Más mentiras
A pesar de mis reproches y recalcar su estado, Sam hace caso omiso y me "obliga" a acostarme a su lado, con la excusa de que tiene frío y que solo mi cuerpo es el que le puede dar el calor que él necesita.
Tratando de no hacerle daño, acomodo mi cabeza en su pecho y mis brazos los enrollo en su cintura, este de inmediato se pone a jugar con mi cabello una vez que me termine de acomodar en ese diminuto espacio. Mientras este enrollaba mechones de mi cabello entre sus dedos, íbamos hablando de todo y a la vez de nada, de nuestra relación y por ultimo de cómo iba a terminar con Daniel.
En aquel punto la conversación se detuvo, puesto que mi mente se alejó de aquella habitación y me llevo a mil y un situaciones que se podría dar, cuando me encare a ese toro.
Hay tantas cosas que pueden salir mal.
El me puedo volver a lastimar como en aquella oportunidad en donde termine con mi cabeza estrellada contra la mesada o me puede agarrar a golpes o... Quien sabe, solo me toca enfrentarlo, toca terminar esto, ya no le puedo seguir dando el chance para que me lastime, no es lo que quiero y ahora lo entiendo.
El solo pensar en cómo se pondrá cuando le diga que lo nuestro termino y que lo necesito fuera de mi departamento (y vida) lo más pronto posible, me hace temer, mi corazón se acelera y mi respiración me empieza a fallar, no obstante, saber que Sam esta hay para mí y que él no va a permitirle que me haga daño, me da las fuerzas para hacerlo, me da la motivación para hacer semejante hazaña.
¡Ja! Es increíble como la vida puede cambiar en tan poco tiempo.
Un mes me basto para darme cuenta que Daniel era dañino para mí.
Un minuto me basto para enamorarme perdidamente de Sam.
"Y un beso extenso para que no lo siguieras negando."
Aunque odio darte la razón, la tienes... Con aquel beso comprendí tanto, comprendí todo y estoy feliz... Feliz de estar con Sam, feliz porque Daniel ya no me hará daño, feliz porque todo está como yo quiero.
— Jul, ¿en qué piensas? — me pregunta y yo regreso de mi mundo interno.
— ¿Estoy muy callada?
— Diría que demasiado, pero no respondes a mi primera pregunta. —Sonrió para así empezar a hacer formas extrañas en su abdomen.
— Pues pienso en ti, en mí, en lo rápido que sucedió todo y en cuanta razón tenías, y no solo tu... Mi mamá, mi hermana, mis amigos de California, todos tenían razón y yo no los escuche, hasta que tropecé contigo en aquel supermercado, creo que allí empezó todo. — Siento como este se empieza a carcajear pero rápidamente se detiene, para así dejar escapar un par de quejidos.
— Te digo algo Jul.
— ¿Qué cosa?
— Realmente yo provoque que te tropezaras conmigo — Cuando pronuncia aquello detengo mis manos y me levanto un poco para así poder conectar nuestras miradas.
— ¿Cómo así? — pregunto llena de curiosidad, este solo se limita a sonreír para luego pasar a jugar con un mechón rebelde que caí sobre mi cara
— Pues cuando te vi entrar al supermercado me pareciste una chica muy hermosa y tuve la loca idea de seguirte, ahí fue cuando te escuche cantar y me pareciste en ese instante un ángel caído del cielo, luego te tropezaste conmigo y ya sabe el resto. — Este me mira divertido y yo no sé si reírme o sentirme apenada, pero si tengo algo claro.

ESTÁS LEYENDO
Amor En La Gran Manzana
Romantizm- Hay oraciones o palabras que debemos pensar antes de decirlas, ya que se los podrías estar diciendo a la persona menos indicada. Julieth Franco