22: sorpresas desagradables

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Tras contarle toda la historia lo más resumidamente que he podido, se queda varios segundos pensativo. Su cara parece un poema, ya me puedo ir preparando para que llame a un psiquiátrico y que me recoja en estos momentos.

—Te creo. —afirma finalmente.

—¿En serio? —pregunto bastante sorprendida.

—A pesar de que todo suena a película, sí, te creo, ¿Por qué me ibas a mentir? —dice sonriente.

Instantáneamente me siento a su lado y le doy un abrazo de agradecimiento.

—Entonces... ¿Qué vas a hacer? Porque Jane te gusta, ¿Verdad?

Noto cómo se le encienden las mejillas. En verdad Pablo es el chico perfecto en todos los sentidos, siento demasiado no haberle correspondido. ¿Por qué siempre tengo que elegir el camino difícil y fijarme en los más complicados?

—Sí, eso creo... pero tras lo que me has dicho, creo que será mejor mantener distancia con ella, incluso me estoy planteando echarla del grupo. ¿Cómo pudo hasta secuestrarte? Definitivamente tantos años en este planeta no le han sentado bien.

Noto como lo dice dolorido, aunque trate de ocultarlo. Realmente ella le ha decepcionado, y siento haberle bajado de la nube tan de repente, pero lo hago por su bien, porque me preocupa y por la amistad que nos une.

                                         ☆☆☆

Al fin llega la hora de cerrar. La verdad es que las horas en el trabajo se me hacen más largas de lo normal últimamente.

Nada más salir a la calle, noto como el frío me invade hasta los huesos. Me apresuro para llegar cuanto antes a mi cálido piso, por ello decido tomar un atajo, a pesar de que aquellas calles son bastante peligrosas. Me voy alejando de la gente y me aventuro a atravesar un callejón solitario que desemboca bastante cerca de mi piso, me ahorrará unos cinco minutos de caminata.

De repente me encuentro con un rostro conocido reunido con más chicos, los cuales no me transmiten nada de confianza. Me maldigo a mí misma por haber decidido tomar este atajo y trato de volver antes de que me vean, pero me acabo tropezando y estampando contra el suelo. Me giro y obviamente ya me han visto todos, entre ellos Alex, el cual me observa completamente sorprendido a la vez que confuso.

《Tierra tragame》

Consigo levantarme algo dolorida tras la forma tan brusca de caerme y corro como alma que lleva el diablo, sin mirar atrás. Temo que me persigan, pero afortunadamente no.

La sensación de humillación me dura durante días, y no paro de darle vueltas a varios asuntos. ¿Qué hacía Alex ahí? ¿y si piensa lo que no es? No quiero que piense que le estoy acosando o algo por el estilo. Realmente me preocupa que se esté metiendo en líos, conociendole no me extrañaría. Durante los pocos días que estuvimos saliendo, pude ver que se estaba alejando de ese mundillo, en cambio ahora le veo más metido en ello que nunca. Además, no se me olvida su aspecto demacrado en esos escasos segundos que le pude ver. Se encuentra más delgado, pálido y ojeroso.

Conociendo(nos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora