10: Adiós Aurora.

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Esto no puede estar ocurriendo. No quiero que este abrazo acabe por el simple hecho de que me encanta y cuando acabe no sé si matarlo o besarle de nuevo.

De repente Alex empieza a pesar más de lo normal y su respiración se torna más pausada... oh Dios mío, se ha dormido. No me imagino cuánto ha tenido que beber, y de hecho si me ha besado seguro que es porque me ha confundido con alguna chica guapa. Aún no me creo que lo haya hecho.

Lo siento sobre el pie del árbol que tenemos al lado y sus amigos se acercan algo intrigados. Cuando les cuento que de repente se durmió (omitiendo lo del beso y el abrazo obviamente) me contaron que llevaba unos días más distante y deprimido de lo normal, y que quizá podría tratar de averiguar qué le pasa, ya que a ellos raramente les habla de su vida privada.

Finalmente uno de ellos se ofrece a acercanos a mi piso, y lo dejo durmiendo en mi cama.
En verdad no sé por qué hago esto, supongo que por educación, ya que no quiero que cuando despierte siga bebiendo, y aún necesito saber qué le pasa y por qué se ha distanciado de mí estos días.

Sigo sin saber por qué me afecta tanto que se haya alejado de mí y por qué el corazón me iba a mil cuando me besó.

Trato de despejar mis pensamientos el resto de la tarde limpiando la casa, estudiando y haciendo la cena. De vez en cuando me asomo a observarle mientras duerme; para qué mentir, está adorable. Hasta me dan ganas de hacerle una foto para chantajearle si alguna vez es necesario.

-Hey -dice en la puerta de la cocina medio adormilado-

-Hola...

Me siento ciertamente incómoda. Después de lo que ha pasado, no sé cómo actuar.

-¿Por qué me has llevado a tu casa?

-Estabas como una cuba, era mi deber.

-sonríe- gracias entonces.

No puedo evitar sonrojarme, esta sonrisa ha sido especialmente adorable.

-Ummm ¿Te encuentras bien? Ya sabes, después de haber bebido tanto...

-Perfectamente -sonríe y se sienta- estoy tan acostumbrado a beber que ya raramente tengo resaca -tras una pausa- ¿Soy yo o huele a tortilla de patatas?

-Emmm sí, como no conozco bien tus gustos, así que decidí hacer tortilla, porque al fin y al cabo, ¿A quién no le gusta la tortilla? -río algo nerviosa-

Maldita sea Aurora, ¿Por qué estás tan nerviosa? Nunca habías estado nerviosa delante de este idiota. Si no fuera porque se durmió encima mía, debería haberle pegado una torta bien dada después de besarme así de repente. Yo no soy como las chicas de la discoteca con las que se lía sin conocerlas. Tengo mi dignidad.

-Bien pensado, amo la tortilla de patatas -sonríe-

-Trato de adquirir un tono serio mientras le sirvo su porción de tortilla- ¿Por qué lo has hecho?

-¿El qué? -dice algo confundido mientras tiene la boca llena de tortilla-

Yo sólo me limito a observarle con los brazos cruzados.

-Ahhhh vale vale, el beso. Pues si te soy sincero ni yo mismo lo sé, quizá es porque me gustas.

Y lo dice como si nada. Casi escupo el agua que estaba bebiendo.

-Fuera las bromas, hablo en serio.

-ríe- lo normal a besar a alguien cuando te gusta o atrae ¿No?

-Pero no lo entiendo, si sólo éramos conocidos.

-Si no lo hice antes supongo que es porque aún guardaba respeto al ser la ex de Javi. Siempre me pareciste guapa, para qué mentir.

Noto como empiezo a ponerme colorada como un tomate.

-¿Tú alguna vez te has enamorado?

-No. Sólo me han gustado chicas, como tú ahora. Gustar no es lo mismo que enamorarse eh.

-Básicamente sólo quieres liarte conmigo y ya, ¿No?

-Claro, ¿Qué te pensabas? Yo nunca tendría algo serio con alguien -ríe mientras se come el último trozo de tortilla-

-Ni yo tendría algo serio con alguien como tú.

-¿Yo te gusto?

-Emmm bueno, me pareces guapo y eso pero aparte de eso nada más. Prefiero que sigamos como antes y que hagamos como si no hubiera habido beso.

-Está bien, como quieras -sonríe tranquilamente- bueno, la tortilla estaba muy buena, pero creo que ya me voy...

-Ni hablar señorito -le bloqueo la salida- no te vas hasta que me digas qué demonios te pasa.

De repente su actitud tranquila y alegre se desvanece.

-A ti no tengo por qué darte explicaciones de nada.

-Alex... como amiga, te pido por favor que me digas qué te pasa. Tus amigos me han asegurado que estás muy extraño estos días, como si algo te preocupara. Y yo misma lo he notado; tu mirada refleja tristeza, y tus ojeras más amplias de lo normal muestran que estos días no has dormido muy bien, a excepción de esta tarde, claro...

Le acaricio la mejilla y parece que está a punto de llorar y decírmelo.

-Alex, puedes confiar en mí -sonrío- no estás sólo.

Estas últimas palabras parecen calar profundo en él, que parece casi decidido a confesarmelo todo. Pero de repente mira hacia otro lado y cuando vuelve a mirarme, su actitud parece haber cambiado, y no para bien precisamente.

-Mira, primero, no eres amiga mía. Segundo, sólo te hablaba todo este tiempo para liarme contigo, y ya masomenos lo he conseguido, así que adiós.

Estas palabras me han dolido más de lo que mi rostro muestra.

-Sé que mientas...

-No -grita- sólo eres una don nadie, si no fuera por Javier, nunca te habría hablado. No suelo hablar con chicas insignificantes como tú.

Las lágrimas amenazan con salir.

-Pero...

-Ni pero ni nada. Adiós Aurora.

Y tras oir la puerta principal cerrarse, inevitablemente comienzo a llorar.

Conociendo(nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora