociono.

"Concentra niña."

Ya voy, ya voy.

Amor En La Gran ManzanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora