Me aproximo a abrir la puerta mientras Jane se retira a su habitación a cambiarse de ropa, ya que asegura que le da un poco de vergüenza que Pablo la vea así.
—¡Aurora! ¿Te encuentras bien?
—Sí tranquilo, lo hemos medio solucionado justo antes de que llegaras.
—¿Pero qué ha ocurrido exactamente? —pregunta con tremenda confusión.
—Ahora ambas te explicamos. —le digo indicandole que entre.
Tomamos asiento en la pequeña a la vez que elegante sala de estar.
—A todo esto... ¿Dónde está Jane?
—Está cambiandose de ropa, no creo que tarde mucho.
—Niega con la cabeza— no, no puedo esperar.
—¿Cómo? —pregunto altamente confusa mientras él se dirige con decisión hacia su dormitorio.
Cuando llega, ella aún permanece con el vestido, sentada sobre la cama y llorando, lo cual nos sorprende bastante a ambos. A Pablo perece dolerle verla así, pero a la vez lucha por mantenerse fuerte.
—A mí no me engañas, sé que te estás haciendo la victima. —afirma Pablo.
Aquellas duras palabras hacen bastante daño a Jane, que aunque parece haberse obligado a parar de llorar, lo mira con profundo dolor.
—No, te equivocas... —digo a Pablo, dandole a entender que debe parar.
Finalmente nos reunimos los tres en la sala de estar y ambas le contamos todo lo que ha ocurrido antes de que él llegara.
—Esto es de película... no sé si reír o llorar, sinceramente. Necesito procesar todo esto. —dice Pablo mientras se toca las sienes, como si todo esto le hubiera dado un fuerte dolor de cabeza, lo que me acaba recordando a Alex, ¿seguirá con esos dolores de cabeza? espero que no, ya que aunque lo negara, parecía sufrir bastante cada vez que le daban esos dolores.
Yo no puedo evitar sentirme mal, Pablo aún no parece querer reconciliarse con Jane, y ella apenas ha hablado, de hecho le he explicado casi todo yo.
—Y todo por mi culpa —susurro finalmente.
Veo como Pablo lo quiere negar, pero se le adelanta Jane.
—No, no es en absoluto tu culpa, sino mía, enteramente mía. Yo empecé todo esto, y aunque nunca lo he dicho, creo que ya ha llegado la hora, te debo unas más que sinceras disculpas. Lo siento Aurora, de verdad que lo siento, y aunque ahora entiendas más los motivos, sigo sin tener perdón. Es demasiado lo que te he hecho. —dice Jane casi mirando al suelo, bastante avergonzada, como si llevara literalmente años sin disculparse con nadie.
En un principio me quedo en blanco ya que no me esperaba en absoluto esas disculpas, pero al cabo de unos segundos reacciono.
—Estás perdonada.
—¿Cómo? —pregunta bastante extrañada, como si no se esperara en absoluto que fuera tan fácil.
—Tus disculpas han sido sinceras, se nota a leguas, y con eso me sirve.
Quizá sí que me he pasado de buena, pero en verdad ya estoy muy cansada, quiero que acabe esto cuanto antes. Además ella muestra un enorme alivio.
—Eres un cielo —dice ligeramente sonriente— definitivamente no te mereces todo lo que te he hecho.
—Claro que no se lo merece. —asegura Pablo desde su asiento, el cual había permanecido callado hasta ahora, y parece tener intención de irse.
—¿A dónde vas? —pregunto a Pablo, mientras también me levanto para detenerlo. Jane, por el contrario, permanece callada mirando al suelo con resignación, lo cual me extraña, ¿no piensa luchar por él? ¿o quizá es que no quiere cometer el mismo error?
—Sigo sin fiarme de ella, y prefiero que te vayas conmigo, temo que todo esto sea teatro y te haga daño ahora.
Parece dolido al pronunciar estas palabras, como si estuviera haciendo lo contrario a lo que su instinto de verdad le pide.
—Te puedo asegurar que esta vez ha sido sincera, es enorme la diferencia de cuando lo es a cuando no. Además, no puedes hacerla esto... ella te quiere, y mucho de hecho.
Pablo se queda bastante sorprendido ante mis palabras.
—¿Es eso verdad?
En un principio pienso que me lo pregunta a mí, hasta que vislumbro a Jane detrás mía.
—Sí. —dice con seguridad mientras lo observa fijamente.
Tras aquella confirmación parece que las fuerzas lo abandonan completamente.
—Yo también.
Me aparto de en medio de ellos ya que me siento una tremenda sujeta velas en estos momentos.
Éstos se abrazan con fuerza y se susurran varias cosas que no llego a oír, pero imagino que esto ya significa que ellos también se reconciliaron, y he de decir que me alegro bastante por ambos.
Tras todo aquel sentimentalismo, decidimos salir los tres a tomar algo.
Yo me adelanto ligeramente ya que necesito pasarme por mi piso para coger algo de dinero, a pesar de que Jane ha insistido en invitarnos a ambos, a lo cual tanto él como yo nos hemos negado.
De repente me quedo boquiabierta al ver a alguien llamando a mi puerta en estos momentos, éste se gira y se sorprende enormemente al verme a mí, y más aún se sorprende al ver a Jane detrás mía. Tardo segundos en reconocerlo, pero finalmente me percato de quién es.
—¿Javier?
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Conociendo(nos)
Teen FictionSegunda parte de →Mi novio es un hombre lobo← Nuevo comienzo; nuevas aventuras, experiencias, personajes