4: Conversación con Javier.

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Nada mas llegar a mi pequeño pero confortable piso decido ponerme a estudiar, a pesar de que son las 5 de la madrugada, no siento apenas cansancio. Al principio me cuesta concentrarme, pero justo cuando lo consigo, recibo un mensaje de Javier.

-Hey, sé que es tarde, pero podemos hacer Skype? :)

Siempre que recibo mensajes suyos, siento una mezcla entre alegría y una profunda tristeza. Nos hemos convertido en una especie de amigos a distancia que sólo hablamos cuando tenemos problemas y necesitamos desahogarnos. Él, al igual que yo, ha tenido un par de relaciones en estos años, pero ambos sabemos que por muchas personas que conozcamos, el primer amor nunca se olvida.

Al principio me extrañó que él también estuviera despierto tan tarde, y no creo que el horario varíe más de una hora entre su actual país y el mío. Finalmente accedí y ambos volvimos a ver nuestros rostros después de varios meses. Sigue igual de guapo, o incluso más que la última vez.
Nada mas verme se queda asombrado, aunque intenta disimularlo.

-Hey, te vi conectada y por eso te avisé, tú tampoco puedes dormir, ¿verdad?

-¿Cómo lo has sabido?

Ambos reímos.

-Aurora estás... estás muy guapa, ¿por qué te maquillas un sábado por la noche para estar en casa? O... ¿Acaso conociste a un vampiro y acabas de tener una cita con él a las 3 de la mañana? Ya sabes, por eso de que no les va el sol -sonríe, aunque con los ojos llorosos-

En verdad siempre que hablamos por Skype, ambos tenemos los ojos llorosos. Sabemos que lo mejor habría sido no retomar el contacto desde aquél día, pero simplemente no podemos.

Justo cuando voy a responder, oigo una voz femenina hablando en inglés. No tengo un nivel C2, pero se nota claramente que le habla a él de manera cariñosa, y por lo que entendí, al igual que yo llegaba de una fiesta y le daba las buenas noches. Por un momento él pareció olvidarse de que me tenía en su pantalla y se puso a hablar con ella.
Cuando le conocí, era pésimo en inglés, y ahora sin embargo lo domina a la perfección. Qué vueltas da la vida.
De repente ella se acerca a él y la puedo ver; pelirroja con ojos azules y, a mi parecer, más guapa que yo. Ambos se despiden con un pequeño beso en la boca. Delante mía.
En ese momento sentí una punzada de dolor, pero ya es un dolor familiar.

Javier se queda observandola unos segundos mientras se va. Hasta que se percata de que yo sigo ahí.

-Disculpa... era mi compañera de piso... bueno, algo más que una compañera de piso como has podido ver. -dice bastante avergonzado-

-Enhorabuena -trato de sonreír más de lo que mis aún persistentes sentimientos hacia él me permiten-

-Gracias Aurorita -desboza una pequeña y nostálgica sonrisa-

De repente invadió la conversación un largo e incómodo silencio. Nuestros silencios antiguamente no solían ser incómodos, pero ahora sí, y bastante.

-¿Por qué no podías dormir hoy? Te noto bastante pálido -digo tratando de romper el hielo-

-sonríe- bueno, eso no tiene nada que ver con el ánimo, ya sabes cómo es Inglaterra; siempre lloviendo y raramente sale el sol. No sabes cuánto extraño tu pueblo, dónde te conocí y estuve tantos años, y bueno, también mi querido país de origen; en ambos lugares siempre hay abundante sol.

Por un momento olvidé que es francés.

-Javier por favor, dime ya qué te pasa.

Éste estuvo varios segundos en silencio, como si tuviera que prepararse para pronunciar aquellas palabras.

-Mi madre está muy enferma, y por motivos que ya te puedes imaginar, no puede ir al hospital. Sólo te he podido contar esto a ti y a mi 'compañera de piso'.

-Oh... ¿pero no hay médicos de... tu especie, que puedan atender a los de... tu especie?

Éste se ríe ante mi manera de explicarme, y seguidamente me río yo también.

-Perdón... es que todo esto me sigue pareciendo de película. -Me sincero algo avergonzada-

-Sonríe- no pasa nada, es normal. Y sí, sí que hay, pero al menos en esta ciudad no. Son difíciles de encontrar...

-Ojalá y fuera tan fácil como googlear "médicos hombres lobo online"

-Pues una vez lo hice para probar y me salió algo parecido al porno.

Ambos reímos con ganas.

-Al menos tu sentido del humor sigue intacto.

-Yo siempre seré el mismo -sonríe-.

Sonreí y de nuevo se hizo un silencio incómodo.

-¿tu novia lo sabe?

Realmente se me hace difícil asimilar que tiene novia.

-Y por lo que veo sigues con la misma manía de cambiar de tema en todo momento.

-Perdón, es que... Justo recordé lo que me dijiste hace unos meses, que tus padres finalmente te prohibieron salir con gente que no sea de 'tu especie' por seguridad.

-Ríe- bueno, es que ella es de "mi especie"

-Has tenido suerte entonces -sonrío levemente- me alegro.

Éste permaneció de nuevo unos segundos mirando a su teclado, y cuando levantó la mirada, pareció como si finalmente se hubiera retirado la máscara y volviera el Javier sincero. Tenía los ojos más llorosos aún.

-Yo... yo te sigo queriendo.

Instantáneamente sentí unas ganas espantosas de llorar.

-Espero de todo corazón que tu madre se mejore, siempre me tendrás aquí si necesitas hablar de nuevo, pero ahora me tengo que ir, empiezo a sentir cansancio.

Instantáneamente cierro el portátil, antes siquiera de que se despida, e inevitablemente comienzo a llorar, justo cuando se hacen las cinco y media de la mañana y los pájaros comienzan a cantar.

Conociendo(nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora