25: hoy no es mi día

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Tras aquella agradable conversación me fui a la cama y me dormí al instante. Al fin tenía la conciencia limpia y contaba con el apoyo de Javier.

—mmmmm, pájaros..... espera, ¡pájaros! —exclamo percatandome de que se trata del despertador—... cinco minutos más.

Caigo rendida de nuevo a la cama, me arropo con el colchón calentito y abrazo la almohada. Es de las mejores sensaciones que existen, me casaría con la cama en estos momentos.

-dos horas después-

—No puede ser... ¡me he quedado dormida!

Miro el reloj y me alarmo al ver que me he perdido tres clases y tan solo faltan veinticinco minutos para la próxima clase, que es justo en la que tengo que entregar el trabajo. Rápidamente me doy una ducha en cinco minutos, lo cual es un record para mí, que como mínimo suelo estar quince minutos, me visto con lo primero que veo en el armario, desayuno un croissant de chocolate con un poco de leche metiendomelo a presión, por lo que casi me atraganto. Me lavo los dientes lo más rapido que puedo, me dirijo corriendo a por la secadora de pelo y me encuentro conque no funciona, ¿¡en serio!? exclamo. Me resigno y salgo corriendo de casa como alma que lleva el diablo. Casi me atropellan tres veces pero en estos momentos solo me importa llegar cuanto antes.

Finalmente consigo llegar un minuto antes de que empiece la clase. Me miro en el espejo del baño más próximo y me encuentro con aspecto de sofocada de tanto correr, con las mejillas aún encendidas y con el cabello bastante mojado aún. Me muero de vergüenza, pero todo sea por entregar el trabajo a tiempo.

Suena el timbre de intercambio de hora y me dirijo rápidamente a mi clase, aunque incoscientemente mirando al suelo, algo que hago bastante siempre que siento vergüenza y no quiero ver cómo me miran los demás. Por culpa de aquello me acabo chocando con alguien y mi trabajo se cae por todo el suelo, desordenandose todas las hojas y esparciendose por todo el pasillo. Por 'fortuna' ya no queda nadie, al parecer todos han entrado en sus respectivas clases y solo quedamos la persona que se ha chocado conmigo y yo. Que para colmo me encuentro conque es Alex, ¿¡en serio!? ¿pero qué hace él en la facultad de humanidades si es de ciencias y encima dos cursos superiores al mío?

Me mira bastante serio al principio, para después acabar riéndose de mí, de mis pintas y de el trabajo que me llevó cinco horas hacerlo, desparramado por todo el pasillo. ¿¡Por qué demonios no grapé o puse un clip al trabajo!?

Al principio se queda quieto, aguantandose la risa sin saber qué hacer, pero finalmente acaba ayudandome a recoger en silencio las hojas del trabajo. Yo hago lo mismo, hasta que me doy cuenta de que algunas de las hojas están mojadas completamente al haber caido en un pequeño charco que había en el suelo, donde al lado se encuentra un cartel de suelo mojado. Instantaneamente me derrumbo y rompo a llorar. Sé que es humillante y para sentir bastante vergüenza agena, siento quien tenga que leer esto, pero por desgracia todos tenemos días así, de mala suerte y humillaciones, y hoy me tocó a mí.

Para colmo Alex está realmente guapo, incluso cuando madruga sigue igual de atractivo, no hay nada que le haga ver menos atractivo. Además he de reconocer que me impresiona verlo tan de cerca después de tantos meses. Y pensar que si hubiera ocurrido hace meses, le habría abrazado, incluso besado, pero actualmente eso es algo impensable que solo podría suceder en mi imaginación.

Me mira confuso y me entrega todas las hojas que recogió, se nota que se siente incómodo y no sabe qué decir ni cómo actuar. Al principio cojo las hojas pero al ver cómo me empieza a mirar con pena, me da un arrebato, tiro todas las hojas al suelo y me voy corriendo y llorando. De repente oigo una voz que hace que me pare en seco durante unos segundos.

Conociendo(nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora