Solos contra el mundo...

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El sueño casi siempre es mi consuelo, lamentablemente esta vez fue la pesadilla de siempre. ¿Que ubiera pasado de no haber seguido a Marinette a aquel orfanato? Mi pequeña Lumina no estaría conmigo. Un fuerte golpe contra mi estómago hace que saque todo el aire y me pare de sobre salto.
—buenos días papi. Unos ojos azules, como dos zafiros resplandecientes que me observan con un brillo peculiar y un hermoso cabello rubio que brillaba cual sol de primavera.
—buenos días mi luz. La cargué y eleve levemente al cielo.
—jajaja. Estiro sus manitas como si fuera un avión.
—como amaneció mi hermosa luz.
Dije ya sentandola en la cama.
—muy bien... Mira papi soy tu! Grito intentando dar unas pequeñas marometas. —Cataclismo! Grito lanzandome una almohada. —corre Plagg! Grito para intentar bajar de la cama con cuidado.
Mi madre entro y le tomó una foto. —tan linda mi nieta.
—abuela yo no soy tierna!… soy ladyminina! Grito e intento imitar un gato.
—primero se una buena niña y ve a desayunar... Y veremos si te vuelves ladyminina. Dije cargandola y bajando al comedor al lado de mi madre.
—bunos días hijo.
—hola papa.
—abuelo! Grito Lumina y fue corriendo a su abuelo. —hola abuelito! Mi papa no es de las personas que sonríe mucho... Pero parece que mi mamá y mi hija son las únicas que lo hacen feliz de verdad. Cargo a Lumina sentandola en sus piernas para que viera su tablet.
—que opinas Lumi?
—corta un poco el frente para que se le vean las rodillas y baja más la cola. Sonrió volteando a ver a su abuelo.
—mi pequeña Lumi es toda una diseñadora. Sonrió mientras hacia lo que decía sobre su tablet. —igualita a su abuelo.
—dios nos libre. Susurramos mi mama y yo para luego comenzar a reír.
—los escuché.
—hijo como va tu fundación?
—va excelente mamá, una vez que los padres ven los beneficios y regalos que les damos, ya no les importa pagar 50€ al mes.
—yo sigo pensando que es algo exagerado.
—mama, les damos becas a sus hijos y les enseñamos lo básico... Aparte de que reciben regalos de la empresa de papa... Y a los que no pueden pagar solo se les pide la mitad o hasta menos.
—hijo no me molesta que hagas eso... Pero ya casi es tu turno de tomar las riendas de la empresa.
—lo se papa... Y no te preocupes, ya estoy viendo eso.
Mis padres adoraban a su nieta, ella era la luz y la esperanza de la casa, bonita, lista y creativa. Goza de ir conmigo a la empresa y modelar ropa e incluso ella aveces se sienta con mi papa a diseñar ropa... No puedo evitar notar, que se parece tanto a su madre...



Del otro lado del continente una peliazul se encontraba enpacando las cosas junto a su prometido. —no estás emociónada Mari?… volveremos a casa.
—si. Dijo algo decaída. —pero solo lo hacemos porque estarás de gira y te da miedo dejarme sola.
—esta es la primera vez que me voy de gira mundial... Lo siento.
—esta bien Luka... Yo sabía en que me metía cuando acepte fugarme contigo. Dijo con una sonrisa más que fingida.
—ya verás que todo ira bien... Compre un apartamento que vas a amar.
—siiii. Grito sin mucha emoción mientras terminaba de empacar.
El viaje a París fue muy agotador, pero al aterrizar Marinette sintió que su corazón saltaba de felicidad, desde que se fue sentía que algo le faltaba. Pero ahora no, el viaje en limusina fue largo y ella no dejaba de ver por la ventana hasta que divisó el parque que quedaba enfrente de su casa. Y vio algo que hizo que su corazón se detuviera. Dos cabezas doradas jugando con una pelota, padre e hija, corriendo de un lado a otro muy felices. —detenga la limusina! Grito y si no fuera porque se detuvo ella hubiera saltado del vehículo.
—Mari?… que pasa? Pregunto un poco preocupado su pareja.
—crei... No nada. Dijo volviendo a subir. Al llegar al apartamento, Luka simplemente la dejo afuera del lugar y se fue. Me gustaría decir que no estaba acostumbrada a esta clase de tratos por parte de su novio... Pero era así casi siempre. Marinette suspiro y saco su teléfono, no tardó nada en encontrar el numero de su amiga y suspiro tristemente al notar que apenas tenia números. Luka era algo celoso... Así que no tenía tantos números como cuando era joven. —bueno?… Alya cuanto tiempo. Rápido alejó su celular al escuchar el grito de alegría que soltó su amiga. —acabo de llegar... Te gustaría venir?... Esta bien... Lo entiendo. Al entrar al lobi se percato que era un buen lugar, camino lentamente al que parecía ser el recepcionista. —buenas tardes... Acabó de llegar y mi prometido compro un apartamento y.
El la miró de arriba a bajo para luego teclear sobre su ordenador. —Marinette... No? Dejo sobre la mesa una llave. —su departamento es el 16. Saco un mapa y unos papeles. —esas son las reglas y la copia de su contrato con nosotros... Sus cosas serán llevadas en un momento. —lamentablemente no tenemos ascensor.
—gracias. Dijo algo sonriente para sujetar las cosas, dar la vuelta y caminar a las escaleras.
Marinette cayó rendida sobre el sofá, no sabe cuanto durmió hasta que escucho la puerta. Se paro con mucho esfuerzo e intento arreglarse un poco el cabello. Y abrió la puerta. —vienvenida! Gritaron 3 niñas al unísono. Unos dos hombres se cubrían los oídos.
—lo sentimos... Ella son muy animadas y querían conocer a la nueva vecina.
—hola!… eres soltera?! Gritaron las 3 pequeñas.
—mi papa es arquitecto!
—el nuestro es pintor!
Los padres y yo nos sonrojamos. —niñas! Gritaron ambos para luego voltearme a ver. —de verdad lo sentimos... No tenían un regalo para la vecina? Las pequeñas salieron corriendo de regreso a lo que parecía ser su casa.
El que parecía ser el padre de las gemelas se me hacia muy familiar. —disculpa... Nos conocemos?
—marinette? Pregunto el hombre pelirrojo.
—Natalie!?... Cuanto tiempo!
—wow, estas bellísima Marinette... Lo siento... El es mi amigo Leonardo.
—mucho gusto. Dije dándole la mano. —asi que eres padre?… y la afortunada madre?
—seguramente en una fiesta... Soy padre soltero y Leonardo también.
—lo siento...
—No importa, la verdad estamos mejor así y papa gato nos ayuda con lo que no podemos.
—papa gato?
—estamos en una fundación para padres solteros.
—no creí que eso existiera.
—vienvenida vecina! Gritaron con una cesta de regalos.
—niñas ya es tarde... Vamos a llegar tarde a la clase de trenzas.
—nooo! Gritaron las 3. —vamos que si no les van a seguir saliendo chuecas!
Comenzaron a jalar a los padres. —adios Marinette!… me dio gusto verte! Grito antes de perderse en el pasillo.
Metió la cesta a su nueva casa y la dejo sobre la mesa. Luego observó la puerta un rato, se dispuso a salir a caminar un rato.

Chat Noir padre sin dueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora